Capítulo 4.

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Sábado 07 de febrero de 2019.


Talvez no entiendan como fue que sucedió del odio, a estar comiendo juntos en mi coche.
Bueno, lo explicaré de forma rápida. (El famoso "fin de semana").

Un día después de haberle enseñado unas cuantas notas de guitarra a Daniel, los demás días de clases fue igual, y él seguía terco en no aprender.
No sé si lo hacía para hacerme enojar o simplemente su cerebro se había quedado sin neuronas.

Hasta que llego el día de canto. Ya no tuve que seguir siendo su maestra.

Normalmente nuestras clases de guitarra eran: lunes, martes y miércoles. Jueves y viernes eran de canto y como todos los demás institutos, sábado y domingo no había clase.

Debo admitir que cantar se le daba muy bien.
El jueves una maestra-que nunca había visto en vida- interrumpió nuestra clase. Nos hizo la gran invitación de integrarnos a cualquier otra clase que tenía el instituto, que no había problema ya que los horarios siempre han sido diferentes.

Nunca me había puesto a pensar en eso. O si. Pero en realidad quería estar en todos.

Recuerdo cuando tenía que elegir entre: música, pintar, escribir, recitar o bailar. Esta última la descarte al instante, pero entre las demás fue muy difícil elegir. Así que si ahora puedo estar en todas a la vez, por mí sería perfecto. Pero no.

Después de pensarlo tanto, en cuanto salimos de clase me dirigí a la dirección. Y me integre a la clase de literatura y redacción. Siempre me ha gustado escribir pero nunca tuve el valor de hacer públicos mis escritos, creía que no les gustaría a las personas o que me hacía falta por aprender puntuaciones y todo eso.

Saliendo de la dirección, choque con Daniel. Para mi mala suerte, me dijo que había ingresado a la misma clase que yo. ¿Porqueeee Dios mioo? ¿Que hice de malo, para merecer esto?

Después de tanto drama, me resigne a tener que estar todos los malditos día de la semana con él.

La maestra de literatura, nos había pedido formar parejas y así trabajar juntos. Como yo no conocía a nadie más-y Daniel menos-terminamos siendo equipo. Agh.

Todo el día viernes estuvimos leyendo y haciendo redacciones sobre lo que habíamos leído. Algunos libros eran aburridos, pero la maestra nos animó diciendo que la próxima semana nosotros elegiríamos que libros leer, eso era mucho mejor.

El lado bueno de esto era que al fin había terminado la semana.
Pero mi pesadilla de estar todo el tiempo con Daniel no había terminado aún. Era buen chico, lo admito, también era muy inteligente y me sentía muy bien con él cuando entiende lo que le digo. Pero me enfadaba cuando solo hacía lo que él quería y no prestaba atención, o bien, solo sacaba su lado romántico que me hacía vomitar. Claro, solo lo hacía para verme enojada.

Iba en dirección a mi auto, cuando Daniel me alcanzó.

- Hey, ¿qué harás mañana? - me pregunto, caminando a un lado de mí.

-Es sábado de estar todo el día en mi cama, leyendo y si se me da en gana, salir a fumar. -emboce una sonrisa amable sin voltear a verlo.

- Salgamos - propuso.

¿Esto es enserio? No, no, no y no.

Brillando bajo el agua. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora