Solo te quiero para mí (Lilycoln)

Capítulo 18: La confesión de Lily

El tiempo volvió a pasar y Lincoln se fue recuperando de su relación con Liliam, gracias a Leni y a Lily también; retomo su interés de ir a la universidad,  otra vez se dedico a estudiar en su cuarto. 

 –¿Cómo te va en los estudios Lincoln? – dijo Leni quien entro a su habitación con un vaso de limonada para él. 

 –Todo bien Leni – respondió el peliblanco. 

 –Lincoln, te llegó una carta de la universidad – dijo Lily quien entro al cuarto de su hermano y se disgustó un poco por la presencia de Leni. 

 Lincoln leyó la carta más tarde, y grande fue su emoción la universidad aceptó su ingreso, estaba muy feliz y le dijo a toda su familia, todos celebraron, Lynn sr. preparo un gran banquete. 

Lily meditaba sobre la vida de Lincoln en la universidad, conocerá a Syd, luego se casará con ella y tendrá una hija. 

 –No puedo permitir que eso ocurra, aunque a estas alturas no puedo impedirle que vaya a la universidad – decía Lily asimismo – tampoco puedo vigilarlo, pero ahora que lo recuerdo Lincoln no trajo a Syd a la casa hasta que termino la universidad, eso quiere que le pidió ser su novia hasta que se graduaron, porque cuando llego de vacaciones luego de su cuarto año de universidad nos hubiera  informado algo, o será que acordaron ser novios después de que terminarán la universidad. Cielos todo esta tan confuso, mi mente no puedo recodarlo. 

 Lily parecía tener un dolor de cabeza por tanto pensar. 

 –¿Te encuentras bien Lily? – preguntó Lincoln a verla tan pensativa. 

 –No es nada, cosas del colegio. 

 –Entiendo. 

Lily no quisieras ir por un helado, y así te relajas un poco. La pequeña Loud asintió, ambos fueron hasta la heladería de la tía Pam, las dos se compraron un Sunday, Lily estaba más tranquila, con lo mucho que le gusta el helado.

 –Hace tiempo que no íbamos por un helado – dijo Lincoln – bueno era más divertido cuando íbamos toda la familia. Últimamente he visto a nuestros padres distantes no sé si tú te has percatado, Lily. 

 –Sí, algo – respondió su hermana – bueno espero que sea pasajero, y se reconcilie los dos. Pero ...sabes... te voy a echar de menos cuando estés en la universidad. 

 –Lo sé Lily, estaré 3 semana más con ustedes. 

 –A mí me parece muy poco tiempo. 

 –Quisieras ir al mall, mañana. 

 –Claro que si me encantaría. 

 Pero Lily se desilusiono porque Leni también les acompaño, se apartó un poco de sus hermanos y se observó en el espejo, tiene 11 años, se ha desarrollado un poco, sus pechos empezaron a crecer, también paso por su primera menstruación, está encaminada para ser una mujer, y cree que es el momento para confesar su amor hacia su hermano, pero antes necesita aclarar algunas cosas con Leni.

 –¿Ya no volviste a hablar con Chaz? – preguntó Lily a su hermana mayor. 

 –No, ¿Por qué la pregunta? 

 –Bueno ya tienes 26 años, y tú y Chaz parecían ser una linda pareja, además creí que estabas interesada en él. 

 –Bueno si reconozco que cuando era adolescente me gustaba, pero fue un amor de colegio, pasajero y fugaz.

 –¿Te gusta alguien? 

 –¿Qué? No...yo no ahora no estoy interesada en nadie.

 Pero la rubia se ruborizo y se fue; Lily se dio cuenta que era una cínica, sabía que está interesada en Lincoln, y que se debió enamorar de él cuando le salvo de ser violada por Craig. 

 –Jamás creí que ella se enamoraría de Lincoln, planee mal las cosas, si hubiera armado una buena estrategia ella hubiera podido regresar a Great Lakes City con Lori, pero es tarde para retroceder el tiempo, solo tengo que hacer mi jugada y tendré el amor de Lincoln. 

 Lily se puso un vestido, se soltó el pelo porque siempre llevaba un coletero y se roció un perfume que Lola le había regalado para su cumpleaños, se vio al espejo y se encontró muy sexy, luego fue a la habitación de Lincoln, el peliblanco quedo en maravillado y azorado por el cambio de imagen de su hermanita. 

 –¿Cómo me veo? – preguntó Lily.

 –Te ves bien – respondió el peliblanco. 

 –Solo eso – dijo Lily mientras se acercaba a su hermano y lo abrazaba. 

 –Te ves diferente, y actúas un poco diferente. 

 –Y eso te agrada. 

 –Agradarme, me gustas tal como eres, no tienes que cambiar. 

 –En serio te gusto –Lincoln movió la cabeza afirmativamente– que bueno porque tú también me gustas, y también te quiero. 

 –Yo también te quiero – Lily sintió una felicidad que estremecía su corazón– porque eres mi hermanita. 

 –No... yo no me refiero a eso – dijo Lily muy desilusionada – yo no quiero que me veas como tu hermana, quiero que me veas como una mujer.

 –¡Que! Lily no juegues con eso, esas no son palabras para una niña de tu edad.

 –No estoy jugando, en serio te quiero Lincoln... yo ...yo te amo. 

 –Lily me estoy empezando a molestar contigo, no me gusta esta clase de broma, va más allá del sentido de humor de Luan. 

 –Estoy hablando en serio. ¡idiota!

Continuará...