| CAPÍTULO 26 | ✓

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𝐆𝐎𝐉𝐎𝐔  
𝐒𝐀𝐓𝐎𝐑𝐔

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9:27 p.m
Entre la estación del Templo Meiji y Shibuya.

01:47

El trayecto parecía cada vez más interminable conforme su prisa y desesperación aumentaba, creándoles a ambos estudiantes un sentimiento de exasperación.

—¿Por qué Gojou-sensei te pidió protegerme? —preguntó Itadori mientras corría a altas velocidades junto a su compañera.

—Porque eres igual a mi hermano —respondió sin titubear —. Sabía que no me negaría si conocía tu situación pero... —Mantuvo silencio un segundo y lo miró de soslayo —. Ahora que te conocí, creo que no me hubiera negado de igual manera, eres un buen chico, merece la pena hacerlo.

El pelirosa no hizo más que voltear al lado contrario, avergonzado, causando una pequeña risa de parte de la azabache.

—¡Oigan, buenas noticias! —anunció Mechamaru repentinamente —. ¡Esos tipos sellaron a Gojou, pero no pueden moverlo de la planta B5F!

—¡¿Por qué?! —preguntó Itadori.

—¡Estamos hablando de Gojou Satoru, encerrémoslos ahí!

—¡Qué bien!

—Enviemos hechiceros a cada una de las líneas del metro circundante de la estación de Shibuya, y que se adentren en cuanto se disipe el velo que impide la entrada a los hechiceros.

—Pero... —cuestionó Hanabi —. Por mucho que lo digas, Itadori no ha podido contactar con Ijichi y...

—Entiendo.

—Tengo una idea, senpai —informó Itadori.

Algunos segundos más de trayecto bastaron para poder adentrarse al velo, observando en su interior a cientos de maldiciones por las calles.
Se abrieron paso por todas esas maldiciones hasta subir a lo alto de un edificio tan rápido como sus piernas les permitieron.

—¡Cubre tus oídos! —habló apresuradamente el pelirosa.

Antes de que la azabache preguntara la razón, Itadori tomó una bocanada de aire de manera exagerada.

—¡Nanamiiiii! ¡¿Está Nanami aquí?! ¡Gojou-sensei, ha sido sellado!

Gritó tanto como sus pulmones permitieron.

El pelirosa continuó gritando al aire por varios segundos más.

—Yuuji, Yuuji, ya fue suficiente —Le llamó su compañera sintiendo su cabeza explotar.

—Oye, oye, tonto —habló una voz masculina a sus espaldas.

El pelirosa recibió un golpe de su compañera, logrando que finalmente se callara y prestara atención.

—¡Fushiguro, Nanami, ¿quién eres tú?! —preguntó al ver al acompañante de ambos.

—Ino, compañero de Nanami —respondió rápidamente Megumi —. ¿Podrían explicarnos que fue eso?

Beyond the words.  »Inumaki Toge. FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora