Parte 18 Hora de cobrarse la apuesta

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levaban dos semanas prometidas, dos semanas viviendo en un mundo paralelo en alguna isla de nubes flotante porque sus pies la tierra no la pisaban. Todavía no se lo creía del todo, pero entonces miraba su anillo y su corazón se desbocaba "Joder, que te vas a casar con el amor de tu vida, Griffin, flipas ¿No? Pues se le quedaba corto, la verdad. Ya tenían fecha para la boda, el nueve de Junio, faltaban ocho meses y ya la ponía nerviosa y la emocionaba a partes iguales.

Cuándo el lunes por la mañana sonó el despertador a las seis, pensaba que Lexa se había equivocado, pero no, la despertó solo para que le trajera un vaso de agua y cuándo se fue a dormir otra vez, le pidió un masaje de pies, aquella chica estaba dispuesta a sacrificar una hora de sueño por joderla a ella. Un genio del mal. Le dejó una lista de tareas por hacer, algunas de ellas a priori no tenían ningún sentido, cómo por ejemplo rellenar los cojines del sofá, pensó "¿Qué mierdas? Y al salir al salón les había quitado todo el relleno y lo había escondido por toda la casa. A la hora del almuerzo en el trabajo le mandó una foto guarra y le dijo "Tu lengua, aquí, ya" y para allá que fue, cuándo terminó de comérselo en los baños de la cafetería de enfrente le dio un beso y le dijo que se le había cargado un poco el hombro, que se veían en casa más tarde para un nuevo masaje. Deseó que las entrevistas que tenía la semana siguiente se las adelantaran para tener algo de tiempo de libertad y solo estaban a lunes.

El martes no le fue mucho mejor, Lexa no solo le dejaba todas las tareas a ella, si no que lo desastraba todo mucho más, la mandaba a comprar cosas que no necesitaban "Por si acaso" La "Obligaba" a darle orgasmos y después no dejaba ni que ella se tocara, la que peor llevó fue la de antes de dormir, la masturbó con la punta de su miembro y cuándo se corrió le dio las buenas noches y la abrazó sujetándole las manos con las suyas.

El miércoles por la tarde, terminaba de tender la ropa, por tercera vez en el día, lo mejor era no quejarse, porque si Lexa la escuchaba todavía se venía más arriba y disfrutaba el doble, no le iba a dar esa satisfacción. Su novia y Octavia estaban hablando en el sofá del salón y vio la oportunidad de descansar un poco el culo.

El sábado te puedo acompañar a mirar trajes de novia

¿No es un poco pronto? - Dijo ella mientras se sentaba al lado de Lexa. Joder, que gusto -

¿Pronto? Voy a casarme una vez en la vida, no quiero dejar nada para última hora

Pues yo también puedo acompañarte - Su novia la miró como si estuviera loca -

Clarke, no puedes ver el vestido de la novia hasta el día de la boda - Le aclaró Octavia -

¿Por qué no? Yo la dejaré ver el que me compre

Porque es así y punto - Sentenció Lexa - Además, esta es una conversación privada. Lo que puedes hacer es traernos unas cervezas

El trato solo es contigo....

Y yo te estoy diciendo que nos traigas unas cervezas - Resopló algo asqueada, pero se levantó del sofá - Sin alcohol - Se paró de pie frente a ella -

No tenemos cerveza sin alcohol

En la tienda de la esquina si - Volvió a aclarar su amiga y ella las miró un poco mal, ¿Enserio? Su novia alzó las cejas en plan "¿Algún problema? Pues la verdad es que muchos, pero no podía quejarse, ya quedaba un día menos -

Bajó a la calle refunfuñando, si esa chica se pensaba que no iba encontrar la forma de vengarse de aquello la llevaba clara, tenía toda una vida por delante. A Lexa le había gustado molestarla de toda la vida, su novia se divertía así, cuándo lo hacía a costa de los demás a ella también le parecía divertido, pero la cosa cambiaba cuando se trataba de ella. Durante una semana fingió estar enferma para que ella le hiciera los deberes, se ponía jugar a videojuegos porque decía que así se le pasaba el dolor de cabeza, eran pequeñas y ella se lo creía, encima hasta le subía vasos de leche calentitos para que se pusiera mejor pronto, aunque al parecer aquello iba para largo, hasta que su madre la pilló y la castigó. Le decía que se le iba a caer el pito si comía demasiado chocolate, así que le daba un bocado a su chocolatina y la morena se comía una y tres cuartos, se enteró de que no era así gracias a su madre y la excusa que le puso fue "Debí haberlo entendido mal cuándo lo dijeron en la tele"

You are my everything (Clexa) (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora