Capítulo 12

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"Lunes"

—Kenneth...

Llamó otra vez Isabella, desde el otro lado de la videollamada. La escuché la primera, pero estaba muerto de sueño. Me dejó solo hacía un rato, para que avanzara en mi redacción, que pensara en cosas, porque hasta mi nombre había borrado y volvía a tener en blanco el documento.

En algún momento me quedé sólo viendo la pantalla.

Seguía sin tener idea de lo que quería hablar, y hasta ahora el grupo de Daniel no me había servido de mucho. Literalmente, estaba a cero de ideas.

Se me ocurrían absurdeces. Es posible que ni siquiera me lo estuviera tomando en serio. O en realidad quería tomarlo tan en serio que no estaba listo. El año pasado no me mataba tanto, recurría a los tópicos más comunes, los que hacía más de la mitad de la clase, por no decir toda, si no contabas a tres o cuatro excepciones que eran alumnos estrella. Los tópicos comunes eran básicamente sobre el cupón de desigualdades sociales, los estereotipos, la educación actual o cualquier tema social del que si bien estábamos hartos de oír cosas, eran un día a día.

Expresaba mi opinión y lo entregaba. Los cincos no me sorprendían, sabían a diez. Hasta que empezaron a llegar los suspensos.

Karl ya me hizo ver una vez que mi problema no era precisamente mi opinión, ni las faltas ortográficas —que tenía muy pocas—, sino lo mal que la exponía y las pocas ganas que le echaba.

No sé qué esperaba pidiendo a la gente hacer mil tópicos al año. Al menos el ochenta por ciento serían sin ganas.

¿Cuál era el afán de hacer a la gente reflexionar todo el año escolar?

Odiaba esa asignatura.

—¿Te has quedado dormido?

—Para nada, sabes que es mi clase favorita, además de la única. Me divierto mucho.

—Es evidente que no —dijo tranquila—, ¿has escrito algo?

—Monitoreado no funciono bien —alegué.

—Te dejé un rato por eso.

—En un rato tampoco funciono bien.

—¿Cuándo crees que funcionas bien?

Funcionaba bien cuando estaba con Annabell. No habían suficientes problemas en el mundo para amargarme... o al menos no tenía esta visión, sin mucho color, del mundo.

Dios, tengo que superarla. Ni siquiera lo había intentado.

Muy bien, era una de esas mañanas emocionales.

—Necesito mucho tiempo —dije solamente.

—Dependiendo de si estás inspirado, de aquí a diciembre puede ser mucho tiempo o no.

—No soy escritor, sólo soy un estudiante que se ha encontrado con esto en mitad de su inocente camino.

Soltó una risa leve, aparentemente divertida.

—¿Te echo una mano? Nuestras clases ahora van a ser esto y no podemos pasarlas mientras te veo dormir.

—Pueden ser horas libres.

Sobre Ruedas (literalmente) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora