Capítulo 19

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— Mañana estarás diciendo Si acepto frente al galán de tu novio manita, estoy tan emocionada por ti — Luisa me apreta fuerte en eun abrazo mientras suelta risitas de emoción.

Los chicos de la iglesia, todos los jóvenes se han reunido para hacerme una despedida en la cafetería donde solemos juntarnos, somos al rededor de 40 personas y todos tienen un semblante de alegría que me hace a mí estar feliz también. Saber que todos estos jóvenes se alegran de mi felicidad me emociona y me trae alegría al corazón. Por eso es la importancia de llevarse bien con todos, y además la biblia nos manda a buscar la santidad y la paz con todos, ya que sin ella es imposible ver al señor.

Mi líder juvenil empieza orando y presentándole a Dios mi futuro matrimonio, le pide a Dios para que me guíe en todo momento y que pueda desarrollarme en mi nueva congregación en la posición que se me coloque.  La verdad es que quiero seguir sirviendo a Dios a pesar de que no conozca a nadie en este nuevo lugar, quiero poder agradar a Dios con mi servicio, con mi entrega y yo se que al estar casada con una persona entregada a Dios también voy a poder hacerlo, lo siento de esa manera.

Muchos de los chicos comienzas a decirme palabras bonitas, a darme buenos deseos para mi nueva etapa, otros simplemente me felicitan por el paso que voy a dar y así todos dicen algo, me siento muy feliz al estar rodeada de ellos.  Poco a poco la conversación empieza a fluir y por todo el local se hace sentir el murmullo de este gran grupo de jóvenes que se divierten y celebran la unión de una de sus hermanas en la fe.

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Ayer fui a medirme por última vez el vestido y de paso retirarlo. Sonia fue conmigo, al igual que mi cuñada Sofía y mi mamá, todas quedaron fascinadas con el resultado final, me habían puesto el velo y dado mi ramo el cual era de flores blancas con unas perlas incrustadas y unos lazos muy hermosos blancos con brillo, me sentí una novia muy hermosa.

Luego de ahí fuimos a por el vestido de mi madre y Sonia el cual ya estaba encargado también y por último a retirar los anillos.

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Luisa sale por la puerta principal con mi vestido tratando de no maltratarlo y colocarlo satisfactoriamente en su carro

Estamos recogiendo todo para irnos a su casa, allá me prepararé y le dejaremos la casa de mis padres a los chicos, para que se arreglen aquí y las damas, mi suegra y mi madre iremos a casa de Luisa. Las madres irán mañana pero desde hoy me separarán de mi amor para que nos veamos en el altar la próxima vez. He estado disfrutando de mi amor bonito por dos días maravillosos, donde el ha venido con Su madre y hermana hasta el día de la boda y se están alojando todos en la casa de mis padres, hasta yo, ya que he entregado a los nuevos dueños mi antiguo hogar.

A sinceridad, mi casa parece un campamento justo ahora. Los amigos de Ethan han venido está tarde ya que mañana es la boda y todos se quedarán aquí, en total 5 de ellos. En la  sala de estar cuelgan todos los trajes de ellos y maletas por doquier. Mis madre los ha recibido con galletas y pastel para todos, está feliz de tener tantas personas bajo su techo.

La madre y hermana de Ethan se están quedando en el cuarto de invitados, en mi habitación estaba quedándome yo  desde el miércoles y el estudio de mi papá lo habíamos convertido en una habitación improvisada para Ethan, colocando un colchón inflable, decorado por mi, muy bonito.

Asumo que los chicos todos se quedarán a dormir en la sala de estar o eso fue lo que escuché. También escuché de un pajarito que a Ethan le hicieron su despedida de soltero el martes, no me quiso decir nada de los que hicieron ni aunque le di muchos besitos.

—Amor, nos vemos mañana, — me acerco a Ethan que me ayuda con mi mochila la cual llevaré — no quiero apartarme de ti — Abrazo a mi novio sin importar que hayan mas personas en el mismo espacio que nosotros.

El esposo que pedí - ROMANCE CRISTIANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora