Capítulo 1: La niña solitaria

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"No recuerdo desde cuando ocurrió, pero desde que era muy pequeña siempre he estado enamorada de esa persona; me agradaba su compañía, era bueno conmigo, me ayudaba con mis tareas y eran atento también; a veces me pedio que lo acompañe a jugar sus videojuegos, y yo siempre aceptaba encantada, era un buen hermano, aunque en secreto estaba enamorada de él". 

 Es así como Lily Loud de 11 años tenía esos sentimientos hacia su hermano Lincoln de 21 años; hace 3 años que él dejo la casa para ir a la universidad, la menor de los Loud sintió una gran tristeza por la partida de su hermano; cada vez que su hermano regresaba a casa para sus vacaciones ella era realmente feliz; cuando otra vez partía el peliblanco su tristeza regresaba, y debido a esa emoción ella solía ser una chica muy solitaria en el colegio y no tenía amigos. 

 Su familia era un caos; la relación de sus padres se había tornado distante; ya no se sentían atraído por el uno por el otro; sus hermanas Lori y Leni se casaron respectivamente con Bobby y Chaz, ahora ambas tienen un hijo y ya no viven en Royal Woods; Luna mantiene su banda con Sam, Sully y Mazzy; Luan y Lynn también fueron a la universidad, Lucy tiene 18 años está en preparatoria; Lola y Lana tienen 16 años y están en la secundaria; y por ultimo Lisa dejo la escuela gracias a su gran intelecto ingreso a la universidad a los 10 años. 

 Pobre niña, a ser menor de toda su familia se sentía ignorada por ellos, dentro de la pequeña había un gran vacío, extrañaba mucho a su hermano, le gustaba su compañía, sentía que de toda su familia, él era quien más se preocupaba por ella. Así paso toda su pubertad y adolescencia en una gran soledad, cuando cumplió ella 16 años; recibió una mala noticia sus padres se divorciarían. 

 –¿Por qué? – preguntó Lily. 

 –Porque tu madre es una puta – respondió Lynn rabioso. 

 –Infeliz, te odio, no quiero volver a verte – dijo Rita muy iracunda. 

 –Por favor quieren dejar su numerito de víctima – tomo la palabra Lisa 

– Lily solo hizo una pregunta, pero parece que se equivocó de persona para responderla – Lisa se dirigió a Lily – si quieres saber la verdad, mamá engaño a papá con Brandom, y por dicha acción papá le pidió el divorcio a mamá. 

 Lily enmudeció dejo su comida a medio terminar, ningún miembro de su familia se molestó en seguirla para tratar de consolarla, lloro sobre su cama muy triste. Un pequeño rayo de luz ilumino sobre Lily Lincoln regresaría a casa, y esta vez seria para siempre porque ya culminó sus estudios universitarios, cuando llego el peliblanco grande fue su sorpresa que no estaba sola estaba acompañado de una chica, su novia Syd Chang.

 Lily no estaba feliz, debería estarlo, pero estaba feliz que su hermano tuviera pareja, Lincoln y Syd se mudaron a Royal Woods; ahora su querido hermano estaría a su lado, pero Lily sentía que Syd le había quitado a su hermano toda la atención; al parecer la vida de Lily será estar siempre sola, es lo que la pequeña rubia pensaba.

 –Me entere del divorcio de nuestros padres – dijo Lincoln cierto día que se quedó conversando con Lily – van a ir a juicio por el título de la casa. 

 –Luego de años todo termina por interés monetario – dijo enfadado Lily. 

 –Sé cómo te sientes, eres la menor de edad de toda la familia, ya todas son adultas. Debe ser muy duro para ti. 

 –No sabes cuánto Lincoln – coloca su cabeza sobre el regazo de su hermano – eres mi único hermano, cada vez que te ibas a la universidad me sentía sola, para el resto de la familia soy invisible, pero tú eres diferente.

 –Eres mi hermanita, debo cuidarte, creo que te descuidado por mucho tiempo. Lily asintió, pero de pronto son interrumpidos por Syd. –¿Interrumpo algo?

 –Claro que no, ¿pasa algo? – respondió el peliblanco.

 –Me duele la espalda, me podías dar unos masajes. 

 –Claro en un rato de subo al cuarto – Syd sube un poco fastidiada – Lily deberías ver a un psicólogo, como la doctora López, la psicóloga de Clyde, me ayuda a superar la muerte del abuelo Albert. 

 –Fue muy duro para ti, su partida.

 –Sí, me llevaba muy bien con el abuelo sobre por qué teníamos en común el color de cabello.

–Ja, ja, ja, me lo has dicho miles de veces; pero claro que seguiré tu consejo.

 –Genial, hablare con ella y le pediré que te saque una cita.

 –Gracias, hermano.

Continuará... 

Solo te quiero para mí (Lilycoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora