Capítulo catorce

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Capítulo catorce

Liam abrió los ojos y vio el techo de madera de la sala de Zayn. Quedó allí por unos cuantos minutos recordando cual era la razón por la que se encontraba allí. Se movió muy poco para verlo acostado con la cabeza en el otro apoyabrazos. Ambos vestidos, y bastante despeinados. Había dormido tan mal que no podía recordar con claridad en qué momento se durmió allí.

Se mordió el labio, movió la cabeza refregándose el rostro, revolviéndose el cabello. Se levantó con cuidado, pues debía pasar sus piernas por sobre el cuerpo de Zayn y no quería despertarlo. Por lo menos no ahora, no antes de pensar un poco, de despertar. Lo último que recordaba del día anterior era sentir una profunda molestia en su garganta y no se trataba específicamente de un dolor de garganta, era una carga que posiblemente había afectado su sueño.

Me cago en mi vida, en la de Zayn y en todo este mundo.

Parado ahora en frente de su mejor amigo lo observó con detenimiento.

—Te odio—susurró. —Te empeñas en darme la razón incluso aunque sabes que estoy equivocado. Siempre ha sido así, y solo lo haces para que cuando me salga mal puedas decirme que tú lo hubieras hecho de otra manera.

Rabiando se dirigió a la cocina. No tenía idea porque toda la casa estaba desierta. Había estado infinidad de veces en la casa de Zayn por lo tanto creía poder encontrar todo lo que buscaba para prepararse un buen desayuno que le arrebatara al menos una pisca de su malhumor, aunque no lo creyó posible.

Se sentó de mala gana en la mesa, dejó la taza sobre la misma. Tomó unas tostadas embolsadas de uno de los estantes. Las abrió torpemente rompiéndola demasiado y desparramando las migas, no le importó, ni se enojó porque de alguna manera había conseguido el efecto deseado. No se preocupó en ponerles mermelada, se las comió solas. Soltó un largo suspiro y miró a su alrededor, estaba todo silencioso y solitario... Una angustia instalada en su garganta, le hizo muy difícil tragar el café. Dejó caer sus parpados y con ellos empujó una lágrima. Sorbió su nariz.

—¿Por qué no me despertaste? —le preguntó Zayn con la voz rosca, el rostro pálido y la ropa desalineada. Se estaba refregando el ojo derecho mientras ingresaba en la cocina.

Liam pasó la palma de su mano rápidamente por su mejilla izquierda y miró hacia adelante. Estaba frustrado y lo último que necesitaba era tenerlo allí hablándole, preguntando o simplemente compartiendo su malhumor con el notorio de él.

—Quería estar solo un momento...—susurró.

Zayn se volteó y lo miró desde la mesada con la cafetera en la mano. La dejó allí. Se acercó hasta mirarle el rostro. Liam no quiso levantar la mirada.

El hecho de que no haya querido mirarlo y esa respuesta poco característica de él, logró enfadarlo del todo a la primera del día. Sirvió su taza y le robo dos tostadas. Se marchó al living.

—Bien—se despidió.

Se sentó en el sillón y tomó un sorbo de la infusión, se quemó la lengua.

—¡La puta madre! —gritó lo cual hizo que Liam tuviera un escalofrío.

Solo quería empezar bien su mañana y ver qué podía hacer ahora que iba a intentarlo con Liam. Pero no sabía por dónde comenzar, porque no se sentía diferente, no sabía cómo ser más romántico, para diferenciar la amistad de antes con el noviazgo de ahora. Lo miraba y sentía que no sabía cómo hacer, qué decir o de qué manera actuar.

Al transcurrir el desayuno, Zayn no regresó a la cocina a lavar la taza, Liam dejó todo lo suyo en la pileta y cuando se dignó a pasar por la sala, Zayn estaba acostado en el sillón con su teléfono... La taza estaba sobre la mesa ratona con un resto de café.

The Back Road (Ziam Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora