Capítulo tres

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Capítulo tres:

Liam se levantó temprano esa mañana. El aire frío que entró por la ventana, lo despertó y desde entonces no había pegado un ojo. Decidió que se sentaría en la mesa y desayunaría solo, como lo había hecho durante tres años, pero al cruzar el umbral de la cocina su madre le ofreció una taza de té y unas tostadas. Liam le sonrió totalmente complacido, mientras aceptaba lo que ella le daba.

—Te has levantado temprano—le dijo Marina mientras preparaba algo para ella.

—Me desperté y no pude volver a dormir—le contó él.

Su madre se sentó con él.

—Y ¿Papá? —le preguntó Liam.

—Tu padre está trabajando. Lo ascendieron el año pasado y tiene que estar más temprano allá. —le dijo ella y Liam recordó el gran detalle.

Liam bajó la mirada y se lamentó haberse perdido ciertas cosas. Se entristeció al ver el brillo en los ojos de Marina, hubiera deseado estar ahí cuando las buenas noticias fueron anunciadas. Se había perdido muchas cosas y hasta los cumpleaños de su sobrino, no había forma de sentirse bien con sí mismo.

—Creo que debo tratar ponerme más al día—le sonrió falsamente.

Ella lo miró.

—Por supuesto. —le dijo ella con una sonrisa que lo lastimó.

Liam la miró y supo que debía recompensarla.

—¿Puedo ayudarte en algo? —le preguntó él.

—Claro—le dijo ella mientras recogía las tazas de la mesa y las ponía en la mesada para lavarlas. —Tengo que ir a comprar unos pegamentos para hacer unos adornos. ¡Es para un casamiento! ¿Quieres verlos?

Liam sonrió.

—Me encantaría, mamá—le dijo él y la siguió por el pasillo.

Ella le pidió que la acompañara al pequeño cuarto que ella tenía y allí estaba lleno de flores y centros de mesas. Hasta había unas cuantas tarjetas de plástico trasparente, con brillantina y perlas. Todo era reluciente y recortado con cuidado, dándole diferentes efectos, uno se olvidaba de que era solo plástico y parecía estar hecho de cristal. Liam se sintió muy orgulloso.

—Me faltan unos cuantos centros de mesa y flores. Pero va quedando. —le comentó ella algo modesta.

—¡Mamá esto es impresionante! —expresó Liam. —Te ha quedado muy bonito.

Marina sonrió.

—Bueno, para que siga quedando bonito debo terminarlo. Y para eso necesito que vayas a buscar casa de Lydia unas botellas que ella tiene en su casa. Sabes lo que le gusta reciclar. —le dijo ella.

La sonrisa de Liam se desvaneció un poco. Lydia. Lydia era la madre de Zayn. Y eso lo ponía con los pelos de punta. ¿¡Qué mierda haría si se lo encontraba!? Probablemente saldría corriendo a esconderse.

—Mamá no creo que sea buena idea—le dijo Liam.

—¿Por qué no? —le preguntó ella mientras cerraba la puerta del cuarto. —Sabes que ella recicla y yo necesito plástico.

—No me refería a eso—dijo Liam con un tono bajo.

Marina caminó hasta la sala con Liam suplicándole atrás.

—¿Vas a ayudar o no? —le preguntó ella.

Liam bajó la mirada y decidió arrojar a un pozo negro sus miedos. Se había levantado pensando que no le había dado lo suficiente a su familia y que no se merecía el buen trato y ahora que podía ayudar se estaba negando.

The Back Road (Ziam Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora