La hija de Alaric Saltzman ~ Damon Salvatore [ Pausada ]

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Narra Alaric:

- ¿Cómo está Melissa? ¿ Ha sido capaz de asumir el "gran secreto"?- Preguntó Damon al otro lado de la línea telefónica.

- No, aún sigue encerrada en su habitación y se niega a salir. Apenas come y apenas me habla. Estoy empezando a pensar que todo esto ha sido un error. - Dije yo preocupado.

- ¡Venga ya! Lo que ella necesita es una patada en el culo. O espabila o va acabar en  el sepulcro familiar de los Saltzman. -Dijo Damon nada empático.

- Damon ¿No podrías ser más empático con ella? Está asustada.

- He sido empático, un mes Ric. Es hora ya de que afronte la realidad. Y si no lo haces tú lo haré yo. - Dijo Damon y colgó. A los pocos minutos él estaba tocando al timbre de mi casa.

Narra Melissa:

No podía creer nada de lo que estaba pasado. Estába en una especie de pesadilla de la que no podía despertar. Cuando porfin tenía la oportunidad de ser libre...Vampiros, brujas y hombres lobo. Todos ellos existen.

¿Y ahora como voy a caminar tranquila por las calles? ¿Cómo voy a sentirme segura? Si las única personas en las que empezaba a confiar me han estado engañando y ocultandome cosas.

Aunque pensándolo en frío no sé si  hubiera preferido saberlo o no. Convivo bajo el mismo techo con un caza vampiros. Ya tenía suficiente con descubrir que era mi padre biológico.

Y ahora saber que Damon, el chico con el que he hablado tantas veces. Podría haberme arrancado el corazón en cualquier momento, porque es un vampiro. Eso si me da miedo en realidad.

Ya no sé como verlo, ¿Cómo el chico gracioso de los comentarios ingeniosos? ¿O Cómo el vampiro de ojos inyectados en sangre y largos colmillos que acabarían conmigo en un par de segundos?...

Algo me sacó ligeramente de mis pensamientos, y eso fue el sonido del timbre. Entonces Damon abrió la puerta de mi habitación unos segundos después de tocar y sin que yo contestara.

- Venga Rapunzel sal ya de la cama. Tenemos que prepárate. -Dijo Damon.

Creo que en ese momento comprendió como me sentía por la forma en la que lo miré. Le tenía miedo.

- No me fastidies ¿Enserio crees que te voy a atacar? Podría haberlo hecho mucho antes y aquí sigues.- Dijo él mirándome fijamente.
Y se acercó a súper velocidad hasta estar solo unos centímetros enfrente de mí. - Eres muy tentadora, pero también eres mi amiga. Además sería lo último que haría antes de que tú padre me matase. No me tengas miedo, no he hecho otra cosa que protegerte en todo este tiempo. ¿Enserio cres que te mataría?

- Espero que no.- Dije con la voz un poco temblorosa.

- Pues entonces a la ducha.- Dijo Damon agarrándome de la cintura y llevándome hasta la ducha.

Él salió, yo me duché y puse ropa limpia. Después de eso ambos me llevaron en el coche de Damon, hasta la casa de éste para entrenarme.

Me explicaron cuales son las debilidades de un vampiro y las dos formas de matarlos. Corazón o cabeza. Sólo esas dos cosas.

Sólo les daña la madera, la verbena y el sol.  Y pueden ser embrujados por brujas. Para protegerse el sol algunos tienen un anillo de día hechos por brujas.

Son capaces de borrar la memoria de humanos y obligarles a cosas. Para que eso no suceda debes de beber o llevar verbena contigo. Ellos no pueden arrancarte el collar o anillo de verbena. Pero si pueden desangrarte para eliminar la verbena de tú organismo si la has bebido.

Y lo último que me enseñaron es como defenderse y pelear contra ellos. Para eso me estuvieron entrenando todos los días durante semanas. Luchaba contra Alaric y contra Damon, mientras el otro me observaba y me decía lo malo y lo bueno de cada lucha.