Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Kishimoto. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a Juri . DP y fue beteada por Karen Hikari.
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Jibo se despertó en su cama, sentía su cuerpo cálido y pesado. Miró en la tenue oscuridad, y rodó sobre su costado. La vela que iluminaba la habitación estaba casi completamente consumida. Al otro lado, Shana estaba tendido en el suelo, frente a su propia cama.
Jibo se sentó, estirándose y gimiendo. Él no dijo nada mientras miraba a Shana. Esperaba que las cosas volvieran a tener sentido, o al menos volvieran a cómo antes, pero ya era demasiado tarde para eso.
Estaban en serios problemas.
Shana y Jibo llegaron a la guarida temprano esa mañana, cinco días después de dejar Konoha.
Viajar sin Kabuto y sin Sasuke era diferente. Cuando solo eran ellos dos, encontrar lugares para dormir y comida resultaba ser mucho más fácil. Ellos no eran conocidos o delincuentes buscados. Podían ir y ser vistos, porque nadie los estaba buscando.
Hecho agridulce para Jibo.
Volver a la guarida fue la parte difícil. Además de llevar un peso extra, tenían que evitar ser vistos a toda costa. Esto significaba más viajes a través de bosques y caminos secundarios, y no comer o dormir en espacios públicos. Ni Jibo ni Shana sabían mucho sobre la supervivencia en bosques, tomando en cuenta que los habían secuestrado de sus aldeas antes de que pudieran aprender todo lo que necesitaban. Esta clara falta de experiencia hizo que Jibo realmente temiera que fuesen descubiertos por Kabuto, Orochimaru o incluso por Sasuke.
Pero ellos lograron regresar. De algún modo.
Y ahora... Jibo no tenía idea de lo que iban a hacer ahora.
La fijación de Shana por Hinata fue comprensible al principio. Jibo pensó que él podría entenderlo a futuro. Pero mientras veía como su amigo miraba fijamente a la chica que estaba debajo de su cama, se llenó de una extraña mezcla de irritación y paranoia.
El propio Jibo no veía qué era eso tan bueno acerca de Hinata. No entendía por qué Shana quería tenerla cerca, cuando eso los pondría a los dos en peligro. Se preguntaba, aunque un poco tarde, el por qué Shana nunca sugirió que simplemente no regresaran a la guarida una vez fuera. Jibo había estado demasiado concentrado en entender lo que le sucedía a Shana, mientras que Shana no había estado preocupado por él en absoluto.
Shana solo quería a Hinata.
Jibo se balanceó lentamente hacia adelante y hacia atrás en su cama, mirando a Shana.
—¿Ahora qué? —él susurró.
Shana no se movió. Tal vez no había escuchado a Jibo.
—No estoy seguro —respondió Shana. Su voz todavía tenía una cosa extraña, algo distante y oscuro.
—Tenemos que... hacer algo —dijo Jibo.
—Hm... —Shana parecía no estar perturbado por las preocupaciones de Jibo.
Jibo intentó una vez más apelar a su lado racional y así obtener algún tipo de reacción por parte de Shana.
—Tenemos que hacer algo por ella. Todavía está rígida, y no ha comido en días. Tenemos que-
—Jibo —lo interrumpió Shana—, deja de hablar.
Jibo miró a Shana con incredulidad. La desesperanza que había comenzado a sentir cuando se despertó, estaba ahora bullendo dentro de él. Abrió y cerró la boca, queriendo decir algo hiriente, pero su pecho se sentía vacío.
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Negro y púrpura no se mezclan
FanfictionÉl no pidió sentirse de esta forma, y él tampoco pidió que todo estuviese relacionado con ella, pero, ya sea por suerte o por desgracia, estaba obsesionado con la chica Hyuuga. Si ella no estaba de acuerdo con ello, bueno, ese no era su problema. Be...