| CAPÍTULO 19 | ✓

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𝐆𝐑𝐀𝐃𝐎
𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋

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Omnisciente.

Un escalofrío recorrió sus cuerpos, seguido de una sensación peligrosamente extraña.
Si bien, ambos estaban preparados para encontrarse con la maldición de categoría 2, lo que ellos sentían era algo incluso más peligroso que eso y no lo comprendían.

—¿El categoría 2? —preguntó la fémina con el peligro invadiendo cada parte de su cuerpo —. No...

—Konbu.

El sonido de unos pasos algunos metros más adelante de ellos, los obligó a mantener sus sentidos alerta.

Desde atrás de un árbol, con lentitud, una maldición más peligrosa que una de categoría 2 se vio.

Sin embargo, no fue eso lo que hizo a la pareja temer.
Ver a aquella maldición ser decapitada sin problema, fue la causa de que sus cuerpos reaccionaran mientras sentían el temor invadirles.

Quizá nunca habían sentido una presencia tan tenebrosa y poderosa desde la última vez que sintieron a Rika.

Detrás de aquel mismo árbol, una maldición salió con lentitud. Sabían que era más de lo que esperaban.

A pesar del temor que en ese momento le invadió, en lo primero que pensó el peliblanco fue en proteger a su novia. Tomó su brazo y la colocó a sus espaldas mientras éste abría de nuevo la cremallera de su chaqueta.

—Shake, ikuna, mentaiko.

La azabache, quien observaba todo desde el hombro del peliblanco, ordenaba a su cuerpo moverse, pero éste no hacía más que quedarse estático mientras temblaba ligeramente, haciéndola sentir débil.

Cuando ambos observaron a la maldición alejarse, sintieron la tensión desvanecerse poco a poco mientras pensaban en salir de ahí y buscar a los demás.

Su calma se esfumó y fue reemplazada por pánico cuando aquella maldición en un instante se encontraba frente a ellos, a punto de atacarles.

—¡Alto ahí! —La orden de Inumaki obligó a la maldición a detenerse por completo.

Sin pensarlo más de un segundo, ambos comenzaron a correr en dirección contraria de la maldición.

—Toge —Le llamó la azabache, haciendo notar su temblorosa voz —. Eso no luce como un categoría dos.

—Okaka.

La azabache se atrevió a mirar hacia atrás por encima de su hombro, encontrándose con el rostro extremadamente cerca de la maldición.

—¡Toge! —gritó tan fuerte como sus pulmones le permitieron.

Todo había sucedido en un segundo.

La azabache instintivamente empujó al peliblanco fuera del alcance de la maldición.
En el segundo que desvió su vista y la fijó de nuevo en su enemigo, había sido lanzada con una fuerza inconmensurable varios metros lejos del peliblanco.

Beyond the words.  »Inumaki Toge. FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora