Capítulo 18.

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Levana.

Si sigues usando colores oscuros en tu obra de arte, jamás lograras demostrar lo avanzado en tu propia travesía.
–Mmaland.


Uno de los problemas con los que más me ha tocado lidiar es: estar sola y sentirme sola.

Todo el tiempo estoy rodeada de personas, y no es el hecho de sentirme enfada con su presencia, se trata más bien de tener todo el apoyo de ellos pero aun así sentirme sin nada.

Me encanta estar sola en mi cuarto, comer sola, hacer la mayoría de mis actividades sin nadie a mi lado. Pero así como disfruto esa sensación, también me gustaría disfrutar la compañía de alguien más, sin que me haga sentir vacía.

Alejar a Daniel de esa forma me dolió, creo que debí evitarme esa conversación y alejarme sin decir nada. Sus palabras me dejaron totalmente sorprendida y el hecho de que haya admitido sus sentimientos en voz alta, cambia por completo todo.

No sé qué va a pasar cuando yo mejore y siga reuniéndome con él.

¿Tengo miedo? Si.

Miedo a que todo termine mal, a hacerme falsas esperanzas, a acostumbrarme a una persona y que al final se vaya, y en el peor de los casos; decepcionarlo sobre la perspectiva que él tenga sobre mí.

Después de despedirme de él, subí a mi habitación, y–como siempre que me siento mal–, mi mente comenzó a sobre pensar todo. No solo en Daniel, sino toda mi vida.

Típico, aprovechar cuando te sientes mal y llorar por todo lo demás que no has llorado.

Y fue entonces, donde varias preguntas comenzaron a surgir.

¿Qué hubiera pasado si mi papá me hubiera dejado el orfanato? Talvez hubiera llegado una mejor familia para mí, o talvez una peor. Pero ¿de alguna forma mi vida pudo haber sido mejor, no? Podría estar ignorando todo esto, no tener que vivir en la misma casa donde se almacenan tantos recuerdos y ver como mi padre intenta sustituirlos.

¿Qué pasará cuando cumpla veinte? Si mal no recuerdo fue el tiempo estimulado cuando decidieron regresarme con mi padre. ¿Podré irme de aquí? ¿Volverá a abrir otro juicio? ¿Podre denunciarlo a él y  sus hermanas? No lo sé. Alicia se quedaría sola, y aunque es lo que se merece, no se lo deseo.

¿Mi madre está orgullosa de mí? ¿Y si cada día que pasa ella me ve desde donde quiera que esté y se decepciona cada vez más? ¿Si aquella noche no la hubiera dejado sola ahora estaría conmigo y mi hermano?

Mi hermano. ¿Cómo habría sido él? ¿Aun conservaría el parecido conmigo? ¿Nos llevaríamos bien? ¿Me aconsejaría? ¿Me querría a pesar de ser quién soy?

NO. LO. SE.

Estoy harta de esta situación, de la misma maldita frase de siempre "que hubiera pasado si..." 

Si algún día me piden describir mi vida en una sola frase, diría esa.

Me odio por las decisiones que tomo, sé que algún día me arrepentiré de esto, de darle vueltas al asunto y no poder seguir adelante. En especial, que en algún momento me tocara agregar el nombre de Daniel a esa frase, y seguramente estaré arrepintiéndome y llenándome de culpa como ahora.

Pero es inevitable, no puedo dejar de sentirme así, mis emociones hablan por mí, es como si estuvieran divididas y una parte quiere seguir luchando, conocer más cosas, dejar todo lo malo en el pasado, pero la otra parte sigue insistiendo en recordar todo, en hacerme sentir culpable del porque mi vida llego a esto. Y...y es una mierda sentir culpa. Aún más cuando hay dos muertes en el pasado.

Brillando bajo el agua. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora