Capítulo 28. Hospital.

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Louis POV

Gemí al notar la luz solar entrar en mi cuarto, junto a un grito de mi madre ordenando que me levantara. Suspiré y me levanté de un pequeño salto, me dirigí al baño a ducharme. Puse mis manos sobre la parte inferior de mi camiseta... esperen, hoy dormí sin camiseta. Bajé mis pantalones junto a mis boxers y entré en la ducha.

El agua fría recorría todo mi cuerpo, ruborizándome ante el pensamiento de que hoy Michael Clifford, vendría a por mi. JÁ. Salí de la ducha y fui a mi habitación con una toalla enrollada en mi cintura.

Me vestí con unos jeans negros ajustados y una camiseta ancha de tirantes y bajé al salón, desayuné y me despedí de mi madre con un beso en la mejilla. Caminé hacia el instituto con la mochila colgando de un solo hombro. Suspiré al oír el timbre y entré a mi primera clase; matemáticas.

(…)

Ugh, por fin se acabaron las clases por hoy, por mala suerte, nos dieron ya las fechas de los exámenes globales, los cuales a mi, desde siempre, se me habían dado fatal. Coloqué de nuevo la mochila sobre mis hombros y caminé hacia casa, de momento no había visto a Mike.

Tan solo quedaban dos miseras calles para entrar en casa, cuando un gran cuerpo se puse frente a mí; era el.

Tragué saliva y di un paso atrás, alzando mi barbilla y cerrando mis puños, yo era fuerte, yo podría con el.

Él tan solo es el chico que pega a todo el mundo, sin tener una razón por el cual hacerlo. A él solo le gustaba ver a la gente sufrir. Todo el mundo le tenía miedo, tanto chicas como chicas. También creo que ha violado a un par de ellas.

-Miren quien está aquí, el idiota al que le tengo que partir la cara.- Dijo el teñido junto a una risa malévola, crujiendo sus nudillos.

-Déjame en paz, gilipollas.- Le miré serio a la vez que hacía mas fuerza con los puños.

Su puño cerrado se acercó rápidamente a mi, con intención de golpear mi cara, cuando un pequeño cuerpo se puso entre nosotros dos, haciendo que el puño acabara en la cara de la que se había puesto delante mio.

Suspiré aliviado y bajé la mirada para ver quien era quien me había salvado de aquel imbécil. Esperen, ¡¿KELLY?!

-¡Kelly!- Grité al ver que ella era quien me salvó. 

Rápidamente la cogí en brazos viendo como Michael se iba corriendo. Acaricié su pelo.

-Mierda Kelly, ¿porque has hecho esto? Joder, tienes un ojo morado.- Coloque su mochila en mi hombro libre y la llevé en brazos hacia mi casa.

-Yo... sólo quería protegerte.- Susurró esta al cabo de un rato.

-No debiste hacerlo, prefería que me hubieran hecho daño a mi.- Suspiré dando un beso en su frente.

Saqué la llave de mi bolsillo trasero con alguna dificultad, y la coloqué en la cerradura de la puerta. Entré en casa pudiendo observar que estaba vacía. “Menos mal.” pensé.

La tumbé sobre el sofá y fui a la cocina a por hielo. Cuando volví, me la encontré con los ojos cerrados. Me acerqué a ella asustado y puse la bolsa de hielo con cuidado sobre su ojo morado.

-¿Estas bien?- Pregunté acariciando su mejilla con la otra mano.

Ella se quedó inmóvil, sin decir nada. Ahí fue cuando me asusté de verdad. Moví leve su cuerpo pero nada, no respondía. Me levanté rápidamente y cogí mi móvil, llamando con este a la ambulancia.

"Whatsapp."  ||Louis Tomlinson.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora