CAPÍTULO 9

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   Cuando jugamos a las casa del amigo de nuestras madres, el nos saludó con un beso en la mejilla a Michelle y a mi.

-Paola, el es Arturo-nos presentó mi madre-Arturo ella es Michelle.

-mucho gusto-dijo Arturo y nos dio la mano.

-Bien, ¿te molesta que yo les enseñe si habitación?-preguntó la mamá de Michelle a Arturo.

-Claro que no-contestó el.

-Siganme chicas-siguió Paty, y camino hacia un pasillo.

   Michelle y yo la seguimosy al llegar al final dobló a la izquieda por otro pasillo está vez no tan largo.

-Aquí dormíran el resto del viaje-dijo paty abriendo la puerta.

   Dentro había dos camas con sabanas blancas almohadas muy acolchonsdas. En medio de la camas hacia un mueble con 2 cajones y enfrente un tocador.

-Tu madre y yo-continuó paty hablandome-dormimos en la habitación que está enfrente.

-Gracias señora-le dije sentandome en la cama, y paty salió.

   Yo comencé a poner mis cosas en su lugar pensando «¿Por qué ayude a Michelle?, ¿Por qué soy tan tonta?, ¿Yo puede haber hecho eso con David?, ¿El en verdad me quiere?»

-Tierra llamando a Paola-escuché decir a Michelle.

-Perdón, ¿que?-respondí volviéndome hacia ella.

-¿Que te pasa hoy he? Estas en la luna.

-No, sólo estoy muy cansada.

-Esta bien, te decía. ¿Que crees que pase con David y con migo?

-La verdad no se.

-¿Cree que el más quiera?

-Claro que si, eres hermosa, pero hay que dormir, no querrás ir a ver a David mañana con ojeras, ¿O si?

-Tienes razón, debo tranquilizarme-después de eso Michelle calló rendida y yo hice lo mismo.

   Cuando desperté, como en los últimos días, Michelle ya se estaba arreglando, sólo le faltaba peinarse y maquillarse. Me levanté, me bañe, me cambié, maquille y peine, a los 20 minutos ya estaba lista. Michelle se estaba poniendo el último toque de maquillaje cuando Diego me llamo.

-Bueno-respondí.

-Hola, ¿Paola?

-Si, soy yo, ¿Que pasa?

-¿David está con tigo?

-No, Diego, ¿Pasa algo?

-No lo sé, tampoco está aquí, dejó si móvil en casa y no sabemos donde está.

-¿Como que no saben?- podía oír mi propia voz a lo lejos, sonaba preocupada, desesperada.

-No, mi madre salió a buscarlo pero no lo encontró, estamos llamando a la policía pero dicen que no pueden hacer nada al respecto.

-Muy bien, saldré a buscarlo, no te preocupes.

-Gracias Paola. -David colgó.

   Yo metí mi móvil al bolso fui a la cocina donde mi mamá, Paty, y Arturo estaban cocinando.

-Mamá debo irme, David no está, debo buscarlo, llámeme a mi móvil.-fue lo único que dije antes de salir corriendo de la casa.

   Mi madre gritaba mi nombre como loca. Cuando doble la esquina me llamo al móvil. Conteste.

-Mamá..

-¿A donde vas?,¿Estas loca?...

-No mamá, David desapareció,-la interrumpi sin dejar de caminar- debo ir a buscarlo, no le digan a Michelle se pondrá como loca, iré a la plaza donde comimos la primera vez, no me movere de allí, estaré bien, confía en mi.

-De acuerdo, tren mucho cuidado Paola.

-Lo tendré-yo colgué.

   Me detuve un segundo, sentía algo raro, un impulso para ir a algún lugar, no sabía a donde, «Estoy aquí», escuchaba una voz, «ven sabes donde encontrarme», la voz me sonaba familiar, «sigue tu corazón», entonces lo supe. David.

   Veía hacia todas partes, pero en mi mente sólo estaba la plaza, así que fui hacia allí. Cuando llegué, mire automáticamente hacia el lugar en donde David y yo nos besamos, había aquella banca, bajo el gran árbol de flores rosadas que está frente las tienda de música. Pero no había nadie sentado allí, yo aún así me acerqué, tenía que ir, ni cuerpo me lo podía.  Camine al rededor del árbol y vi a alguien sentado en el suelo, sus cabellos brillaban en la luz del amanecer, era el, lo había encontrado. David.

   Me acerqué hacia el sin hacer ruido pero el bolteo para verme, después volvió si mirada hacia sus manos.

-¿Que estas haciendo?-pregunte, esperando que David escuchara el alivio en mi voz.

-Vine a pensar- dijo aún mirando sus manos.

-Tu familia te están buscando como locos-me senté junto a él.-sabes, casi muero cuando me enteré que no estabas.

-¿De verdad?-me miró-pensé que no te importaba.

-¿Por qué dices eso?-pregunte sorprendida.

-Ayer Michelle me dijo que me quiere, yo le dije que no estaba bien, que si tu no tenías ningún problema con eso, ella dijo que no, dijo que tu sabías todo eso...

-Y luego la besaste-lo interrumpi.

-No-habló tan fuerte que casi grita-ella me besó a mi, yo la aparte, no podía...

-David...

-No digas nada, creo que tu amiga te importa más que tú, la pregunta ,...-me tomo de la manos y me miró a los ojos-¿Yo te importó?.

   No pude contestar si decía algo diría la verdad, pero no quería, quería que Michelle fuera feliz, pero su ella era feliz, donde quedaba mí felicidad. Me levanté del suelo y me senté en la banca.

-Paola...-el hizo lo mismo-...mirame a los ojos y dime, ¿Te importó?.

   No lo soportaba más, a él no le podía mentir. Sus ojos me llegaban al corazón.

-Si, me importas, y mucho-dije casi gritando- pero que importa, estoy acostumbrada a estar sola, no me molesta, me importas tu y también Michelle, tengo que...

-No tienes que hacer nada-me interrumpió con su voz tan dulce chino siempre y me apartó un mechón de pelo detrás de las oreja.-tu corazón lo hará todo-se acercó a mi, como la primera vez que me besó-sólo escuchalo, el té dirá que hacer.

   David se acercó más a mi, yo no me aleje, cerré los ojos y sus labios volvieron a tocar los míos, pero esta vez era distinto. El beso comenzó muy suave, en pasaba sus manos por mi espalda y yo le tocaba sus cabellos, entonces me apreto contra el con fuerza, yo solo escuchaba los latidos de mi corazón, las manos de David llegaron a mi cintura y entonces el se apartó.

-Te amo.-me susurró al oído.

-Yo también-me acurruque entre sus brazos y el me besó la frente.

Mi sueño se cumple. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora