Parte 17 El principio de otro principio

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¡Por fin! Hacía un par de meses que había terminado de instalarse en su nuevo hogar, ese que compartiría con Lexa, su morada muchos de los fines de semana, y le había cogido bastante cariño. No tenía dudas de que a su novia la iban a contratar en aquel bufete, empezarían su vida allí, por fin iban a hacerlo, el principio de otro principio y a ver hasta dónde las llevaba esta vez. Se graduaron, Lexa y sus padres fueron a la suya y ella fue con los Griffin en comitiva a ver a su novia tomar posesión del titulo. Y ya estaba, tenían el principio de una oportunidad en sus manos y pensaban aprovecharla.

Su padre alquiló una furgoneta para llevar todas sus cosas de Austin a Houston, su madre hizo el mismo drama de siempre y al final se resignó con un "Menos mal que se que Lexa va a cuidar bien de ti" Pues si mamá cómo toda su vida.

El auténtico drama llegó cuándo tuvo que despedirse de su mejor amiga, no estaba preparada para pasar de estar prácticamente todo el día con ella a levantarse y no ver su cara de idiota y echarla de menos, no estaba acostumbrada a echar de menos a Raven. Lloraron y se llevaba mil cosas de ella que le había ido ofreciendo, se prometieron otras muchas más, odiaba ser así de sensible, pero sentía como que iba a perder una parte muy importante de ella. Se mudaría de nuevo con sus padres, hasta que encontrara algo y pudiera ahorrar un poco y le prometió que después buscaría trabajo en Houston. Ella le dijo que podía ir a su casa siempre que quisiera y la verdad es que se lo tomó al pie de la letra y la tenía allí todos los fines de semana, a lo mejor no la echaba tanto de menos. A lo mejor Octavia la echaba a ella de casa. Encima había perdido la apuesta, su mejor amiga no tuvo los huevos para conseguir que O cayera en sus redes, había estado alargando la semana de "Clarke servicio veinticuatro horas" primero hasta que no estuviera instalada, después hasta que la morena se asentara en el trabajo y ella a aquella nueva vida, pero se le acababan las excusas.

Mira lo que he encontrado - Su novia se sentó junto a ella en el sofá. Llevaba todo el día como ausente, nerviosa y muy pegajosa, eso último a ella no le importaba para nada -

¿Qué es?

Son unas fotos, las traje conmigo para sentirte más cerca mientras estabas en la universidad

¿Puedo verlas? - Dijo con una sonrisa mientras se acercaba más a ella y su novia la obsequió con otra super bonita y una mirada preciosa, cómo ella -

¿Te acuerdas de esta? - La morena se acopló en su pecho y ella le pasó el brazo por la espalda. Sonrió más al verla -

Debe ser de las primeras que nos hicimos juntas

La segunda, concretó su novia

Salian las dos en el jardín de su casa, ella había sacado todo el arsenal de juguetes que tenía, era la primera vez que otro ser humano de su misma edad la visitaba después del colegio, y no porque nadie la obligara, de hecho esa niña insistió mucho a su madre, puso pucheros y lloró de mentira solo para meter presión. Era su más mejor amiga del mundo mundial. Quiso a su madre mucho aquel día también porque le dijo a la señora Woods que estaría encantada de tener a su amiga en casa, que seguro que no se enteraría de que había niñas, porque Charlotte decía que Lexa se portaba muy mal y le daba miedo que hiciera algún desastre, pero ella no creía que fuera tan mala, a ella le parecía divertida. Su madre insistió también y cuando la señora Woods se dio por vencida, Abby le guiñó un ojo y Lexa y ella se pusieron a saltar abrazadas, joder es que le había tocado la lotería con aquella niña y la mujer que tenía por madre, en aquel momento fue exageradamente feliz.

Quería que se lo pasara bien y por eso sacó todo lo que tenía y la verdad era que se lo estaban pasando de puta madre. En el momento previo a la foto estaban jugando a que Gozzila masacraba a toda una civilización de barbies, con bastante mala hostia y crueldad la verdad, pero se moría de la risa con la voz que ponía su más mejor amiga del universo. Era guapa, lista, super divertida, llevaba dos semanas amenazando a toda su clase por ella, decía cosas como "Te vas a tragar la plastilina" y un segundo después la miraba a ella con una sonrisa. Un recreo pilló a Sarah mirándolas y le tiró la muñeca a la basura. Era su puta heroína, la admiraba más que a nadie en el mundo. Lexa quería estar con ella porque también decía que era la más mejor amiga que había encontrado en Texas, en California tenía una también, pero no era ni la mitad de divertida que ella. Desde que esa niña apareció en su vida, todo empezó a tener valor y cobrar sentido. Nunca más tuvo que hacerse la fuerte y eso le quitó un peso de encima, no tuvo que hacerlo porque Lexa era su fuerza y la utilizaba muy bien en todos los sentidos, con ella se sentía a salvo, una más, aunque en realidad al conocerla fue cuando realmente empezó a sentirse especial de verdad y no cómo le decía su madre. Y precisamente su madre fue la que les sacaba una foto siempre que podía, escuchó "Chicas mirad a la cámara" y ella salía con la sonrisa más grade que había esbozado en su vida, y menos en alguna foto y Lexa enseñaba el monstruo a la cámara y gruñía. Cuándo se tuvo que ir a casa se puso un poco triste, pero al día siguiente había cole y Lexa tenía que hacer los deberes, al parecer a su madre le costaba un montón que los terminara. Le dijo "Si quieres volver a jugar con Clarke después de clase, tendrás que hacer primero los deberes" Ella miró a su amiga acongojada, porque eso que su madre le estaba pidiendo ella lo veía imposible, pero milagrosamente la morena se lo tomó como prioridad y jugaron muchísimas más tardes.

You are my everything (Clexa) (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora