Capitulo 13

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Una semana ha pasado desde la última vez que vi a Ethan. Aunque todos los días nos mensajeamos se me es imposible no extrañarle mucho.

Voy camino a su casa para conocer a su madre, son cerca de las 2 de la tarde y aún me faltan como tres cuartos de hora para llegar decidimos que sería tan tarde porque debía estar en la iglesia en el servicio de la mañana ya que tenía que cantar hoy y no pude cambiar con ninguna de las demás chicas.

Pude llegar a la casa de Ethan sin inconveniente alrededor de las 3 de la tarde, revisé mi peinado y me alisé la falda dentro del carro para mantener Todo en orden. Voy con la misma ropa que fui a la iglesia en la mañana ya que no quise demorar más tiempo yendo a casa a cambiarme por lo que andaba calzada con unas zapatillas de plataforma medianamente alta, falda ajustada, blusa y chaqueta. Se puede decir que estoy muy emocionada por conocer a mi suegra la cual intuyo que es sociable ya que por lo regular los que dirigen el Ministerio de misiones son personas súper amables y hace unos días me comentó mi novio que ella servía en ese ministerio.

Veo al hombre con el que un día no muy lejano me casaré salir de la casa y es el momento de dar este otro paso importante se acerca mi puerta y abre extendiendo su mano para ayudarme a bajar.

– Estás hermosa mi reina – no puedo evitarlo y me lanzo a sus brazos esos que tanto extrañé estos días sin verlo – y hueles tan rico como para morirse en tu piel – definitivamente soy fanática de sus piropos y de las cosas lindas que este hombre me dice, hace que me enamoré cada día más de él

– Gracias hombre lindo, Tú también estás guapo como siempre – me sonríe besando mi coronilla y Toma mi mano para guiarme al interior de la casa, al entrar noto que todo está Exactamente igual a cómo lo recuerdo, excepto por la mujer de larga cabellera oscura que se observa de espalda a nosotros en la cocina, imagino que es su madre, la cual gira hacia donde estamos y me regala una sonrisa amplia y sincera.

Su rostro denota pocas arrugas lo cual hace Resaltar las pecas que lleva esparcida por todo éste haciendo un hermoso contraste con sus ojos color miel, sin duda una mujer hermosa al igual que su hijo.

– Querida Ya estás aquí – me rodea de un cálido abrazo que me hizo entregarme a él y rodearla con los míos también.

Su manera de abrazar es de esas que hacen que te sientas segura en sus brazos y justo así me siento, muy dentro de mí percibo que con este gesto me está diciendo cosas que quizás de sus labios nunca salgan, sin embargo, se siente tan real que es imposible no imaginarlo así hasta el final del mismo.

– Disculpa mi emoción y emotividad, pero es que estoy tan feliz de conocerte que no puedo ocultarlo. – le sonrío abiertamente y tomo su mano para darle un suave apretón.

– Créame que para mí es un honor y grato privilegio poder presentarme ante usted es todo un placer – su calidad sonrisa me alegra el corazón.

– Toma siento mi hija, enseguida los acompaño

Tomé la mano del hombre a mi lado y me acerqué a las fotos que cuelgan de la pared para poder verlas porque la vez anterior quedé con la duda de quienes eran debido a que no pude acercarme bien a ellos.

Son un conjunto de seis cuadros organizados meticulosamente mostrando cuatro personas sumamente felices. El hombre desconocido asumo que es su padre ya que se encuentra abrazando a un niño de alrededor de 8 años y con la misma sonrisa encantadora que veo en Ethan cada vez que me abraza.

El esposo que pedí - ROMANCE CRISTIANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora