Capítulo siete
Eran las cinco de la tarde y Theo se acercó al sillón donde Liam miraba la televisión.
—Liam—lo llamó.
Su tío miraba un canal de deportes y parecía que estuviera hipnotizado porque no veía la forma de quitarle los ojos del televisor.
—Tío—llamó otra vez.
Liam no daba signos de estar escuchando una sola de sus palabras, ni siquiera se percataba de la presencia del niño al final del sofá. No era de extrañarse, todos en esa casa sabían que cuando Liam miraba el partido en vivo o repetido se quedaba en el molde hasta que terminaba y mucho más si era el equipo al que apoyaba, y ni hablar si estaban por hacer un gol.
Theo suspiró y puso los ojos en blanco. El pequeño sabía que su mejor amigo Ken estaría practicando en la cancha del colegio y él quería ir, le había dicho que lo haría y que alguien lo llevaría, solo no lo iban a dejar salir ni a la esquina. La única persona que parecía estar sin ninguna ocupación era el perro pero no lo veía lo suficientemente adulto como para hacerse cargo de un niño. Liam estaba bastante al pedo pero si esperaba a que le hiciera caso moriría de viejo.
—¡Ugh! —bufó. —Voy a tener que decirle a Zayn que me venga a buscar porque por lo que veo nadie en esta casa quiere llevarme a jugar futbol con Ken.
Resaltó el nombre de Zayn tratando de echarle en cara a su tío que su mejor amigo era mucho más bueno cuidando sobrinos que él. Pero ese nombre solo pareció despertar la atención de Liam.
—¿Qué? —preguntó. —¿Zayn?
Theo volteó.
—¡Hasta que al fin paras la oreja, sordo! —le reclamó Theo. Liam levantó la vista y lo vio con su uniforme de futbol y una mochila que probablemente contenía ropa para cambiarse y una botella de agua.
—Llévame a la escuela, hoy hacemos un entrenamiento y le dije a Ken que iría. —le comentó el pequeño.
Liam suspiró pesado y se levantó del sillón.
—Está bien—accedió. —¿Dónde están las llaves del auto?
—Aquí están—dijo Theo abriendo su mano y enseñándosela. Por lo que veía su sobrino había preparado todo para ir, se había vuelto un niño muy responsable y atento.
—Eres bastante terco, ¿sabes? —comentó Liam mientras ponía las llaves en el auto y las giraba encendiéndolo.
—Y tú un sordo—le respondió Theo.
Liam echó una risa mientras salía del garaje.
—Todo el mundo en esta casa sabe que no hay que molestarme cuando miro el fútbol, Theo. Puedo ser tan sordo como mamá cuando le pides un juguete nuevo.
—Pues todo el mundo no, porque yo no lo sabía. Y si lo sabía ya lo olvidé, porque te fuiste por mucho tiempo. —le dijo Theo mirando por la ventanilla con la pelota de fútbol en su regazo.
Liam suspiró y los ánimos de tener una conversación divertida se desvanecieron cuando la respuesta del niño finalizó.
—Lo siento…—se disculpó. —Pero ya estamos en el auto, ¿no?
Theo se rio.
—Sí—respondió el niño y volvió la mirada al parabrisas.
—¿Liam? —preguntó su sobrino.
—¿Qué pasó? —respondió el castaño.
El niño miró su pelota mientras la giraba sobre sus piernas.
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The Back Road (Ziam Fanfiction)
RomanceDos amigos inseparables. Una partida inesperada. Demasiadas preguntas. Deseos de regresar, y una ruta de vuelta. Una historia acerca de saber qué camino tomar.