XXV

217 15 1
                                    

La noche había llegado a Hogwarts, haciendo que todos los alumnos que merodeaban por allí regresaran a sus salas comunes para descansar.

Los adultos se encontraban con Dumbledore y McGonagall en la dirección, con un encapuchado que se había presentado a si mismo como un Granger. Era el chico que gritó en el Gran Comedor. Se habían reunido puesto que estaban seguros que él podría saber más respecto a lo que pasaría con su madre y la profecía que la seguia a donde quiera que vaya.

No fue complicado convencerlo para que hablara, en realidad, fue él quien los interceptó y preguntó de antemano si podía estar presente en aquella reunión. Así que allí se encontraba, todavía con la capucha puesta y sin revelar del todo su identidad.

—Bien joven, ¿sabría decirnos en cuanto tiempo despertará la señorita Granger?

—En nuestro tiempo, mamá me solía contar la historia de su primer viaje, y recuerdo que tardó cuatro días en despertar. Pero la diferencia es que ella ya había cumplido la mayoría de edad en el mundo mágico, edad suficiente para controlarlo, y no había ocurrido nada que desatara su poder hasta hacerla desmayar, así que no podría decir con seguridad cuando despertará.

—¿Cómo que a los 17 fue su primer viaje? ¿Habrá más?

—En nuestra línea temporal, mamá tiene su primer Viaje Espectral dentro de año y medio, cuando ella ya es lo suficientemente fuerte para controlar el gran poder que le fue otorgado. No sólo en cuerpo, sino en alma y mente. Para que eso ocurriera debieron pasar ciertos sucesos que ahora, en esta línea temporal, el señor Weasley interrumpió. —gruñó— Hizo que sus sentidos se pusieran alertas creando una pequeña explosión de poder.

—¿Pequeña?

—Sí, no querrán saber como son las grandes. — rió — Realmente carga con mucho poder, y es por eso que se tendrían que respetar los tiempos.

—¿Cómo es eso del Viaje Espectral? ¿Podrías explicarnos acerca de eso? — cuestionó Dumbledore.

—Es complicado, en realidad. —suspiró, intentando que su voz no se quebrara— No se mucho, solo lo que ella me contó y lo que pude investigar al respecto, pero... Podríamos empezar con que los Viajes Espectrales suceden cuando su alma logra abandonar su cuerpo por un pequeño lazo de tiempo, y entonces ella puede reunirse con gente que ya no está aquí. En el limbo, o el más allá, como prefieran llamarlo. Y sí, existe, pero no es un lugar físico al que todos tengamos acceso. Simplemente hay elegidos.

—¿Pero eso no es malo, o si? —Narcissa fue la única q se atrevió a preguntarlo.

—No es malo, si logra hallar el camino para volver.

—¿Qué pasa si no lo encuentra?

—Ella podría quedarse allí para siempre, y su cuerpo podría morir.
...

Cuatro chicos se escabullian de Filch y la señora Norris por los pasillos del castillo, cosa que hicieron mil veces mientras aún usaban el pijama. Eran aproximadamente las dos de la madrugada y estaban seguros que si los atrapaban, se llevarían un gran castigo. Por eso intentaban ser lo más sigiloso posible.

—¡AY! — gritó uno.

—¡Blaise, cállate! — le regañó Pansy en un susurro. — Harás que nos atrapen.

—Me pegué en el dedo chiquito. — murmuró él. —Eso pasa por no dejar que me calce, manga de apurados.

—Demoras veinte minutos en elegir un par de pantuflas. — bufó Theo — No creo que sea difícil elegir entre verde de conejitos o verde de cerditos.

—¡Theo, aclaramos que jamás hablaríamos de eso de nuevo! Además, son distintos tonos de verde.

—¡Son el mismo verde! — exclamaron todos a la vez.

—Ya...

—Llegamos. — dijo en voz baja Draco, mientras abría la puerta de la enfermería.

Pansy fue la primera en ver a Hermione en una de las camas del lado derecho, y corrió hacia ella.

Es cierto que todavía faltaba mucho para terminar de conocerla, pero Hermione había sido la única en lograr hacerla sonreír las últimas semanas. Con la única que podía ser ella misma sin que la miraran de mala forma esperando que se comporte de tal manera. Y jamas pensó que llegaría a importarle tanto Hermione Granger, pero le importaba. A todos.

Theo también se acercó, pero él no dejó que vieran sus ojos verdes llenos de lágrimas. Las personas en cama y enfermas siempre le habían causado un sentimiento extraño. Se los secó cuando pensó que nadie veía y observó a la chica. Por alguna razón, Hermione lo confundía. Capaz porque era todo lo que buscaba en una chica, tal vez porque era un misterio para él, no lo sabía y no quería hacerlo. Simplemente se quedó allí.

A Blaise el ver a Hermione inmóvil le ocasionó un nudo en la garganta del que era imposible deshacerse. ¿Por qué? ¿Por qué sentía que la conocía desde mucho antes? ¿Por qué sentía que no era una desconocida como él creía recordar? Estaba seguro, o casi seguro, que algo ocurría con él, y que la chica en la camilla sabía qué era. Y también estaba seguro que otra chica estaba involucrada. Una de cabellos flamantes y sonrisa hermosa.

Y Draco.

Draco tenía una pequeña cosa en el pecho que no sabía qué era. Y a diferencia de los otros, no se había acercado tanto, mantenia su distancia, y solo se permitía observarla desde los pies de la cama. Llevaba las manos en los bolsillos del pantalón pijama y respiraba con dificultad,  no podía creer que era la misma chica que hace unas noches charlaba alegremente con él en la Torre de Astronomía.

Algo dentro de él le decía que estaba bien, que solo dormía, pero otra más oculta le decía que se despidiera,  porque jamás la vería de nuevo si no era en sueños. Evitó totalmente esa otra parte, porque estaba decidido a volver a ver aquellos ojos que acompañaban todo de un ceño fruncido. Quería ver nuevamente aquellos rizos revoloteando por su cara y sonreír cuando los colocara detrás de su oreja. Quería ver aquellos labios color rosa que hablaban sin parar y tanto lo incitaban a besarla.

Quería que despertara para hacerlo.

Pansy tocó su hombro.

—Draco, vamos, ya es tarde. — retiró su mirada de Hermione y la volvió hacia Pansy, desconcertado.

—¿Qué?

—Que ya debemos irnos, ¿estas bien? — asintió.

—Vayan ustedes, yo los alcanzo. — su amiga no discutió y fue tras Theo y Blaise, que ya estaban cruzando la puerta.

Cuando vio que al fin estaba solo con Hermione,  se acercó lentamente hasta la silla en la que momentos antes Pansy estaba sentada. Se sentó acercandola un poco más.  Aún podía percibir vagamente su perfume, canela. Sonrió. Con un poco de duda, como pidiendo permiso, tomó su mano, que yacía al lado de su cuerpo. Estaba fría y eso lo alertó un poco, aun así ella seguía respirando.

—No creo que me estés escuchando Granger, así que allá va. — suspiró — Quiero que despiertes, ¿bien? Te lo exijo. Y se que no soy nadie para hacerlo,  pero me gustaría pensar que puedo llegar a ser alguien en tu vida. Me hace sentir bien. — sonrió — No se que te traes con Theo, la verdad, pero esas miradas que se lanzaban en el comedor me hacían poner algo... un poco... tal vez demasiado celoso. Okey, lo he dicho. Felicitaciones, Hermione, eres la primera chica que me hace sentir eso... Pero no puedo prohibirte nada, apenas somos amigos. —se lamentó — Aunque no creo que los amigos tengan tantas ganas de besarse, así que realmente no se qué eres para mi. ¡Y me confundes, maldita sea! A veces creo que puedo llegar a sentir algo por ti,  pero se que te mereces mucho más. Tú eres el tipo de chica que merece siempre más. Eres inteligente, vaya que lo eres. Amable, hasta con idiotas que no lo merecen. Eres gentil y hermosa. Eres lo que cualquiera desea... Y eres inalcanzable para mi. Eso me destroza a cada instante. —Se levantó— Espero que te mejores, Hermione, todos te necesitamos.

Se acercó lentamente a su cara y beso sus labios con una delicadeza que realmente le sorprendió. Estaba seguro que sus labios eran la única parte de su cuerpo que tenían algo de temperatura... Se quedó allí unos segundos.

—Adiós.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 12, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un viaje en el tiempo | HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora