Capítulo 2

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  — Chicos, este evento es muy importante pero eso no quiere decir que solo vamos a pararnos ahí a vernos bonito y cantar bien, tenemos muchas personas que nos visitan y vienen aquí con necesidades espirituales de todo tipo, como siempre les digo, nuestro ministerio es llamado a ministrar vidas, a sanar corazones, a confirmar pero sobre todo a exaltar el nombre de Jesús . vamos a orar.

Siempre que tenemos presentación oramos como equipo junto a los músicos para ponernos en comunión con Dios y así poder dar lo mejor de nosotros en el servicio. Oramos por las vidas que serán ministradas, por los quebrantamientos, para que Dios rompa cadenas y permita la fluidez de la alabanza en el pueblo de Dios. 

Me siento bien cada vez que puedo estar frente a estos jóvenes y poder liderarlos con mansedumbre, dominio, sabiduría y confianza, soy su líder hace tres años ya, y aunque no cante a menudo, soy como así decirlo su representante, aunque me considero más que eso.

Falta poco para las 7 de la noche y las sillas se están empezando a llenar, nuestro templo es grande según considero, tiene capacidad para unas 500 personas incluyendo la parte de la mezanine. Antes de cada servicio en el que mi equipo va a cantar voy con el equipo de tecnología a confirmar la lista de canciones para la proyección de las letras y orden; es bien cierto que no estoy sentada la mayoría del tiempo, porque siempre hay algo que hacer, organizar, preguntar y un sin fin de esas cosas; hoy al ser un día especial hemos puesto mucho empeño y hay más cosas por hacer, pequeños detalles que ajustar y mandados que resolver.

Estoy en la Tablet dando una ultima revisión al tema de la proyección cuando mis padres se me acercan a saludarme. 

— Hija, que bueno que te vemos, cuando salgamos de aquí cenaremos juntos.

— Pastor, pastora, los estuve llamando esta mañana para saber de ustedes. — sí, a mis padres, dentro de la iglesia los llamo por su rango en la congregación.

— Estábamos en el supermercado temprano, ya sabes, a esa hora todo está fresco y recién colocado.

— Está bien, como sea, nos vemos a la salida, los quiero, me retiro. — salgo en dirección opuesta donde Carla, una del equipo del sonido me está llamando.

— Por favor busca rápido al predicador y pregúntale si desea micrófono de solapa o inalámbrico manual.

— Querida, no sé quien es el predicador, capaz y soy yo y no me he enterado, pregúntale al pastor para que te ayude con eso.

Las luces del salón bajan y empieza la banda a tocar el instrumental de intro. voy a mi lugar de siempre en el segundo nivel, al área del sonido, desde esta posición puedo ubicar a todos los de mi equipo y estar pendiente si necesitan cualquier cosa.

El servicio empieza con una oración y yo me dispongo a concentrarme al máximo. Pasan las adoraciones, el momento de ofrendar, el momento de dar gracias y vuelven los adoradores para luego entregar a la persona que tiene la prédica, hasta ahora no sé de quien se trata, pero espero recibir una palabra esta noche, quiero que Dios hable a mi vida, así que ambiento mi corazón para que las reciba, cierro mis ojos y levanto mis manos para cantar.

TU PROVEE EL FUEGO, EL SACRIFICIO YO SERÉ.

TU PROVEE TU ESPÍRITU Y YO ABRIRE MI INTERIOR.

LLENAME DIOS LLENAME DIOS LLENAME DIOS, LLENAME

TU PROVEE EL FUEGO, EL SACRIFICIO YO SERÉ.

El esposo que pedí - ROMANCE CRISTIANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora