Capítulo 4 "Su abrazo"

119 10 2
                                    

-¿Creen en el destino? ¿Es posible que todo en la vida nos pase por algo, que todo esté conectado, o simplemente el destino es una serie de casualidades y acontecimientos aleatorios?

-¿Se encuentra bien?

-Si, todo esta bien, sólo estaba recordando a una amiga mía de la universidad. Tenía el mismo apellido, Parker.

-Ahh bueno, me voy a calentar, tengo muchas ganas de volver a entrenar.

-Claro señorita Madison, la estaré observando desde aquí.

Saco mi pomo de agua y lo coloco cerca de donde voy a calentar, la verdad me hacía falta estirarme, hacía días que no entrenaba. Hago un calentamiento general, seguido de unos lanzamientos de piernas, unos splits y por último unas paradas de manos. Todo el mundo parece concentrado en lo suyo como para prestarme atención. Me acerco a donde tengo mis cosas y aprovecho para mandarle un mensaje a Sebastián con mi dirección. Cuando el mensaje dice recibido me dirijo a las barras asimétricas, ya que es el único aparato que se encuentra vacío, además de ser mi favorito. Me pongo mis muñequeras de protección, me entalco las manos y ajusto las cuerdas de las barras para comenzar a hacer mi rutina. Esta siempre es mi parte favorita del entrenamiento. Realizo mi rutina muy bien y aterrizo perfectamente sobre el colchón. De repente me doy cuenta de que todos me miran, entre todas las miradas busco la del entrenador, cuando lo encuentro este está aplaudiendo asombrado. Yo me sonrojo un poco, normalmente soy una chica tranquila y no suelo ser el centro de atención. Sigo con el entrenamiento hasta que todos los chicos van saliendo del gimnasio poco a poco, supongo que ya se ha terminado la práctica y me alegro porque estoy de verdad muy pero muy cansada. Antes de irme del Polideportivo le digo al entrenador que definitivamente quiero inscribirme, este me da los horarios de las prácticas y me dice que me espera mañana a las 2 de la tarde.

...Unas horas más tarde...

Llego a casa y me tiendo en la cama, estoy sudada y muero por tomar una ducha bien fría, sin pensar en nada más entro al baño sin llevar ropa limpia. El agua corre por todo mi cuerpo, relajando mis músculos tensos y dándome tranquilidad, pero esa ligera tranquilidad es interrumpida por el sonido del timbre. ¿Por qué mamá no abre con sus llaves? Salgo de la ducha y me envuelvo en una toalla, bajo las escaleras y voy a abrir la puerta. Cuando veo a Sebastían al otro lado casi me muero de vergüenza. Había olvidado que vendría y lo peor es que sólo llevo una toalla cubriéndome el cuerpo. Sebas me mira de arriba a abajo y parece algo ¿Nervioso? Sique mirándome durante un rato y luego decide hablar.

-Hola Madison ¿Acaso he llegado antes de lo acordado?

-No... lo siento yo... es que me olvidado que tu...y se me ha quedado la ropa... por eso he bajado así. Lo siento- Le digo muy apenada.

- No te tienes que disculpar, de hecho te ves muy bien así, emm.... digo, no es que usualmente no te veas bien .... tú siempre estás hermosa ...lo siento quiero decir que no te tienes que vestir si no quieres ...por mí te puedes quedar así mismo... Emm creo que mejor me callo.

¿Pero que está diciendo? Está claro que Sebas está muy nervioso, yo en este momento estoy más roja que un tomate de temporada. Me ha dicho que me veo hermosa.

- Quiero decir... disculpa sé que eso ha sonado un poco raro- Dice Sebas avergonzado.

- Tranquilo, pasa yo voy a vestirme y en un segundo estoy aquí.

Cierro la puerta y me apresuro en subir a mi habitación. Me pongo la primera muda de ropa que encuentro, peino un poco mi cabello mojado, me aplico perfume y bajo. Ya en la sala me encuentro a Sebas sentado en el sofá, dioss ni siquiera me he dado cuenta de lo  bien que se vé. Lleva una camisa gris de mangas cortas, unos jeans azules y el pelo desordenado.

- Ya estoy aquí y disculpa por lo de hace un momento de verdad con todo lo de las prácticas se me había olvidado que venías.

-No pasa nada ¿Cómo te fue?

-Muy bien la verdad, ya extrañaba entrenar.

-Que bueno, me alegro por tí. Bueno y ¿Estás sola en casa?

-Si, mi mamá siempre llega tarde del trabajo.

-¿Y tú papá?- Se acerca un poco más a mí en el sofá, mirándome a los ojos, yo aparto la mirada, la verdad es que no suelo hablar de mi padre.

-Bueno él no...-Me interrumpe.

-Oh lo siento si te resulta incómodo no me tienes que contestar.

-La verdad es que no lo conozco, nunca lo he visto en mi vida, ni siquiera sé su nombre.- Digo esto y una lágrima involuntaria corre por mi mejilla.

Hasta yo misma me sorprendo, nunca le había contado a nadie lo de mi padre, pero es tan fácil abrir mi corazón con él, siento que puedo contarle lo que sea. Sebastián no dice nada, sólo me abraza y me parece la mejor sensación del mundo. Se me escapan unas pocas lágrimas más, hablar de mi padre es un tema muy delicado para mí.

-Te entiendo más de lo que te imaginas- Dice Sebas y me pega un poco más a él. Pasamos unos minutos así. Cuando consigo calmarme me separo de él.

-Bueno será mejor que nos pongamos con lo del trabajo- Le digo cambiando el tema.

- Si, me parece bien. ¿Dónde tienes los apuntes?

-Ohhh los tengo arriba, en mi cuarto.

-Bueno, te acompaño.

La verdad es que pensaba hacer el trabajo aquí pero supongo que no tiene nada de malo que estemos en mi habitación. Subimos y saco los apuntes de mi mochila. Sebastián parece muy concentrado mirando algunas fotos que tengo pegadas en la pared. Nos sentamos en la cama y nos ponemos en función del trabajo. Luego de unas horas ya lo hemos terminado.

-Uff  ¡Al fin hemos acabado!- Digo con una expresión de cansancio.

-Si, parecía que no se terminaría nunca y la profesora dijo que estaba sencillo.

-Jajaja de sencillo nada.- Miro el reloj y me doy cuenta de que nos hemos demorado más de lo que imaginaba, son más de las nueve.

-Debería irme- Dice Sebas al percatarse de mi expresión.

-No pensé que fuera tan tarde ¿Vives muy lejos de aquí?

-Tranquila, tengo mi moto parqueada  afuera.

-Ahh- Ni me había dado cuenta de que vino en moto.

-Bueno ya me voy ¿Segura que quieres quedarte aquí sola?

-Si no te preocupes, mi madre no debe tardar mucho en llegar.

-Si te hace falta algo no dudes en llamarme ok.-  Me dice y yo me sonrojo, parecía preocupado por mí.

-Lo haré gracias, pero ve calmado, sé cuidarme sola.

Sebas se acerca a mí para despedirse y me da un ligero abrazo. Ayy su abrazo se puede convertir perfectamente en mi lugar favorito. Luego de separarse de mí, nos miramos directamente a los ojos, estamos a una distancia peligrosamente cerca. Él aparta la mirada de mis ojos y me mira los labios ¿Acaso querrá besarme? 

Sé que lo conocí hace apenas dos días, pero me siento tan segura cerca de él. Nos acercamos más aún el uno al otro, estamos a punto de besarnos cuando de repente la puerta de mi habitación se abre y aparece mi mamá al otro lado, con una cara de terror y enfado.

Joder...

Nota: Uyy esto se está empezando a poner bueno. ¿Qué les pareció el capítulo? Se rieron tanto como yo en la parte en que Madison abre la puerta en toalla 🤣. No se olviden de votar y comentar porfis ;)

Caminos Cruzados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora