Capítulo 21 - Final

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—Preciosa, justo a tiempo para nuestro primer baile como esposos

¡ay! Me emociona tanto que el este tan entusiasmado con esto que no se ni como expresarlo. Me comentó que el sueña tener un hermoso baile en su boda, y bueno, también es un deseo mío poder hacerlo. A pesar de que no es una costumbre que se haga en las bodas de cristianos, ambos quisimos agregar este elemento a nuestro gran día.

Agarrados de la mano nos dirigimos desde un extremo del lugar en donde estamos celebrando nuestro gran día a la pista de baile que está en la recepción. Las fotos que nos acabamos de tomar sin duda han sido las mejores de mi vida. El fotógrafo que contratamos es un amigo de Ethan por lo que hubo confianza al momento de tomar todas las fotos ocurrentes que decidimos hacer, besándonos, abrazados, yo encima del como costal y muchas otras ideas que se nos ocurrieron.

Nos detenemos ante unas cortinas que son la entrada de la gran carpa donde están ubicada la recepción, nos miramos así con esa sonrisa puramente boba y cargada de sentimientos, sus manos suavemente rodean mi cintura y me da un delicado y tierno beso.

— ¿Sabes que nos miran verdad? — digo señalando las cortinas que por desgracia son semitransparentes.

– Cariño, es nuestra gran entrada, tenemos que hacerla especial — su sonrisa me desarma, lo amo

Justo en ese momento Empieza a sonar nuestra canción, esa que escuchábamos sólo pensando en el otro aún sin saber que un día podríamos casarnos, Dios supo unir lazos para que este momento llegara y fuera tan especial.

Las cortinas se abren y aun agarrados de mano caminamos hacia el centro de la pista de baile mientras el Dj nos presenta

— Démosle la bienvenida y un fuerte aplauso al señor y la señora Ruiz.

Todos se ponen de pies para recibirnos y vernos bailar. A mi ya esposo le poso mi mano izquierda en su hombro y la derecha la entrelazo con la otra. Nos fundimos uno en la mirada de otro si n importarnos nada de lo que suceda alrededor, nos olvidamos de los espectadores, de esa magnífica decoración que nos rodeaban, las luces que iluminan la plataforma en la que estamos. Nos expresamos con la mirada esa promesa de la canción.

Sí, porque en este momento para mí solo existe este guapo hombre que me sostiene la cintura, la música y yo.

Bailamos a nuestro ritmo la canción destino o casualidad y al terminar sellamos el momento con un deseado y esperado beso

Los abucheos y aplausos nos sacaron de nuestra burbuja romántica y nos traen a la realidad que ahí estaba ocurriendo. Seguimos disfrutando de nuestra boda, las fotos, la comida, aunque solo probé la carne, y la fiesta que se montó después, bailamos mucho, nos reímos mucho hasta pasadas las 20:30.

– Amor, debemos irnos – mi esposo se acerca a mi envolviendo sus manos en mi cintura y volviéndome totalmente loca.

–Tantas prisas tienes? – lo miro con mi cara provocativa a lo que el ríe.

– No tienes ni idea, vamos – me lleva por toda la carpa sin preocuparse en despedirse de nadie. lo cierto es que es mas divertido si los novios se pierden de la fiesta y nadie se de cuenta cuando se han ido.

Llegamos al carro, asombrosamente no hay nadie en la entrada del lugar únicamente Esteban su mejor amigo.

– No incendien la cabaña – le entrega la llave del carro a Ethan y chocan manos – Pensé que te cambiarias de vestido – dice mirándome y yo miro a mi esposo con vergüenza.

– Ese placer será solo mío querido amigo – Esteban se carcajea y se marcha – Ven acá pequeña – me toma de la cintura y me sube a la capota del carro – ¿estás lista para incendiar esa cabaña?

El esposo que pedí - ROMANCE CRISTIANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora