CAPÍTULO 19: Bajo la Superficie. Tensiones a Flor de Piel.

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LEANDRA BROOKS:

Estaba en mi habitación, viendo cómo la luz del sol se filtraba a través de la ventana, iluminando mi cuarto y llenándolo de aire. Estaba en ese estado de letargo en el que me gusta perderme, cuando de repente escuché la puerta de la casa abrirse. No le di mucha importancia, hasta que escuché la voz de mi hermano, Zack, resonar en la planta baja.

— ¡Oye, ladilla molesta! ¡He invitado a nuestros amigos! No tardarán nada en llegar. — dijo con cierto tono de emoción. Yo solo tenía la expresión de "Trágame tierra". — Luego me agradeces.

¿Nuestros amigos?

La última parte de su comentario se llenó de una ironía tan densa que podía casi tocarla. Me quedé sentada en la cama, con un suspiro que se escapó involuntariamente de mis labios. Perfecto. Solo lo que necesitaba. No estaba del todo segura de si estaba emocionada o irritada por la invasión de mi espacio personal.

Me levanté, tratando de decidir si debía ponerme algo cómodo o hacer un esfuerzo por verme bien. Porque, claro, es fundamental impresionar a mis amigos, especialmente si entre ellos está Kay, pensé con sarcasmo. El simple hecho de que él pudiera aparecer por la puerta me llenaba de un extraño nerviosismo. Después de todo, había estado evitando el contacto visual con él desde aquella vez que lo vi besarse con Emma.

Cuando escuché el timbre de la puerta, mi corazón dio un vuelco. No podía creer que me estaba afectando de esta manera. ¿Desde cuándo me importa tanto lo que hace o deja de hacer? Me armé de valor y bajé las escaleras, intentando recordar que era solo un grupo de amigos. Solo eso.

Al abrir la puerta, me encontré con una mezcla de caras casi desconocidas. No eran mis amigos, sino los de Zack. Derek, el chico rubio que había sido siempre el payaso del grupo, apareció primero. Tenía el cabello desordenado y una sonrisa amplia que revelaba un par de hoyuelos en sus mejillas. Sus ojos marrones brillaban con una energía contagiosa, y su forma de hablar era tan rápida que parecía que siempre estaba a punto de hacer una broma. Era el tipo de chico que podía convertir cualquier situación aburrida en un espectáculo, aunque a veces su sentido del humor podía ser un poco excesivo.

— Hola. — bajé la cabeza, evitando ponerme roja de la vergüenza.

— ¡Pero tú eres la hermanita del imbécil de Zack! — exclamó el rubio con una sonrisa en su rostro, antes de alborotar mi cabello. — Vaya, sí que tienen un buen parecido, incluso eres más bonita en persona.

— Derek. — le advirtió el pelirrojo a su lado, entornando los ojos.

— ¿Qué?

— Deja de coquetear con todo lo que te encuentras, ¿no ves que la asustas?

El tal Derek rascó su nuca.

— ¡No estaba coqueteando, estaba siendo amable!

A su lado estaba Max, su eterno compañero. A diferencia de Derek, Max parecía más reservado, una larga melena rojiza que caía por sus hombros en un estilo más serio. Tenía una mirada profunda y reflexiva que contrastaba con la risa constante de Derek. Max vestía una camiseta de banda y jeans anchos, dando la impresión de ser el pensador del grupo, siempre con un comentario ingenioso pero un poco más sutil que su amigo rubio.

Detrás de ellos, noté a un chico más, un poco más alto que los demás, con piel casi del color de la nieve y su cabello mucho más ordenado, que caía sobre su frente. Tenía un tatuaje que iba desde el hombro hasta su cuello, y su expresión seria y de pocos amigos me hizo sentir como si acabara de cruzarme con un misterioso guardián de algún secreto. Se presentó como Zach (de Zachary), y su actitud relajada y desenfadada me hizo pensar que podría ser un tipo interesante, aunque no parecía estar muy interesado en socializar. Había algo en su postura que sugería que prefería observar en lugar de ser el centro de atención.

MÁS QUE ENEMIGOS ©  [Reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora