CAPÍTULO 40

206 14 0
                                    

   Paola.
*
   A David y a mi se nos hizo tarde, se nos oscurecido mientras estábamos "perdidos" y llegamos a su casa muy tarde. 2 horas antes de que el vuelo saliera.
   -¿Por... en donde estaban?- preguntó mi madre cuando abrimos la puerta.
   - Estábamos en... - no podía decirle que "nos perdimos juntos", así que trate de inventar alguna escusa. - en, pues ya sabes... donde...
   - Fuimos al parque. - continuó David con toda normalidad.
   -¿ Y por qué vienen así, como si... se hubiesen mojado.? - preguntó Mari.
   - Por qué había niños jugando con pistolas de agua. - dijo David
   - Si. - dije al instante. - eso.
   Todos nos vieron raro.
   - Bien. - dijo al fin mi madre.- que bueno que llegaron, falta muy poco para que salga el vuelo. Arregla tus cosas Paola.
   -Ya lo hice. - dije.
   - Muy bien. - habló mi mamá.
   - ¿Donde está Michelle?. - le pregunté.
   - Está arriba, en la habitación de Diego.- dijo Paty.
   - ¿Vamos?. - le pregunté a David.
   - Vamos. - respondió el.
   Y si, caminamos hasta la habitación de Diego. Abrimos la puerta y allí estaban ellos, Diego tocando la guitarra sin cantar, pero la melodía era la de "yo no me doy por vencido", parecía que había comenzado a tocar. Ellos no se dieron cuenta de que estábamos allí, al menos no hasta que David comenzo a cantar.
   - "Me quedo callado..." - allí si nos vieron, y Diego siguió tocando. - "...soy como un niño dormido, que puede despertarse con apenas sólo un ruido... "
   Yo tenía muchas ganas de escuchar esa canción en la voz de David, en vivo. La cantaba hermoso, entonado y sintiendo cada palabra de lo que decía. No paraba de mirarme, y dentro de mi había un revoltijo, sentida como si estuviésemos solos, como si pudiera flotar, o hacer cualquier cosa en el mundo, tan sólo con el. Si, habíamos quedado en términos de amigos, pero eso no quitaba lo que sentía por el.
   - "Yo" - comenzó a cantar el coro David.
   No me pude resistir.
   - "Yo no me doy por vencido..."- canté, y si que se sorprendieron, por que casi no lo hacía, pero Diego no paró de tocar, aunque David si de cantar.
   - "Yo quiero un mundo con tigo, juro que vale la pena esperar, esperar ..."- seguimos cantando los dos. Juntos.
   Cantar con David era una sensación única e inolvidable. Era como estar en un lugar que te fascinaba, un lugar que siempre había sido extraordinario para ti, pero ahora lo es más. Cantar para mí era una forma de alejarme de todo y todos, pero cantando con David, querida alejarme de todo, pero no de el.
   Terminó le canción, y aplausos me sacaron de mi mundo.
   - Gracias, gracias. Pero la que hizo la canción maravillosa fue Paola. - dijo David haciendo reverencia.
   - ¿A quien crees que le aplaudimos? - preguntó Diego con un todo de burla. - Tonto. - dijo en una tos fingida.
   - Aaa. - suspiró David.
   Yo sólo reí.
   Después de eso me di un baño rápido para quitarme lo salado del mar y me cambié. Esta vez coló con unos jeans y una blusa con la leyenda "he cometido tantos errores", era color naranja.
   Salí, con mi maleta en la mano, los demás me esperaban también con sus maletas, todo parecía ir más lento. Las miradas de todos, tristes, llenas de lágrimas, sin querer que ese momento pase.
   Todas las palabras eran lentas. Pero había una a la que siempre le he tenido medio. "Adiós". La repetían una y otra, y otra vez.
   Yo no quería un adiós, yo queria un hasta luego. Pero tal vez esa era la palabra que debíamos usar. Tal vez, jamás nos volveríamos a ver. Y aunque me dolía, debía aceptarlo.
   - Bien. - dijo mi madre secándose lágrimas en la mejilla que no tenía, pero ella creía que si. - Creo que es hora de irnos.
   - Nosotros las llevamos. - dijo Diego.
   - ¿De verdad? ¿No hay ningún problema?- preguntó Paty.
   - Ninguno. - respondió Mari.
   Después todos, Michelle, paty, mi madre, David, toda su familia y yo, estábamos en el auto del padre de David, apretados, pero a nadie parecía importarle, todos estábamos juntos, juntos por última vez.
   Yo estaba sentada en medio de David y Michelle. Y todos parecían como si les hubiesen quitado parte de su alma.
   El paisaje que se veía por la ventana estaba gris, nublado, y hasta las plantas parecían marchitas.
   David entrelazo sus dedos con los mios. Yo lo miré, sus ojos castaños llegaban hasta el fondo de mi alma y mi corazón. Con una sólo mirada el Me dijo. "Nos volveremos a ver". Yo asentí. Sus ojos le brillaban de lágrimas y eso me destrozaba, así que sólo puse mi cabeza contra sí hombro, y no la aparté durante todo el viaje.
   Llegamos al aeropuerto, y nuestro vuelo salía en diez minutos.
   Yo, tarta de despedirme de todos sin llorar. Primero abrace a Mari y a su esposo.
   - Gracias por todo. - dije en un susurro.
   - No  nos tienes que agradecer por nada. - dijo Marí con los ojos llenos de lágrimas. - Son bienvenida cuando quieran.
   Yo asentí.
   - Quiero volver a tocar junto a tu voz. - me dijo Diego mientras me abrazaba. - Ya me estoy cansando de la voz de este troll. - señaló con la cabeza a David. Yo sonreí porque no pude reír.
   - Estoy aquí. - anunció David y yo fui hacia el. - Te extrañaré. - pasó sus manos por mi cintura y me acerco a él.
   - Nos podremos comunicar por mensajes. - dije en su oído con un nudo en la garganta.
   - Pero no será lo mismo.
   - No. - susurré. - No será lo mismo. - entonces si rompí en llanto.
   - Tranquila. - pasó su mano por mi espalda. - Volveremos a vernos.
   Yo levante mi cabeza para mirarle la cara, el también quería llorar, y aunque se estaba aguantando las ganas, algunas lágrimas ya resbalaban por sus mejillas.
   - Paola. Es tarde. - dijo Michelle detrás de nosotros.
   Yo mire a David irá vez. Me miraba con preocupación, yo queréis decirle que estaría bien, pero sin el, probablemente no lo estaría. Quería besarlo, sólo un beso, un beso como el de la playa, así de rápido, así de intenso, así, como nuestra miradas.
   Pero no lo hice.
   - Adiós. - comenzó David. - amiga.
   Yo volví a mirarlo, era hermoso, pero triste a la vez.
   - Adiós... amigo. - dijo y me fui.
   Me fui sin volver a ver atrás. Subí al avión y mantuve mi mente en blanco todo el viaje.

   Llegamos a casa y mi padre nos esperaba en la puerta.
   - Bienvenidas. - dijo y nos abrazó.
   Michelle y Paty ya estaban en su casa, la habíamos dejado antes de llegar a la nuestra.
   Mi padre se apartó.
   - ¿Se divirtieron?. - preguntó.
   - Si. - fue tratando de hacer una sonrisa. - pero, estoy muy cansada, iré a mi habitación a dormir.
   Mis padres sólo asintieron.
   Yo me metí a mi habitación tapisada de pósters de David en las paredes. Quería olvidar, pero con eso no podía.
   Verlo así, un millón de Davides mirándome. Rompí en llanto, y sin saber que hacía arranque todos los pósters de la pared. ¿Que había hecho?. Lo había arruinado todo.
   Entró un mensaje a mi celular, y aunque no quería verlo lo tomé.
   Abrí el mensaje.
   Ya te extraño, pero recuerda que el destino nos volverá a unir. Sólo no pierdas las esperanzas.
   Nos volveremos a ver.
                                     David.
   Deje mi celular en la mesa, me acosté en la cama, y pensé. Pensé en una sola palabras.
   "Amigos", ¿Que significa? La amistad es tener a alguien a tu lado, una persona a las que quieres que en las buenas y en las malas te acompaña. Una persona a la que le confías todo. Pero no una persona a la que puedes besar, ni una con la que sólo al tocarse, hace que te edtremescas. Ni que con sus ojos te congela. O con sus labios recorra todo tu alma, sólo al rosarlos.
   El término amistad parecida bastante... amigable.
   ¿En verdad quería ser sólo la amiga de David? No podía cambiar nada, no volveríamos a vernos aunque yo tuviese esa esperanza.
   Tal vez ser su amiga no significaría lo mismo que ser algo más, pero un amigo siempre está con tigo, eso me bastaba. Ser amiga de David me mantendría serca de el, no importa lo lejos que estuviésemos.
   Lo único que deseaba de todo corazón, era que el supiera siempre una sola cosa.
   Lo amo.
                     ***FIN***

Mi sueño se cumple. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora