Capítulo 19 "Noche contigo"

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-De lo que sea que estén hechas las almas, la suya y la mía son una sola.

Atención
***
Este capítulo puede contener algunas escenas +18 leves.

Llegamos a la casa de Sebastián, es una casa grande, de dos pisos, con un amplio jardín que está bien cuidado y lleno de hermosos y diferentes tipos de flores.
Bajamos de la motocicleta, Sebas la deja parqueada a un lado del portal de la casa y me carga en brazos.

-¿Qué haces?- Le pregunto haciéndome la confundida, pero por dentro me está encantando que me lleve así, en sus fuertes brazos.

-Shh, habla bajo. Mis padres ya deben estar durmiendo. No quiero que nos vean y me llenen de preguntas.

-Así que... Me estás llevando a escondidas a tu habitación.- Le digo sonriendo como una niña. Él me dedica una sexy mirada y me dice:

-Sólo porque estás borracha.

Cuando entramos a la casa todo está oscuro, por lo que no logro distinguir casi nada. Sebastián me sigue cargando, subimos por una gran escalera y luego de pasar un largo pasillo entramos a lo que parece ser su habitación. Él me deja en el suelo, cierra la puerta y enciende la luz.

Yo me quedo asombrada al ver su habitación, pensé que estaría pintada de colores oscuros, desordenada y llena de pósters en las paredes, pero no. Es una habitación sorprendente, está pintada de azul marino, en el medio está la cama muy bien tendida, a un lado se encuentra una pequeña mesita de noche con cargadores, audífonos y otros aparatos electrónicos, y al otro hay un gran escritorio, con una computadora, su silla, libros y algunas figuras de acción de súperheroes. Yo sonrio por dentro al notarlas, él y yo somos tan iguales. Al fondo de la habitación tiene un armario gigante, unos gabeteros, algunos pares de tenis bien acomodados en el suelo y otras cosas. Del lado derecho del armario hay  una puerta blanca, que supongo que sea la de un baño personal. Sigo analizado la habitación mientras Sebas se quita los zapatos, los deja a un lado de la cama y comienza a buscar algo en uno de sus cajones. Saca una sudadera negra y me hace un gesto para que pase al baño, pero yo no lo contesto.

-Vamos Madison, ve a darte una ducha o tendré que hacerlo yo.

La idea suena tan tentadora y teniendo en cuenta el hecho de que estoy algo ebria le contesto.

-Yo no pienso ducharme así que si quieres que me duche pues...

-En serio que estás borracha. Bien... sígueme.

Yo sonrio victoriosa, estaba a punto de dejar que Sebastián me duchara, lo que significaba que me iba a ver desnuda, por dios, tal vez mañana me arrepienta de todo esto, pero hoy es hoy. Entramos al baño, él abre la ducha, me quita las zapatillas y con delicadeza comienza a desabrocharme los jeans. Yo agradezco internamente que hoy me halla puesto el conjunto de ropa interior rojo que compré en el Centro Comercial el otro día. Cuando termina de bajarme los pantalones, Sebastián mira mis piernas por unos minutos y yo me sonrojo. En serio he perdido la cabeza. Luego se pone de pie y comienza a quitarme la blusa roja. Una vez que me la logra quitar por completo me mira a los ojos y yo juraría que este momento puedo oír los latinos acelerados de su corazón, o tal vez sea el mío. Me pasa una toalla y dice.

—Toma, a partir de aquí sigues tú. No quiero que mañana te arrepientas de todo esto y me mates por seguirte la corriente.

—Pero yo te dije que...- No logro terminar porque él me interrumpe.

—Te espero afuera.

Y así sale de el cuarto de baño y me deja con la toalla en la mano y en ropa interior. Supongo que no tengo más remedio que ducharme yo misma. Me recojo el cabello improvisadamente para que no se me moje tanto, me termino de desvestir y me meto en la ducha. El agua está fría como el hielo. Luego de salir, me seco el cuerpo desnudo y debato en si ponerme la sudadera de Sebas con o sin mis bragas. Su sudadera es lo suficientemente larga como para cubrirme así que decido ponérmela sin nada más debajo. Tiene un olor increíble: una combinación entre la colonia masculina que él usa y su olor característico. Doblo la ropa que traía antes, la dejo sobre un estante del baño y salgo.

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