XV

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Capítulo 15

| Especial Dramione |

Draco y Hermione permanecían callados absortos en sus propios pensamientos, ambos intentaban encontrar las palabras adecuadas para seguir con aquel momento.

—Oye, ¿crees que estaría bien que me llames Draco?— a la chica le tomó por sorpresa aquella pregunta.

—Por supuesto... Si no te incomoda, lo haré. — él asintió. — Pero, ¿por qué de repente quieres que te llame así?

—Siento que llamarme Malfoy es como referirse a alguien el cual no soy realmente, ya sabes, la imagen que tienen de mi los otros... Draco es alguien completamente diferente, alguien que espero puedas conocer. — Decía cabizbajo. — Cuando me llamaste por mi nombre la otra noche, fue como si entendieras quién soy, sin saber nada de mí en absoluto. Y puede sonar extraño lo sé, pero...

—Suena perfecto, Draco. — sonrió. — ¿Tú me llamarás Hermione?

— ¡Claro que no! — exclamó ofendido.— Todos te llaman así, o por algún diminutivo, seguiré llamándote Granger hasta que encuentre algo mejor.— ambos se volvieron al cielo, comenzaba a hacer frío.— Y mientras lo encuentre, si te apetece, tal vez podríamos pasar algún tiempo juntos. Es decir, se ve que nuestros padres son muy unidos, creo que les gustará saber que sus hijos se llevan bien... Y a mí también me gustaría, para serte sincero. — sonaba nervioso al revelar lo último pero lo ocultó con un carraspeo.

Nunca lo había visto así de inseguro. — pensó Hermione.

Joder, ¿por qué me estoy comportando así?— pensó él.

—Me encantaría pasar tiempo contigo...

Luego de eso se sentaron en el suelo, para que la brisa no chocara directamente con ellos, y hablaron trivialidades como la última vez. Soltando, de vez en cuando, un dato sobre ellos mismos para intentar conocerse.

—No entiendo por qué todos se sorprendieron cuando Pansy y yo comenzamos a hablar. — dijo entonces la castaña.

—Descuida, no fue por ti, es que Pansy ha estado muy decaída las últimas semanas, por asuntos personales. No había hablado con nadie, ni siquiera con mi madre, y eso que le tiene mucha confianza.

Así que imagínate la sorpresa que nos dio cuando se puso a hablar contigo como si nada. — Hermione comprendió entonces, y como nota mental, se puso averiguar qué la tenía en ese estado a la peli negra.

Se distrajeron cuando escucharon unos pasos y las voces de sus padres haciendo eco en los pasillos, salieron afuera para verlos.

—Oh, que sorpresa encontrarlos aquí...— Narcissa se acercó, dándole un beso en cada mejilla a cada uno. — Creí que estarían durmiendo.

Draco no se incomodaba con facilidad, pero la mirada del señor Granger lo hizo. Parecía querer mandarle unas cuantas maldiciones "inofensivas".

—Cierto, cariño, ¿qué haces despierta a esta hora?— preguntó sin dejar de mirar al chico.

—Solo charlábamos, en un rato regreso a la torre, no te preocupes.— sonrió para calmar el ambiente.

—No eres tú la que me preocupa necesariamente...— susurró para sí.

—Vamos, mejor los dejamos solos. — dijo Jean tirando de su esposo.

— ¿Solos? ¿Tienes fiebre, Jean? ¡Es una bebe! No puedes dejarla "sola" con ese lobo rubio. — los chicos los veían alejarse.

—Ese lobo rubio es mi hijo, ¿recuerdas?— farfulló Lucius indignado.

—Ya, pues que tu lobo no aceche a mi hija.

Un viaje en el tiempo | HPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora