Capítulo 20 (La Boda)

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No comas ansias
No comas ansias
No comas ansias

Esa frase se ha convertido en mi mantra desde que desperté, mi mente está que no sabe en qué pie pararse, los nervios nk ha permitido que pueda funcionar bien, ¡hoy es el día de mi boda! Chillo emocionalmente ya que sé que si trdato de exteriorisarlo no saldría mas que un quejido dudoso.

La casa de Luisa es un Caos desde las 7 de la mañana que la Organizadora llegó con algunas estilistas que nos arreglaran, mis damas por un lado, mi madre y mi suegra por otro, mis cuñadas y Laura también están aquí. Hay ropa por cualquier esquina que intentes caminar y es imposible ponerse de acuerdo donde hay más de 12 mujeres juntas.

La boda la pautamos para que los invitados lleguen entre las 4 y 5 de la tarde, a la 5 empezará la ceremonia y ya de ahí no se mucho el Control del tiempo, pero si me ha dicho la Organizadora que a las 9 más tardar tendremos que irnos Ethan y yo porque vamos a conducir en carretera y necesitamos llegar a nuestro destino antes de la madrugada.

Son las 3 de la tarde, ya todas estamos maquilladas y peinadas. Solo falta ponernos los vestidos.

Para mi se ha designado la habitación principal y me han encerrado ahí solo con mi madre y mi suegra para ayudarme a vestirme, algo de una tradición han dicho las chicas. La verdad es que yo nunca le había puesto asunto a esto de las tradiciones.

—Hija, queremos decirte unas palabras antes de este momento. Y justo ahora tu padre está teniendo o ya ha tenido esta conversación con tu futuro esposo. — mi madre toma mi mano y me conduce a sentarme en el borde de la cama entre ella y Sonia.

— El matrimonio es lo más hermoso que pueda existir, es un camino donde hay muchas rosas, muchos momentos felices. Es la etapa donde vas a vivir tus mejores experiencias con tu pareja. Van a compartir nuevas experiencias, viajes, van a descubrirse uno al otro y muchas cosas bonitas más, pero no siempre será así — estoy concentrada escuchando las palabras de mi suegra cuando mi madre sigue hablando.

—Llegarán momentos donde quieras renunciar al matrimonio, quizás en un momento te quieras arrepentir de haberte casado con Ethan por cuál sea que fuere la situación. A todo esto dejame decirte que la palabra paciencia. Confianza y amor deben ser parte de ti. Paciencia para aprender a convivir con otra persona opuesta a ti, confianza para tener convicción de que cuando se les presente una situación la resuelvan juntos hablando, confiando siempre en el otro, y amor, porque el amor todo lo cree, Todo lo espera y todo lo soporta, y se que como buenos Cristianos que son, Con la educación que te dimos y la que se que le dio Sonia a Ethan van a saber amarse en el temor de Dios, con Dios como su guía. Su sostén, su cable a tierra.  Si dejan que Dios sea el centro de su relación y se ponen la armadura de Dios como pareja, Cuando vengan los dardos del enemigo podrán resistirlo. — mi madre habla y le escucho atentamente

— Recuerda esto siempre, en Santiago 4:7 dice que resistam os al diablo y huiráde nosotros. Cuando estés frente a adversidades no te pongas en contra de tu marido, sino, al contrario, Une frente con él y resistan al diablo, aunque quizás creas que quien está mal es él, únete a él, sometete como esposa sabia que edifica su matrimonio y venzan los dardos del diablo. — mi suegra terminó  de hablar y yo no puedo estar sino más que agradecida con sus consejos

—Gracias, en serio, tomaré muy en cuenta esta conversación. — Abrazo a cada una de ellas con gran amor, ya que aunque Sonia es mi suegra se ha portado demasiado bien conmigo y es muy cariñosa

—Último consejo del día — mi madre sonríe hacia mí. —Aveces el sexo es la solución a discusiones estúpidas.

Sonia ríe ante el consejo de mi madre y afirma mientras lo hace. Yo por mi parte me sonrojo ya que hablar de eso con mi madre y mi suegra presente no es el mejor panorama.

El esposo que pedí - ROMANCE CRISTIANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora