Capítulo 15 "Dudas"

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-Estoy inconsciente, mi mente está en blanco, cómo si estuviera dormida, pero sin soñar con nada. De repente oigo voces:

Madison despierta. ¡Madison!

Es lo único que logro entender. Me duele mucho la cabeza y poco a poco voy abriendo los ojos. Parpadeo un par de veces al sentir una intensa luz blanca en mi rostro. Estoy confundida pero al fin puedo abrirlos completamente y volver poco a poco a la realidad. Cuando vuelvo en mí identifico uno de las voces: Es Fred, mi entrenador.

-Madison ¿Estás bien?

Me dice con una voz muy preocupado. Yo intento ponerme de pie pero no puedo, entonces unos brazos me ayudan a levantarme suavemente: Ernesto. Le dedico una sonrisa en respuesta y me dice:

-¿Te duele mucho la cabeza? Debiste haberte golpeado fuerte.

-Si... Estoy bien, eso creo.

Pero cuando me llevo las manos hacia dónde más me duele, cerca de la frente, me quedo paralizada, siento un líquido con olor metálico, y cuando veo mis dedos lo confirmo: sangre.

Pongo una expresión de horror y miedo. No puede ser tan grave, pero aún así me asusta.

-Tranquila Madi. Te has dado un golpe con la viga, caíste al suelo y te desmayaste.- Me dice Ernesto mientras me pasa una toalla para que me limpie un poco los dedos y la frente.

-Gracias.

-Has estado inconsciente durante unos minutos. He mandado a todos a casa, pero Ernesto no ha querido irse, me insistió tanto en quedarse que tuve que dejarlo- Dice Fred con un tono alegre.

-Si, no podía irme así. La enfermera ya viene, llegará en unos minutos. Aunque no creo que sea nada grave, eres muy cabezota.- Dice Ernesto para hacerme reír, la verdad es de esas personas que te inspiran confianza y alegría.

-Jajaja que gracioso estás hoy.

-Deberia llamar a tus padres para que vengan.- Fred pasa a ponerse un poco serio.

-Si, está bien. Ernesto ¿Puedes alcanzarme mi teléfono por favor? Está en mi bolsa.

Él va a buscarlo rápidamente y me lo trae, pero no me lo da, se lo entrega a Fred, quién me pregunta la contraseña y yo se la digo sin más. Me llama la atención la expreción que pone al escribir mi contraseña, pero estoy preocupada por otras cosas ahora mismo cómo para pensar en eso.

-¿Llamo a tu madre?

-Emm... Bueno ella está trabajando.

-¿A tu padre entonces?

-Este... Lo que pasa es que yo... Yo no tengo padre, ni siquiera lo conozco.

En ese momento Ernesto me mira y noto algo de tristeza en sus ojos. Por esa razón no le contaba a nadie lo de mi padre, me sentía incómoda y no quería que me tuvieran lástima. Excepto Sebastián, él me entendía y había pasado por algo parecido, pero mucho peor que yo.

El silencio se apodera de la sala, ninguna de las dos personas junto a mí dice nada, parecen estar pensando qué decirme. Ernesto me mira y parece tener una idea.

-¿Quieres que llamemos a tu novio?

Dice el dudando un poco, mira a Fred un tanto ¿Miedoso? No lo sé. A mí no me salen las palabras, no quiero molestar a Sebas. Voy a hablar cuando Ernesto se me adelanta, mira extrañamente al entrenador y no logro decifrar lo que le pasa.

-Su novio es...

Pero en ese momento llega la enfermera y lo Interrumpe:

-Aqui estoy, perdonen la demora, estaba atendiendo a un luchador lesionado.

Nos mira y luego se percata que la de la herida soy yo y viene corriendo hacia mí.

-Uyy, veamos... No es tan grande, sólo es un pequeño corte... Con un punto bastará.

-Gracias por venir tan rápido señorita Sara. Se ha caído entrenando y...

-No se preocupe, es algo sencillo. Vamos a mi consultorio para que pueda curarte.

Yo asiento y camino con ella a la salida, pero antes le digo a Fred:

-Por favor llame a madre, se llama Alicia.

-Si, ahora mismo lo haré. Ernesto, acompaña a Madison y a la señorita Sara al consultorio, en un momento estaré allí.

Ernesto asiente, se dirige a mí y se agacha, cómo para llevarme en su espalda.

-¿Qué haces?- Le pregunto confundida.

-Vamos súbete, te acabas de desmayar. Por favor, Sebastián no sé pondrá celoso por eso.

Yo le dedico una mirada seria y finalmente accedo. Ernesto me lleva todo el camino a la enfermería en su espalda. Estoy pensando en el punto que me darán, no me gustan las agujas. De repente recuerdo sus palabras:

"Sebastián no sé pondrá celoso por eso"

Un momento ¿Cuándo le había dicho su nombre? Sólo nos había visto besándonos. ¿Cómo sabia como se llamaba?

Aquí definitivamente está pasando algo extraño. ¿Pero qué? Todo parecía indicar que Ernesto conocí a Sebastián ¿No?

Llegamos a la enfermería, estoy sentada en una pequeña camilla mientras Sara me cura el pequeño corte en la cabeza. De repente oigo el ruido de unos tacones:

Mi madre.

-¡Cariño!- Exclama al verme y viene corriendo a abrazarme. Detras de ella está parado Fred y no sé por qué tengo la impresión de que hay cierta tensión entre ellos.

-Mamá, espera. Aún me están curando- Le digo tratando de que no empuje a la enfermera de la rapidez con que viene a mí.

-Oh no tranquila, ya he terminado. Al final no fue necesario darte ningún punto, es sólo una pequeña herida. En unos días estarás como nueva.

-Muchas gracias enfermera- Dice mi madre y luego prácticamente le arrebata al entrenador mi bolsa y mi teléfono de las manos.- Vámonos ya hija.

-Madison tómate esta semana libre para que puedas recuperarte. Nos vemos el lunes que viene.- Dice él.

-Bueno... Está bien, nos vemos el lunes. Gracias.

-No te preocupes.- Se vira en dirección a mí madre y lo que le dice me deja helada.
-Hasta luego Alicia, fue un gusto volver a verte.

Mi madre le dedica una mirada asesina, pone una cara amargada y le contesta con un tono frío, demasiado frío.

-Adiós Fred y espero que no le pase nada más a Madison.

-¡Mamá!- Protesto de la vergüenza- No fue su culpa, yo aterricé mal en un salto.- A ella no parece importarle mi reproche.

-Tranquila Madison, tú madre y yo nos conocemos hace muchos años. Emm... Sólo está cuidándote.

Termino de despedirme de él y de Ernesto y mi madre casi me lleva al auto corriendo, tirando de mi mano. Así que ella y Fred se conocían, lo más probable era que hallan estudiado juntos en la universidad.

No sé por qué de repente un calor me invade. No puedo dejar de pensar que existe una mínima posibilidad de que Fred pueda ser mi padre...

-No Madison, te estás inventando cosas, tu cabeza te duele mucho y el golpe que te diste claramente te está afectando.

Todo fuera más fácil si tan sólo ella me hubiera dicho el nombre de mi padre, pero no. Lo único que sé de él es que estudió en la misma Universidad de mi madre. Pero no sé si en el mismo año, ni tan siquiera en qué facultad. Estoy llena de preguntas, preguntas que me encantaría hacerle. Pero ella nunca se ha dispuesto ha responderme ninguna. Es un tema cerrado para ella. Cerrado en una caja fuerte, con un gran candado. Y yo estaba dispuesta a encontrar la llave, quiero empezar a investigar quién es mi padre.

Nota: ¿Será Fred el padre de Madison? ¿Qué piensan?

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