Brillando bajo el agua.

Capítulo 14.

Levana.

Tuve que acostumbrarme a ver esos brillos por la mañana, tenía entendido que la luz fluorescente solo duraba una noche y así fue. Punto bueno a mi favor.

En cambio mi firma en el techo de Daniel no se iba a borrar hasta que él decidiera pintarla.

Levana 1, Daniel 0.

Después de haber discutido tanto con mis padres, los evité a toda costa. O no se si ellos me evitaban a mí, el chiste es que no volví a topármelos a pesar de vivir bajo el mismo techo.

Por primera vez cambie mis ámbitos alimenticios y esta vez no comí cereal con leche, esta vez lo sustituí por un pan con café. Es que nadie puede resistirse a esa combinación.

Estaba muy feliz desayunando cómodamente, hasta que mi celular comenzó a sonar como loco. Lo comencé a buscar, hasta que lo encontré sobre el refrigerador—no sé cómo llego hasta ahí— lo tomé y vi que quien me llamaba era Belinda, me tomo por sorpresa así que respondí.

—¿Te caíste de la cama o qué?—la salude. Pero sus sollozos pusieron todos mis sentidos alerta — ¿Beli, que pasa?

Trató de hablar pero el nudo de su garganta se lo estaba impidiendo, comencé a decirle que se calmara para que pudiera hablar, y así, con todo el esfuerzo que hizo para hablar, solo dijo:

— E‐Estoy tomando un vuelo para allá, llego en unas cuantas horas ¿pue‐puedes recogerme?— mi corazón se hizo chiquito al escuchar su voz tan entrecortada.

Me quedé un momento en silencio tratando de procesar lo que había dicho. Le dije que sí y rápido me colgó. No sé qué le había pasado pero sí que me había puesto nerviosa.

Regrese a mi habitación para cambiarme de ropa y ahorrarme estas cuantas horas para ir a comprar la  comida chatarra que tanto le gusta y que sé que la harán tranquilizarse un poco. Algo muy malo debió pasar para que tomara un avión así de rápido, no me puedo ni imaginar cuál es ese motivo.

Salí rápido de mi casa y fui al supermercado, me adentre en el área de dulces y chocolates y busqué sus favoritos. Me tomo más tiempo de lo que pensé, pero al fin encontré todo lo que necesitaba.

Justo cuando iba a llegar a pagar todo, mi celular vibró de nuevo, creí que era Beli diciendo que ya había llegado, pero me equivoqué. En realidad era un mensaje de Chris diciendo que mañana nos reuniríamos en un restaurante que estaba un poco fuera de la ciudad, no me detuve a responder, pues no era que me importara mucho en este momento, así que seguí mi camino.

La fila era algo larga, pero corrí con suerte al meterme casi hasta enfrente sin que nadie se enojara (porque yo odiaba que hicieran eso) pero ya saben, conmigo no aplica eso de: "no hagas lo que no quieres que te hagan"

Pague todo y rápidamente salí de ahí,  subí todas las compras a los asientos traseros y después me subí a mi haciendo correspondiente para emprender mi dirección rumbo al aeropuerto. Sabía que aún era demasiado pronto, pero con el tráfico que había hoy en día, llegaría justo a tiempo.

No lo voy a negar, una parte de mi estaba feliz y ansiosa porque volvería a ver a mi mejor amiga, aunque no sea del modo que esperábamos, pero algo es algo.

Mi cabeza comenzó a hacer pequeñas películas sobre el porqué la llamada de Beli, talvez se murió su gato y por eso regresó, o su pez, o su perro, o su hámster, no lo sé.
A menos que sea algo relacionado con el imbécil de Santiago (el tipo del que se estaba enamorando y le advertí) porque si es así, voy y lo mato.

Trate de tranquilizar mi ambiente con un poco de música, más que nada para ya no estar pensando cosas que ni siquiera se acercaban a lo que Beli debería de estar pasando, así que mejor me despeje un poco para tener la mente fría cuando la vea.