XI

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Capítulo 11

— ¿Qué haces aquí a estas horas?— preguntó Draco, mientras apoyaba los brazos en la baranda, justo a su lado.

—Eso debería preguntártelo yo a ti, pero contestando tu pregunta, solo vine a pensar. — ambos observaban el cielo.

—Debe ser un poco agobiante, ¿no? — cuestionó. — Enterarte de todo esto, de golpe, yo ya habría enloquecido. Aún intento digerir que seas ahijada de mis padres.

Hermione estaba algo sorprendida de lo expuesto que se notaba Draco en ese momento, como si todas sus barreras hubiesen desaparecido por un momento. Fue raro, más gratificante que decidiera hablarle.

— Lo es, también es difícil. En especial con Ronald. —Dijo triste. — Tu madre me ha hecho miles de preguntas en la cena, es como el doble de la mía, ¡son iguales! Pero me ha caído bien. — rió. — Nunca pensé decir que Narcissa Malfoy me caería bien.

Se quedaron en silencio.

— ¿Crees que algún día puedas perdonarme?— preguntó el rubio en un susurro. Ella lo miró, pero él no quería que lo hiciera, pues le era difícil, sentía que sus gentiles ojos avellanas lo juzgaban.

Pero era todo lo contrario.

Tenía miedo de que dijera que no, que nunca lo haría. Hermione bajó para quedar a su lado, y lo abrazó, tal vez por impulso, o tal vez porque quería hacerlo... Él soltó un suspiro de alivio, algo impresionado por ese acto, pero le correspondió envolviéndola, sintiendo una paz que nunca antes había sentido.

Ella disfrutaba de su calidez y su aroma. ¿Quién iba a decir que estar en sus brazos sería tan gratificante?

—Draco, — dijo su nombre. — tu padre me ha explicado el porqué de tu actitud.— escondió su rostro mientras decía aquello.— No tengo nada que perdonarte, yo hubiese hecho lo mismo de estar en tu lugar.— intentó separarse un poco para verlo, pero el rubio no la dejó hacerlo.

Eso era algo nuevo, casi sorprendente, Draco Malfoy no abrazaba a nadie, pero abrazar a Hermione no parecía ser extraño, se sentía cómodo y no quería separarse.

—Me has sacado un gran peso de encima. — habló entonces.

—Te perdono si tú me perdonas a mí. — Draco frunció el entrecejo.

—Pero, tú no has hecho nada...

—Aquella primera vez que nos vimos en el tren y hablamos, cuando te fuiste porque te dije que era hija de muggles, pensé muy mal de ti y te juzgué. Y lo lamento. No debí hacerlo, no debí juzgarte de la manera que lo hacía sin saber nada de ti. Solo que nunca supe por qué me odiabas tanto.

—Las personas juzgan, Granger. Es casi inevitable, no hay nada que perdonar, pero si te hace sentir mejor...— se acercó a su oído. — Jamás te odié.

—Yo tampoco.

A Draco le brillaron los ojos, y cuando por fin se separó para mirarla notó que sonreía. Era la sonrisa más bella que había visto jamás, y la más pura. En ese momento no supo qué fue, pero en él surgió la necesidad de hacerla sonreír todos los días, y hacerlo con ella.

¿Acababan de pedirse perdón? Hermione no podía creer como en unos pocos días su vida había dado un giro de 180 grados tan de repente. Se desprendió del abrazo y cayó en el frío piso de piedra, sentada como indio. Miraba la pared intentando comprender qué haría con su vida de ahora en adelante. Draco también se sentó, comprendió que Hermione estaba teniendo su golpe de realidad y procesaba muchas cosas al mismo tiempo, así que la dejó ser.

—Vaya. — fue lo único que dijo ella unos minutos después, él rio.

Comenzaron a hablar, sorprendidos de lo bien que se desenvolvían el uno con el otro, porque esa no era un simple charla entre dos simples personas, eran Malfoy y Granger, se odiaron prácticamente toda su vida, y ahora parecían conocerse hace años.

Pero, ¿realmente se odiaban, o solo es que nunca se conocieron?

—Es extraño...

— ¿El qué es extraño?

—Toda mi vida creí que eras de cierta manera, y en este momento me siento muy cómoda contigo, eso es extraño. Nunca me siento cómoda con nadie. — confesó.

Y lo miró. Como si fuese la primera vez que lo hacía.

Él no notó como los ojos de ella comenzaban a verlo. Con esperanza. Y Draco no se dio cuenta, jamás lo hizo, estaba pensando en lo que Hermione había dicho. ¿Se mostraba tan diferente a cómo era en realidad?

Y también se arrepentía de haber sido un cobarde durante tantos años, porque ahora aceptaba que Hermione Granger, de alguna u otra forma, le atraía. O al menos, costaba de su atención.

Nota de autor: perdón por hacerlo tan corto pero EN EL PRÓXIMO CAP EMPIEZA LA TERCERA GENERACIÓN AAAAAAAAAAAAAA

Un viaje en el tiempo | HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora