Capítulo 17 "Fiesta"

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La semana había transcurrido tranquila y aburrida. No estaba asistiendo a las prácticas de de gimnasia pero sí a la escuela. Sebastián se había ido de viaje así que la última vez que nos vimos fue el lunes en la noche, cuando me escapé de casa para ir con él al cine. Por suerte y gracias a dios, mi madre no había descubierto nada. He hablado por teléfono con él durante estos días, dice que detesta viajar con sus padres y que le encantaría poder estar ahora conmigo.

Hoy al fin es viernes, lo que significa descansar de las clases al menos el fin de semana, esta semana ha sido agotadora para mí, he tenido muchas tareas y deberes. Pensé que Sebas venía hoy, pero no. Me dijo que a causa de un imprevisto no regresaba hasta mañana. Supongo que tendré que esperar un día más para verlo. Apenas estábamos empezando a conocernos, y aún no sabía si podía llamar a esto "relación" pero no podía negar el hecho de que lo extrañaba.

Estoy en mi habitación terminando de leer el segundo libro de After, titulado "En mil pedazos". En estos días sin entrenar había podido avanzar mucho en la lectura, tenía más tiempo libre.
Oigo mi teléfono sonar y me debato en si levantarme o no, pero al final decido levantarme y atenderlo.

Es Patricia.

Ella y yo nos habíamos hecho amigas, es una chica muy agradable.

-Hey Pat ¿Qué cuentas?

-Hola Madi ¿Tienes planes para hoy en la noche?

-Emm... Pues sí, terminar un libro muy bueno.

-¿Y nada más?

-No, nada más.

-Uyy ¡Genial!- Grita tan alto que tengo que apartarme el teléfono de la oreja.

-¿Por qué preguntas? Conozco esa alegría, que te traes entre manos.

-Jajaja. Pues... Hoy Cynthia, una chica de nuestra clase, da una fiesta y...

-No, no pienso ir.

-¿Pero por qué? Ni siquiera he terminado de explicarte.

-Porque tengo cosas que hacer.

-¿Si? Cosas cómo terminar un libro. Por favor... Todos preferirían ir a una fiesta un viernes en la noche antes que quedarse en casa.

-Patricia pero yo no soy todos, soy yo.

-Vamos Madison- Me suplica- Por favor... Mira va a estar allí un chico que me gusta y... No podré ir sola.

-Patricia...

-Por favor... Hazlo por mí. Plis.

-Bueno... Ok iré contigo.

-¡Sii!- Grita aún más fuerte- Lo sabía, mi poder es convenser a la gente.

-Si jaja, más bien sofocar a la gente.

-Jajaja que graciosa. Iré a buscarte a tu casa sobre las ocho

-Está bien, tendré que convenser a mí madre.

-Tranquila, dile qué vamos a mi casa a estudiar, y a quedarte en mi casa.

-Si ya... lo que tú digas. Cómo si fuera tan fácil. Ella es muy difícil de convenser.

-Mira, tengo una idea. Te voy a mandar el número de mi casa. Que tú mamá llame a la mía para confirmar la historia.

-¿Pero qué historia? Si no vamos a tú cada a estudiar, sino a una fiesta.

-Tú hazme caso sí. Mi madre nos ayudará. Yo le explico todo y le digo que cuando hable con tu madre le diga que sí, que vamos a estar estudiando en mi casa. Y listo.

-¿En serio? Tu madre es capaz de hacer eso.- Pregunto sorprendida.

-Pues sí, tu tranquila que todo va a salir bien, yo me encargo de todo.

-Bueno, si tú lo dices. Mándame el número y nos vemos a las ocho.

-Si, ponte algo lindo. Adiós.

-Adiós Pat te odio, no es cierto.

Cuelgo la llamada y doy un largo suspiro.
A mí realmente no me gustaban mucho las fiestas. Era más de quedarme en casa viendo una serie, o leyendo una buena novela. La idea me agradaba más que ir a un lugar lleno de adolescentes bebiendo, ligando y causando problemas. Pero bueno no podía dejar sola a mi amiga en esto. Ella me necesitaba y yo no quería defraudarla.

Cuando me envía el número de su casa. Le cuento todo lo que acordamos a mí madre, que iba a quedarme en casa de una amiga, para vernos y estudiar y sigo con el plan. Mi madre llama a la mamá de Patricia y por arte de magia queda convencida de sus palabras y me deja ir.

Resulta ser que la mamá de Patricia era en realidad la jefa de mi mamá en la oficina, así que, según ella, había accedido a dejarme dormir en su casa porque la conocía y sabía que era una persona muy recta y de confianza. Yo no podía evitar reírme por dentro por sus palabras, pero así era incluso mejor, ella estará mucho más tranquila. Cuando ya está todo listo subo a mí habitación y le envío un mensaje de confirmación a Patricia.

Todo salió de maravilla.
Nos vemos ;)

Patricia 🙃
Uyy genial. A las ocho
paso a por tí ;)

Luego de bañarme y preparar las cosas para quedarme en casa de Patricia, comienzo a arreglarme para la fiesta.
Decido ponerme un unos jeans azules oscuros, con unas zapatillas Vanz y una blusa corta color rojo. No quiero que el look se vea muy casual así que le agrego unas cadenas doradas muy lindas de accesorios y como pendientes unas argollas doradas grandes. Me dejo mi cabello castaño suelo, me maquillo de forma un poco arreglada: máscara de pestañas, lápiz de ojos y labial rojo que combina con mi blusa. Una vez lista, bajo, como algo sencillo de cena y espero a que llegue Patricia.

Esta no tarda mucho en llegar. Una vez que estaciona su auto frente a mí casa, me despido de mi madre y me voy. Llego hasta donde está ella, dejo mi mochila en el asiento de atrás y me subo a su auto.

-¿No sabía que tenías coche?- Pregunto sorprendida.

-Fue un regalo de mis padres. No me gusta mucho conducir.

-Ya... Jaja. Tienes suerte.

-Bueno, dejémonos de hablar y vámonos.

Y así enciende el motor y nos vamos en dirección a la dichosa fiesta en casa de Cynthia, que por sierto no la conozco, sólo de vista pero aparenta ser una buena persona.

Después de unos minutos llegamos a la casa y nos bajamos del auto. El ambiente luce normal, una típica fiesta de adolescentes: hay personas en el jardín bebiendo y hablando. Y dentro de la casa hay aún más personas, algunas están jugando en pequeños grupos sociales, otras estan viendo algo en el gran televisor, bailando y, por supuesto, no faltan las que están besándose probablemente con desconocidos y liándose en los rincones y sofás.

Típica fiesta adolescente.

Lo que me sorprende es lo grande que es la casa, diría que hay como cien personas y aún así parece haber espacio suficiente para todas.

Saludamos a la tal Cynthia y charlamos un poco con ella. Es una chica alta, de cabello negro muy bonito y largas piernas. Tiene los ojos café claro. Es muy gentil y amable y parece un poco abrumada por mantener a todos bajo control. Supongo que no es nada fácil controlar una fiesta llena de adolescentes. Seguimos charlando, pero luego tuvo que irse porque, al parecer, habían roto algo en la cocina.

-Voy a por unos tragos ¿Quieres una cerveza?- Me dice Pat

-No, yo no bebo- Respondo indignada- Pero si puedes traerme un refresco te lo agradecería.- Patricia se da la vuelta y yo le digo- Ah y sin gas, que es malo para las prácticas- Agrego.

-No creo que tengan refresco sin gas en una fiesta pero bueno, lo intentaré.- Dice y desaparece entre la multitud.



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