Capítulo | 2 |

509 66 67
                                    

~La imaginación de una mujer es excesivamente rápida. En un momento salta de la admiración al amor y del amor al matrimonio.~

—Pásame los huevos, por favor, tengo tanta hambre que apenas y puedo soportarlo. —Nayeon lloriqueó en la mesa del comedor en la casa de los Son, temprano a la mañana siguiente.

—Creo que se le llama resaca —murmuró Chaeyoung, aunque obedientemente se los pasó.

Su mente se encontraba a miles de kilómetros de distancia, pensando en lo que había sucedido la noche anterior. Mientras que su mamá había rescatado a una muy borracha Nayeon de la pista de baile para que la familia regresara a casa, Chaeyoung había visto cómo Sana le había dado un abrazo a una tímida Dahyun, cuyos ojos estaban muy abiertos mientras se apartaba, inmediatamente mirando al piso.

Dahyun podía ser tímida a veces, admitió Chaeyoung, pero nunca la había visto tan tímida con alguien como con Sana.

La noche anterior había acorralado a Dahyun en su dormitorio, mientras estaban acostadas en la cama hablando de lo acontecido. Las noches en su pequeña habitación compartida eran parte de un mundo alterno, un lugar entre el sueño y la realidad. Dahyun y Chaeyoung habían pasado toda su vida intercambiando secretos y sueños debajo de esas estrellas de plástico que brillan en la oscuridad, y esa noche no fue diferente.

Dahyun suspiró, su mente estaba absorta en la belleza de una japonesa en particular.

—Sana es exactamente lo que debería ser una mujer joven. Simpática, encantadora...

—Magnífica y convenientemente rica —Chaeyoung interrumpió, sin poder evitarlo. Dahyun se rió, empujando su brazo. Chaeyoung chilló y levantó un peluche para protegerse.

—¡Sabes que no pienso estar con alguien solo por su dinero! —dijo, riendo todo el tiempo.

—¡Por supuesto, por supuesto! Me alegra que realmente te haya gustado —dijo Chaeyoung, esta vez en voz baja—. Tienes mi permiso oficial para que te guste igual o más que las peores personas que han pasado por tu vida. Eres demasiado amable, lo sabes. Crees que todos tienen algo bueno en ellos.

Estaba realmente feliz por su hermana, a pesar de la fría y ridículamente irritable amiga de Sana. Dahyun pareció entender hacia dónde se dirigían sus pensamientos.

—¡No es como su amiga! —Dahyun negó rápidamente—. Todavía no puedo creer lo que dijo sobre ti. Y qué grosero de su parte decirlo cuando era posible que lo hayas escuchado.

—¿Mina? Eso no importa —dijo Chaeyoung, sus ojos se desviaron hacia una pequeña estrella rosa en el techo. El adhesivo se estaba desgastando en ese, y la estrella aleteaba precariamente con cada ráfaga de aire acondicionado.

—Pero ella es tan buena amiga de Sana, y de Momo también. Ella debe tener algunas cualidades redentoras para que sean tan buenas amigas.

—Tal vez son solo socias comerciales —comentó Chaeyoung y luego negó con la cabeza—. Realmente no importa. Dudo que vuelva a hablar con ella. Estuve tan malditamente incómoda todo el tiempo. Además, podría perdonar más fácilmente su vanidad y orgullo si ella no hubiera insultado el mío.

Dahyun miró a su hermana con lástima, cosa que Chaeyoung odiaba.

—En serio, Dahyun. ¡Sólo voy a odiarla para siempre y eso es todo! —anunció dramáticamente. En ese momento, la estrella rosa sucumbió a una fuerte ráfaga de aire y cayó para golpear a Chaeyoung en la frente, lo que hizo que Dahyun se dejara caer sobre sus almohadas mientras reía.

Por la mañana, de regreso a la animada mesa del desayuno, el brillo de Dahyun no se había apagado. En todo caso, estaba más luminosa, su piel brillaba ante todos en la mesa. Su mamá había comentado que se veía incluso más bonita que Nayeon, lo que hizo que su hermana mayor hiciera pucheros y Chaeyoung pusiera los ojos en blanco.

Like a red, red rose thorn {Michaeng Traducción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora