Los quince tampoco estuvieron mal, aunque cada vez lo pasaba peor con la vida sexual de su amiga y con la suya propia, porque por muchas ganas que tuviera se las tenía que aguantar. Había descubierto el porno y lo que le gustaba, tendría que conformarse con aquello. La Lexa de quince empezaba a tener un cuerpo que llamaba mucho la atención y cuándo se paseaba en camiseta y ropa interior por su habitación cuando se quedaba a dormir en su casa, le daba muchos dolores de cabeza. Lo peor era cuando le acariciaba el vientre por debajo de la camiseta mientras veían algo en su tele tumbadas en la cama, si no controlaba su imaginación se veía obligada a girarse, la primera vez le preguntó si estaba bien, y tuvo que mentir diciendo que la peli le aburría porque ya la había visto. No tenía claro si a todos les pasaba lo mismo con la facilidad que le pasaba a ella o es que también era rara en aquello.
¿Por qué no quieres venir a la fiesta del sábado? - Es que mira que era insistente -
Porque ya sabes lo que pasó la ultima vez que fui a una de esas fiestas
Es normal que te pongas cachonda si te rozan demasiado bailando, tienes quince años ya estás en edad de eso
Y no pasaría nada si nadie supiera que me pongo cachonda
No se dio cuenta nadie Clarke, ni yo supe lo que había pasado, saliste corriendo ¿No tienes curiosidad o ganas de tirarte a alguien?
¿Enserio? ¿Otra vez esta conversación? - Aquello significaría revelar su secreto, y estaba demasiado bien sin meterse en problemas y se negaba a contarle a nadie lo que tanto miedo tenía de sacar a la luz -
Es que me da rabia, Clarke ¿Tienes ganas o no?
Joder pues claro - Confesó, así se callaría de una vez con el tema - Pero no quiero que se entere nadie de cómo soy, sabes lo que eso podría significar
¿Perfecta?
Hablo en serio
Y yo. Te entiendo ¿Vale? Pero podemos salir fuera de aquí, nos vamos lejos, dónde nadie nos conozca
No se Lex...
¿Por qué no Clarke? - Se incorporó para mirarla - ¿Tampoco te sirve eso? Te estoy diciendo que voy contigo dónde quieras. No te acercas a ninguna chica, pues vamos a buscar alguna que no pueda hablar de nosotras después y no llegará a oídos de quién no tiene que llegar, si es eso lo que tanto miedo te da.
Pues claro que me da miedo
Pues me cago en tu puto miedo ¿Sabes? También tienes derecho si te apetece
¿Y donde vamos a ir? No tenemos ni de cerca la edad para entrar a ningún sitio
Eso no es problema. Un amigo de mi hermano es segurata en una discoteca de ambiente - Es que su amiga era única - Con esas tetas no tienes de que preocuparte - Le tuvo que pegar por imbécil -
¿Nos colará?
En cuanto le de la señal
Y así se dejó liar otra vez. A Lex le resultaba siempre demasiado fácil, pero esa vez tal vez las ganas que tenía ayudaron un poco. ¿Qué podría salir mal? Ni de coña las iban a conocer y esa gente no tenía nada que ver con el circulo en el que ellas se movían, por muy mal que saliera las consecuencias serían mínimas para su vida. Joder, es que tenía muchas ganas, quizás así podría sacarse de la cabeza aquel beso que le dio su mejor amiga, su primer beso y el último hasta la fecha. Había imaginado demasiadas veces cómo sería follar con una chica, si sabría hacerlo o sería un completo desastre ¿Qué se esperaría de ella? ¿Le funcionaría cómo debía? De eso estaba segura porque aunque sola, lo había comprobado demasiadas veces. Tenía ganas de arreglarse, sentirse más femenina que nunca para que las demás chicas también la vieran así, no se ponía vestidos porque le marcaban demasiado y tampoco es que fueran estilo. Dejó a Lexa que la maquillara, y dejó de mirar sus labios en ningún momento, ojalá pudiera volverlos a besar otra vez, eran los más apetecibles que había visto jamás. Su mejor amiga si que llevaba puesto un vestido que le marcaba pero lo que le tenía que marca perfectamente. Era patética porque estaba completamente enamorada de ella y sonrió cuando le dijo "Con suerte esta noche mojamos las dos" y se refería a por separado claro.
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You are my everything (Clexa) (G!P)
FanfictionSe conocieron a los seis. Lexa entró en la vida de Clarke para quedarse y salvarla, Clarke siempre supo que Lexa era la mujer de su vida. Dos almas destinadas a encontrarse y cuidarse frente a cualquier adversidad.