| CAPÍTULO 9 | ✓

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𝐁𝐑𝐈𝐋𝐋𝐎

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Su mirada se perdió en el infinito que formaban el cielo y el mar cuando parecían tocarse a lo lejos.
El sonido de las olas chocando con fiereza una y otra vez, ahogaron sus oídos, perdiéndose así en el sonido de éstas.
El ocaso se reflejaba en sus pupilas, logrando hacer contraste con el color índigo en ellas y el color naranja intenso del cielo y el reflejo del mar.
La brisa salada del mar a sus pies rozaba sus mejillas, permitiéndole disfrutar de la frescura que ésta le brindaba.

Había llegado justo a tiempo para deleitarse con el fin del día y el asomarse de las estrellas a sus espaldas junto a la luna llena, aquella que le devolvía la luminosidad a los alrededores cuando el sol faltaba.

Su mirada se perdió en el horizonte durante varios minutos cuando la noche estaba ya encima, regalándole un espectáculo de luces sobre el mar que reflejaba las estrellas.
El frio llegó con la noche, y no lo notó hasta que un escalofrío recorrió su cuerpo, obligándole a abrazarse con sus manos.

No sé preocupó por pescar algún resfriado debido al frío cuando sintió la calidez de un abrigo en su espalda. Tomó sus extremos con ambas manos mientras giraba levemente a su diestra, encontrándose así con la persona que le había brindado calidez por medio de aquel abrigo.

Se sonrieron mutuamente para después observar juntos el anochecer siendo reflejado en el mar como si de un espejo se tratara.

¿Cuántas veces había soñado con volver a observar una puesta de sol?

Había perdido la cuenta.

Se aseguró de que sus ojos no olvidaran aquel paisaje, sintiendo como si fuera la primera vez disfrutando de uno.

—Yuuta —Le llamó su melliza sin desviar su vista de aquel paisaje. El nombrado giró su cabeza levemente, encontrándose con el perfil de su melliza, logrando ver la comisura de su labio formando una sonrisa —. Gracias.

Se perdió en aquel brillo que tanto añoraba ver en sus hermosos orbes índigo, siendo idénticos a los suyos, pero a su vez tan únicos.

—Todavía me falta mucho para merecer un agradecimiento de tu parte —respondió al mismo tiempo que su vista volvía a encontrarse con el mar.

La fémina dejó salir una efímera risa, siendo casi un suspiro. Negó un par de veces de manera leve mientras cerraba momentáneamente sus ojos.

Había encontrado la luz por ella y se la entregó. La había ayudado a volver a nacer.

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Hanabi.

Me apoyé en el respaldo de la silla mientras suspiraba sonoramente.
Miré a lo lejos, encontrándome a Yuuta y Miguel hablando entre ellos.

Habíamos pasado el tiempo en busca de la supuesta Cuerda Negra. Al principio creí que sería una búsqueda llena de acción y maldiciones, que pensamiento muy optimista de mi parte.
No era más que pasar horas en un vehículo yendo de un lugar a otro, muriéndome por el calor tan abrasador que parece aumentar con los días.

Beyond the words.  »Inumaki Toge. FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora