Chapter 36

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Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco es mía, es de Juri . DP  y fue beteada por geekgir7.

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Cuando Sasuke se despertó, su mente aún era un caos.

Esa noche no había luna, el cielo estaba despejado y los árboles no eran lo suficientemente frondosos como para filtrar la luz de manera efectiva. Su primer pensamiento fue sobre el contraste entre lo descansada que se sentía su mente y lo cansado que se sentía su cuerpo. Físicamente, sintió como si sus músculos se estuvieran recuperándose de una especie de conmoción. El dolor muscular del entrenamiento era normal y difícilmente sería algo que él considerara molesto, pero lo que sentía ahora era una especie de fatiga opresiva.

No pasó mucho tiempo para que sus ojos se posaran en la masa de cabello oscuro junto a él. Por un momento, se sorprendió porque imaginó que era Hinata y tardó un momento en darse cuenta de que realmente era Hinata. Se dio cuenta de que habían estado acurrucados.

A Sasuke le costaba respirar. Retiró su brazo de alrededor de ella y lentamente se sentó. Los siguientes minutos los pasó tratando de liberarse del genjutsu en el que seguramente estaba, pero nada cambió. Hinata todavía permanecía a su lado, respirando de manera uniforme y sin preocupaciones. Su mente estaba procesando a gran velocidad el implacable torbellino de emociones. Recordó los eventos de unas pocas horas antes, Dios, solo habían pasado unas pocas horas, y aun no podía creer que todo fuera real.

¿Hinata apareciendo en su puerta? ¿Cómo pudo haberlo encontrado? Nadie había podido encontrarlo antes, pero ¿Hinata pudo hacerlo después de no verlo durante un año? Demonios, ni siquiera pensaba que ella supiera suficiente sobre él como para adivinar a dónde iría, porque Sasuke no pensaba de forma lógica, al menos no este último año. Ni por asomo. No había tenido la intención de quedarse atrapado aquí durante tanto tiempo, pero se había asegurado de que no lo encontraran.

Sin embargo, Hinata lo hizo, como si eso fuese la cosa más fácil del mundo.

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—Te encontré.

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Sasuke luchó por respirar profundo, muy profundamente. ¿Por qué le había sonreído? Hinata nunca le sonrió así. Parecía una persona enloquecida que finalmente tenía algo de claridad. Parecía como si realmente necesitara verlo, como si no hubiera tenido paz desde la última vez que lo vio. Y eso no tenía sentido. No hay forma de que eso tuviera sentido en la realidad. Él no le gustaba a Hinata. Ella no lo quería. En el mundo real, Hinata nunca estaría donde Sasuke.

Pero si esto no fuera un genjutsu.

Volvió a mirar a la joven que estaba junto a él, todavía dormida. El cabello le llegaba hasta los hombros y estaba esparcido sobre las abultadas almohadas. La suave subida y bajada de su pecho le aseguró que ella estaba en un profundo sueño. Su ropa gastada, pero considerablemente limpia contrastaba con las sábanas sucias y enmarañadas sobre las que yacían.

Sasuke la miró fijamente, tratando de racionalizar sus pensamientos. Solía jugar con la idea de que se estaba volviendo loco, pero ahora que en realidad comenzó a considerar que ahora sí podría haber perdido la razón y estaba aterrorizado. Estaba aterrorizado de lo patético que era. Incluso si Hinata estuviera viva, ¿por qué diablos iba a perder el tiempo tratando de localizarlo? La Hinata que él recordaba recibió una herida fatal y quedo expuesta a la gran cantidad de enfermedades en el escondite. Por el amor de Dios, había sacado piedras y cemento de sus entrañas expuestas. Había pasado horas limpiando su sangre y hasta quemó la ropa que usó ese día. Ni siquiera estaban cerca de la Aldea Oculta de la Hoja cuando Hinata sufrió esas heridas, así que él sabía que ella no lo logro.

Negro y púrpura no se mezclanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora