Capítulo seis
Era un día soleado de sabado, James le había pedido un gran favor a su hijo: Un día de pesca.
Incluso aunque todos en la familia había extrañado a Liam, su padre era el que más había echado de menos esas charlas y los fines de semana de pesca. Esas tardes eran tranquilas, silenciosas y reflexivas, donde a los dos les gustaba compartir cosas, hablar del futuro, y de cualquier problema que Liam no creyera conveniente charlar con su madre.
Pero esta vez fue diferente, James decidió hacer una invitación especial. Le pidió a su hijo que invitara a su mejor amigo Zayn, hacía mucho que no se hablaban y sabía que las cosas estaban algo raras entre ellos, quizás este acercamiento limaría asperezas. A Liam se le hizo difícil aceptar la situación, no era como si no quisiera que Zayn lo acompañara, pero creyó que todo se volvería incómodo y extraño teniéndolo con él dos días seguidos, sin poder separarse un segundo, en un lugar sin distracciones ni huidas, un lugar donde podía hablar todo lo que quisieran sin importar qué fuera. Tendrían todo el tiempo del mundo, y eso le asustó, temió a que las preguntas del morocho le terminaran por desesperar, aún no estaba listo para decirle nada sobre el verdadero motivo por el que había estado lejos estos tres años. Sin mucho preámbulo, Zayn aceptó y esa misma mañana a eso de las siete se pusieron en camino. Hacía mucho que no se levantaban tan temprano y los mejores amigos pasaron todo el viaje durmiendo en el asiento de atrás mientras James hablaba solo creyendo que el par lo escuchaba y se interesaba por sus anécdotas.
En una hora habían llegado, levantaron dos carpas, sacaron del baúl tres sillas, bajaron los bolsos con una muda de ropa limpia y artículos de higiene y los colocaron dentro de las tiendas que habían armado. En una de ellas, la más grande, dormirían Zayn y Liam, y en la otra más pequeña, James.
Pasaron la tarde de anécdota en anécdota, de las cuales Liam y Zayn se reían más de lo que escuchaban. Esa cantidad de risas en una misma tarde logró conectarlos de alguna forma, porque ambos se sorprendieron a sí mismos riéndose de las mismas cosas, mirándose de la misma manera, recordando las mismas cosas y extrañando esos momentos. Al final del día los mejores amigos estaban de mejor humor y más relajados. Ese peso que se había instalado en su pecho desde que se volvieron a ver pareció abandonar sus pechos dejándolos respirar. Todo se sentía mucho mejor.
Incluso aunque a Zayn nunca le gustó pescar se divirtió viendo a James y Liam peleando por las cañas, por perder carnada y por las estrategias de pesca. Se maravilló de lo mucho que su mejor amigo sabía del deporte y se dejó enseñar bastante. Verlo tan feliz haciendo una tarea que parecía complicada y simplemente le salía bien lo llenaba de una luz interna al morocho. Pudo ver en esos ojos a su mejor amigo de la infancia y hasta podría decir que logró divisar a uno de cinco años.
La noche los alcanzó y el frío aumentó. Las carpas hicieron muy bien su trabajo, y gracias a las sábanas que habían colocado en el piso de la misma se mantuvieron calientes y cómodos. Zayn y Liam miraba la unión de las dos mitades de la tienda hace hora y media y no conseguían hablar o dormirse.
—¿La has pasado bien? —preguntó Liam luego de soltar un gran suspiro. —Le dije a papá que a ti no te gustaba pescar pero él insistió y-
—Hey, tranquilo—le dijo Zayn con una voz suave. —La pasé genial, Liam.
Liam sonrió, pero trató de que Zayn no lo notara. Ambos sonrieron.
—¿Seguro? —preguntó Liam.
—Tú sabes que sí, Liam—le respondió Zayn y se acomodó la remera.
Liam volvió a sonreír pero esta vez mucho más que antes.
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The Back Road (Ziam Fanfiction)
RomanceDos amigos inseparables. Una partida inesperada. Demasiadas preguntas. Deseos de regresar, y una ruta de vuelta. Una historia acerca de saber qué camino tomar.