SADIE SHEPHERD Y EL PRISIONERO DE AZKABAN [3] ✔

xxxiii. the divination test

CAPÍTULO 33
La prueba de adivinación

—Escúchenme bien porque si les pateo el trasero en los exámenes les diré ¡SE LOS DIJE!— gritó Sadie, haciendo que Harry a su lado se sobresaltara—. Créanme, sacare la mayor puntuación, supera las expectativas.

—La mayor puntuación es extraordinario— dijo Hermione.

—Como sea, les ganaré.

—Eso es muy Aries de tu parte— dijo Hydra, quien había estado últimamente obsesionada con la astrología y la adivinación, aunque no tomaba clases con la profesora Trelawney.

—De todas maneras— interrumpió Ron—. ¿Cómo estás tan segura de que nos ganarás?

—Porque le copie a Hermione.

Hermione la miró de inmediato con una mueca incrédula y enojada a la vez, entonces Sadie rió.

—Solo bromeo...Un poco...La verdad es que he estado estudiando demasiado pero eso afecta mi reputación de rubia mala con chaqueta de cuero y motocicleta.

—No tienes chaqueta de cuero ni motocicleta.

—¡Deja de arruinarlo, Hermione! Odio las chaquetas de cuero y tengo una bicicleta, eso debe servir de algo.

A su lado, Sadie escuchó como Ron reía a lo bajo y parecía estar en sus propios asuntos, sabía que se estaba burlando aún del boggart de Hermione que había aparecido en su prueba de defensa contra las artes oscuras, ciertamente, también le parecía un poco patético que su boggart fuese suspender todas sus materias, pero al fin y al cabo, eso realmente había puesto a Hermione sensible, así que Sadie le dio un pisotón a Ron para que dejara de reír antes de que la castaña se diese cuenta.
Ron levantó la vista enojado para ver quien había sido el responsable del pisotón, pero solo entrecerró los ojos cuando vio la sonrisa retadora de Sadie.

—¡Hola, Harry, Sadie! —escucharon la voz de un hombre, cuando la rubia finalmente separó la mirada de Ron, se encontró con Cornelius Fudge, quien se mostraba un poco amigable desde el inicio del curso, cuando Harry y Sadie escaparon de la tía loca de Harry—. ¿Vienen de un examen? ¿Les falta poco para acabar?

—Sí —dijo Harry. Hermione y Ron, como no tenían trato con el ministro de Magia, se quedaron un poco apartados.

—Estupendo día —dijo Fudge, contemplando el lago—. Es una pena..., es una pena... —suspiró ampliamente y miró a Sadie—. Me trae un asunto desagradable, La Comisión para las Criaturas Peligrosas solicitó que un testigo presenciase la ejecución de un hipogrifo furioso. Como tenía que visitar Hogwarts por lo de Black, me pidieron que entrara.

—¿Significa eso que la revisión del caso ya ha tenido lugar? —interrumpió Ron, dando un paso adelante.

—No, no. Está fijada para la tarde —dijo Fudge, mirando a Ron con curiosidad.