-Siempre me había sentido vacía. Era un sentimiento perpetuo en mi vida, siempre lo tuve y por más que intentara no podía desaparecer eso. Hasta que llegó él, supongo que necesitaba a alguien de quién aferrarme, y Sebas estaba ahí. Me llenaba de emociones, de sensaciones, me hacía sentir completa.
Me hacía sentir viva.
Me encuentro en sus brazos, mientras él besa mi cuello. -Madison control- Dice una voz en mi cabeza y de verdad que quiero hacerle caso, pero era tan fácil dejarse llevar con este chico. Cuando logro pensar bien y mi cerebro vuelve a tener el control de mi cuerpo, me aparto delicadamente de Sebastián y le digo:
-Tengo que irme a entrenar ya.- Sé que no es muy buena excusa pero es creíble, era la verdad.
-Si, lo siento. No quería distraerte.- Me dice un poco ¿Triste?
No lo sé con certeza. Pero tengo que dejarle claro que las cosas son de a poco. Me dirijo hacia mi armario, busco un mono deportivo negro Adidas y me lo pongo sobre el leotardo, cubriéndome las piernas. También me pongo mis zapatillas de entrenar y cojo mi bolsa.
Durante el viaje Sebas no me dice nada, y yo sólo disfruto la sensación de estar junto a él, abrazándolo por el abdomen. No lo veré hasta el viernes, ya me está pareciendo una eternidad, sé que voy a pensar en él todos los días y por dentro no me está gustando mucho esa sensación de dependencia que estoy creando hacia él tan rápido, pero ¿Qué podía hacer?
Cuando llegamos, me bajo de su motocicleta y lo miro esperando a que me diga algo.
-Ten cuidado entrenando, las rutinas de barras son peligrosas. Cuidado con los aterrizajes ¿Si?- Me dice con un tono algo mandón.
-¿Cómo sabes eso? ¿Conoces algo de gimnasia?- Le pregunto asombrada.
-Es una larga historia- Dice poniendo los ojos en blanco- Tú sólo cuídate y concéntrate ok.
-Si, lo haré. No te olvides de mí estos días que te vas de viaje.
-No lo haré nena.- Dice acariciándome los hombros y yo me sonrojo por su comentario.
-¿Nena?- Repito con una voz más cursi de lo que quería.
-Si, nena. A partir de ahora te llamaré así.- Yo sonrió como una chica estúpida y enamorada.
-Está bien. Ya tengo que irme. -Le doy un beso en la mejilla- Nos vemos el viernes.
-No, no. Tú no vas a escaparte así nena.
Y a la velocidad de la luz Sebastián se baja, me tira del brazo y me estampa contra la moto. Yo quedo de espaldas a esta, con las muñecas apoyadas en el asiento. Él se acerca más a mi, terminando con la poca distancia que nos separa, me sostiene de la barbilla fuertemente para que lo mire a los ojos y luego me besa. Debo decir que aunque Sebas puede parecer un poco agresivo cuando me tira de las manos, verdaderamente me encanta. No sé por qué pero cuándo hace eso se vé tan fuerte, tan masculino que me fascina.
Yo le sigo el beso pero no lo alargo mucho, estamos en un lugar público y me siento un poco incómoda, no por él, sino por las personas, que aman los chismes. Me separo de él y le digo:
-Si no te mueves no podré irme.
-Umm, entonces mejor me quedaré así mismo.
-Jajaja. Por favor.
-Vale, pero que quede claro que si fuera por mí me quedaría contigo todo el día ok.
-Lo sé.- Le digo mientras acaricio su cabello castaño con mis dedos.- Hasta el viernes Sebas.
-Hasta el viernes nena.
Cuando termino de despedirme de él me doy la vuelta y camino hacia la entrada de la gran instalación. Casi llegando me encuentro con el chico alto de pelo rizado: Ernesto. Está parado un poco serio, mirando en dirección a dónde estaba Sebastián. Supongo que le sorprendió verme con un chico ¿No?
Me vuelvo a mirar a Sebas, pero este ya no está ahí. Me acerco a Ernesto y lo saludo alegremente, pero él no me contesta de la misma forma.
-Hola Ernesto, ¿Qué tal?- Le pregunto con una sonrisa.
-¿Por qué estabas con él?
Su tono frío y molesto me asusta un poco.¿A qué viene eso? Tal vez por fuera Sebastián y yo seamos muy diferentes, y sé que se vé extraño que una chica como yo, que lleva leotardos y lazos en el cabello, ande con un chico tatuado, vestido de negro y con una gran motocicleta. Pero tampoco era para tanto. Sí, éramos polos opuestos, de mundos completamente diferentes, pero por dentro éramos muy iguales y teníamos más cosas en común de lo que las personas o incluso yo en ese momento, sabían. Cómo no respondo Ernesto me vuelve a preguntar.
-¿Lo conoces?- Este extraño interrogatorio me está cansando.
-Si, ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso tú lo conoces?- Esa es la pregunta que más me intriga, pero él no me la contesta.
-¿Están saliendo?- Su pregunta me toma por sorpresa.
-Emm... No, sólo es mi... amigo.
-Ya... no me tienes que mentir Madison. Los vi besándose.
-Pues... Bueno sí, me gusta y... Digamos que tenemos algo juntos.
-¿Sabes quién es él verdad?- Pero que le interesa eso a él. Ya basta de esto.
-Ernesto ¿A qué viene esta conversación? No sé por qué estamos hablando de un chico. Por favor, entrenos ya si.
-Madison... Bueno, está bien entremos.
No sé por qué siento un poco de duda en su voz, pero no me siento cómoda hablando de él con Ernesto, ni siquiera se lo he contado a mí madre. Y pensándolo bien no tengo que hacerlo, Sebas y yo apenas nos estamos conociendo, aún no es nada serio, así que esperaré para contárselo cuando esté segura de que tenemos una relación.
...Unos minutos después...
Cuando ya estamos todos dentro, llega el entrenador, nos saluda a todos y nos pide que nos sentemos para una pequeña reunión.
-Bien, les he pedido que se sienten un momento porque tengo que decirles algo: Por razones personales haré un pequeño viaje con mi esposa y mis hijos, no vendré hasta el viernes. Por lo cuál no podré venir esos días.
Se oye un silencio absoluto, nadie dice nada. Así que Fred continúa.
-Pero no se preocupen, en esos tres días en que estaré ausente, mi ayudante: la señorita Vanessa Hudgens los atenderá y será su entrenadora suplente. Así que les pido que se comporten con ella al igual que conmigo, y que sigan practicando tan bien como hasta ahora, ok.
Todos asentimos y nos ponemos de pie para comenzar a calentar.
-Hoy las chicas trabajarán en la viga de equilibrio y los chicos en el caballo de salto. -Ordena el entrenador.
Yo comienzo a calentar como lo hago siempre: un buen estiramiento de piernas, splits y paradas de manos. Luego de un rato me dirijo a la viga que queda libre y comienzo a practicar los elementos. Ya he ensallado el giro de pie, la serie acrobática y el salto con split de 180°, pero cuando estoy en medio de una secuencia de saltos difíciles, me vienen imágenes a la cabeza:
"No regreso hasta el viernes"
"¿Conoces algo de gimnasia?"
"¿Sabes quién es él, verdad?"
"Haré un pequeño viaje con mi esposa y mis hijos, no vendré hasta el viernes"Y entonces aterrizo uno de los saltos mal, pierdo el equilibrio, me golpeo la cabeza con el metal de la viga y caigo al suelo.
Siento que todos gritan mi nombre y vienen hacia mí, pero yo no puedo moverme. El mundo me da vueltas y me duele la cabeza, siento cómo gotas de sangre corren de mi frente a mis mejillas y en este momento cierro los ojos.Me desmayo...
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Caminos Cruzados
Fiksi RemajaMadison Parker es una chica de 17 años, practica Gimnasia Artística, es buena estudiante, le gusta leer y tener su vida organizada. Su madre es una reconocida empresaria en el país. Madison es muy buena persona, es dulce y muy positiva. A la vista...