"Al final del día"
Más tarde, descubrí que lo único que teníamos en común Daniel y yo, era nuestro gusto por Disney y los universos Marvel y DC. Ni siquiera recuerdo cómo llegamos a ese tema, pero al parecer Marvel y DC no fallaban a la hora de unir a sus fanáticos.
—Hasta luego, Katherine —Se despidió Daniel de la manera en la que , supongo, mi madre le habría dicho que podía llamarle.
—Hasta luego cariño, gracias por la visita. No dudes en volver cuando quieras —A diferencia de la primera vez cuando mi madre dijo algo parecido, en esta ocasión no me alteró. De hecho, agradecí en el fondo que lo hiciera.
—Por supuesto, Kenneth es super simpático.
Dijo nuestro vecino.
—¿Eso ha sido sarcasmo? —Me oí preguntar un poco divertido.
—No, mi alma ha sentido una tremenda conexión con la tuya, aunque no has escuchado a Twenty One Pilots y eso es un gran problema. Aún me siento ofendido.
—Hoy he podido confirmar que vivo bajo una roca.
Nos reímos antes de que él se despidiera otra vez y se marchara.
—Oye, ¿y eso de que no has escuchado a Twenty One Pilots? —Mi madre caminaba a mi lado después de cerrar la puerta en cuanto entramos.
—No voy a contarte nada —Dije, conteniéndome la risa.
Claro que había escuchado a Twenty One Pilots, una vez incluso cantamos una versión karaoke de "Stressed Out". A ver, no los seguía como tal pero me gustaba alguna que otra canción. Y a Daniel se le veía a gusto hablando del tema, por lo que le dejé venerarlos. Eso, además, compensó el momento incómodo que pasamos minutos atrás. O eso creía.
En efecto, podía llegar a ser bastante ridículo, pero había servido.
—¿A que no ha sido tan difícil?
—¿El primer día del colegio? —Bromeé.
—Admite en voz alta que me lo agradeces —No iba a darla esa satisfacción.
—Tú no has hecho nada —Bueno, si hubiese dependido de mí, no le habría abierto la puerta a Daniel, para empezar. Ni siquiera para coger la tarta— tampoco ha sido para tanto.
Repuse, intentando darle credibilidad a mis palabras aunque sabía que sería en vano. He vivido toda mi vida con Katherine, me conocía mejor de lo que me conocía a mí mismo.
—Repítelo hasta que te lo creas, lo primero sobretodo —Dijo abriendo la silla salvaescalera.
Me reí un poco. Mi madre no era la típica madre guay aunque lo pareciera muchas veces, sólo era alguien que tenía esa habilidad para tratar a las personas, entenderlas y hacerlas sentir bien. Supongo que por eso decidió ser psicóloga infantil, ¿o era al revés? La verdad es que no me acordaba, trabajaba en ello desde que tengo memoria.
—¿Le has hablado de las actividades extraescolares del San Smith? Me dijo su madre que quería que se apuntara a alguna.
Me costó un poco entender que seguía hablando de Daniel. ¿Iba al San Smith?
—No me ha dicho nada al respecto, no sabía que iba allí —No llegamos a hablar de a qué instituto estaba yendo.
—Al parecer sí. Claire quiere que se integre de alguna forma, es algo que siempre le ha costado, por lo visto.
Me sorprendieron las palabras de mi madre. No tenía sentido, el Daniel con el que acababa de estar me pareció una persona con la que fácilmente podías entablar una conversación, y sólo le conocía de esta tarde. Es decir, no parecía en absoluto alguien que tuviera problemas para integrarse. De hecho, mientras conversábamos pensé en lo opuesto que era a lo asocial que su madre le ha había descrito la otra vez.
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Sobre Ruedas (literalmente) #1
Teen FictionUn accidente ha cambiado en un abrir y cerrar de ojos la vida de Kenneth Andersen. De pronto se ha quedado sin novia, de pronto ha dejado de ir al Instituto, de repente está sobre una silla automática que determina su vida y la condiciona, valga la...