Capítulo nueve

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Capítulo nueve

El sol entraba por la ventana levantada arrasador, Liam y Zayn dormían sin ninguna perturbación. Hasta que los ojos del castaño comenzaron a apretarse, irritados por la radiante luz sobre ellos. Los abrió lentamente y luego los cerró con fuerza, pues casi se queda ciego. En seguida, se apartó de la ventana sentándose en la cama. Miró para atrás y vio a su compañero durmiendo, iluminado igual que él, y corrió un poco la cortina para cubrirle la cara.

Se quedó sentado unos momentos, necesitaba hallarse. Hasta que notó que estaba en casa de Zayn. Se pasó las manos por la cara tratando de despejarse, y volvió a mirar hacia el morocho, ahora su rostro estaba oscuro y dormía plácidamente. Sonrió. Bostezó y cuando sus dedos tocaron sus labios todos sus sentidos volvieron a la vida: recordó la suavidad de los labios de Zayn sobre los suyos, lo cálidos que eran y lo hambrientos que estaban. Recordó que sus pestañas chocaron sus mejillas y que sus manos le tomaron el cabello y la cara. Se volteó para verlo nuevamente, esta vez con nuevos ojos, ojos de profunda consciencia. Su cuello estaba marcado. Unas manchas rojas se hacían notar radiantes, orgullosas y despiadadas. Las recordaba. Su memoria estaba viva y pudo sentir la fuerza con la que sus propios labios y dientes se cerraron sobre el cuello de su mejor amigo, cuando éstos se cansaron de su boca. Pudo escuchar en sus oídos como el morocho gimió en su oreja.

—Mmh—sí, exactamente así. —Liam—bueno, eso era nuevo.

Volteó y vio a su mejor amigo con los ojos hinchados mirándolo con confusión.

Liam lo miraba con pánico.

—¿Qué hora es? —le preguntó.

Liam no podía creer lo que había hecho, se sentía horrible ver a su mejor amigo después de lo que acababa de recordar, ¿por qué no pudo el alcohol simplemente cumplir con su trabajo? Deseaba haber tomado más anoche.

—¿Liam? —le preguntó Zayn asustado.

—Ah—balbuceó, y luego miró su celular rápidamente. —Las diez y media.

Zayn se revolvió entre las sábanas y se sentó en la cama buscando sus zapatos. Estaba vestido, eso fue un gran alivio para Liam.

—Ay, hermano—se quejó Zayn mientras se ataba los cordones. —mamá va a matarme.

Liam no pudo reírse de que sin importar lo adulto que el morocho fuera tenía a su madre tras él, porque estaba perplejo, con la mirada en expresión de tragedia y sus pensamientos haciendo un remolino en su cabeza con tanta fuerza que tuvo ganas de vomitar.

Zayn ingresó al baño y se quedó allí mirándose al espejo, por mucho que se hiciera el desentendido, estaba totalmente consciente de lo que había pasado anoche y lo hizo notar con un enorme suspiro que terminó por empañar el vidrio del botiquín del baño. Se lavó la cara y se quedó viendo otra vez, incapacitado para seguir realizando acciones cotidianas con todo lo que tenía en su cabeza en ese momento.  Se cambió de camiseta y al colocarse la nueva, miró su cuello. Pasó sus dedos sobre él, y recordó que lo ojos de Liam estaban negros previo a dejarle esa marca. Sonrió, y luego la frotó. Posó unas cuantas veces teniéndola bajo su vigilancia y creyó que se veía bien con ella. Pasó sus dedos por el cabello y salió del cuarto.

Zayn miró hacia su cama, Liam no estaba, ni tampoco su campera. Corrió inmediatamente hacia las escaleras y lo vio tomando el pomo de la puerta con fuerza.

—¡Liam! —gritó. Zayn supo que lo oyó, pero el castaño corrió fuera de la casa.

Zayn bajó las escaleras y abrió la puerta con rapidez. Lo vio correr por el frente de la casa.

—¡Liam, detente! —le gritó. Y Liam lo hizo girándose con ojos desafiantes. Zayn llegó hacia él con la respiración agitada.

—Liam, ¿qué pasa? —le preguntó preocupado.

Liam apartó la mirada desafiante, y la reemplazó por una sumisa.

—Tú lo dijiste, mamá va a matarnos—le dijo este no muy convencido y con una voz rasposa, al borde de las lágrimas.

—¿Sí? —le preguntó Zayn, igual de triste.

—Sí—le respondió el castaño apartando la mirada y volteándose para salir de allí.

—Liam—lo llamó Zayn otra vez.

Liam ya no aguantó más, si bien al principio no quiso sacar el tema por temor a que Zayn no se acordara de nada, ahora ya era evidente que los dos sabían muy bien lo que estaban haciendo y era cuestión de tiempo para que alguno de los dos lo gritara.

—Zayn, lo siento—le dijo ahora sí llorando.

Se sentía el ser más estúpido de la tierra, no quería llorar pero es que su vida se había ido a la mierda. Ya no podía recordar su decisión de irse hace tres años a Liverpool con algo de sentido, había sido todo una farsa, su intento de olvidar sus sentimientos había sido en vano, nada había cambiado como creyó en un primer momento. Claro que no, Zayn seguía siendo el mismo de antes, el pueblo también, los vecinos, la escuela, su sobrino, el boliche al que solían ir, y él también. Y él seguía enamorado. Solo había sido un despejo.

—No lo sientas—le pidió Zayn.

—¿Qué no lo sienta? —preguntó Liam anonadado. —pero si lo siento mucho.

—Todo está bien, Liam. ¿Sí? —le aclaró.

Liam lo miró y vio en él, el reflejo de todos sus fracasos.

—¡Nada está bien desde que regresé!—dijo Liam. —Mi vida se fue a la mierda, no debería haber vuelto, lo lamento. Y lo que pasó anoche no es más que el fiel reflejo.

—Fue un beso, Liam—agregó Zayn. —Solo eso, ¡no es la gran cosa!

Liam lo miró con furia y dolor.

—Para mí es más que eso—le dijo. —Lo que hice anoche fue una mierda, Zayn. Todo lo que he hecho desde que volví fue una mierda. El error fue volver.

Zayn ya no sabía que decir, y dejando de lado su inmenso amor por aquel castaño dejo salir unos cuantos resentimientos.

—¡Entonces vete, como lo hiciste hace tres años, no me importa! —le gritó. —Mi error fue detener mi vida esperando por ti. Yo lo siento, por confiar en ti. Tendría que haber sabido que tú nunca harías eso por mí.

Liam lo miró entendiendo cada uno de sus reclamos.

—¡Ahora vete! —le gritó Zayn. —¡Sal de aquí, no quiero volver a verte!

Liam le hizo caso igual de cansado que su ex mejor amigo y caminó por la vereda rumbo a su casa. Quizás esa era la última vez que se verían y lo último que habían hecho había sido pelear. Era mucha pelea para unas pocas horas, decidió volver con su familia, allí podría pensar un poco y quizás escribir un libro de instrucciones cómo hacer sufrir a un ser amado en el intento de hacerle sentir bien, y que ese "bien" nunca se concrete. Necesitaba pensar. Si había algo que no quería era dejar de verlo, pero esto no daba para más, él no daba para más.

Zayn se metió en la casa y cerró la puerta con fuerza a sus espaldas. Dejó escapar unos cuantos suspiros. ¿Por qué la vida te decepciona tanto? Pensó. Su madre salió de la cocina y lo miró.

—Hasta que por fin te levantas—le reclamó ella. —¿Ayer llegaron muy tarde con Liam?

Zayn no respondió pues tenía la vista perdida en la escalera.

—¿Estás bien? —le preguntó ella.

Éste no respondió y se dirigió a la escalera.

—¿Pasó algo con Liam? —le preguntó ella.

Zayn lo pensó un momento y tragó con pánico.

—Ya no hay Liam, mamá—respondió y subió escaleras arriba.

—-

¡POR FIN UN CAPÍTULO A TIEMPO, VERÓNICA!

Recuerden que este es un mini-fic, es por eso que están pasando cosas tan importantes a estas alturas. Me encantó este capítulo para serles sinceros. ¿Opiniones?

The Back Road (Ziam Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora