La adolescencia es esa etapa tan difícil en la vida en el que no sabes muy bien quien eres todavía.
No eres un niño, pero tampoco un adulto, y las hormonas a veces te juegan una mala pasada.
Cada vez disfrutas más de esa bolsa de pipas sentada en el banco del parque con tus amigos que sirve como excusa para estar un rato juntos.
Muchas veces acabarás rallada y enfadada con el mundo y lo único que querrás será estar sola.
Te empiezas a dar cuenta que mientras algunos son verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo.
Entendiste que la amistad después de todo no se basa en el tiempo, sino en la calidad de las personas que tienes a tu lado.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas. Y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos o que los conservas desde hace mucho tiempo; no son exactamente las mejores personas que has conocido.
Que hay más gente que te rodea, a quienes le debes poner mayor atención y que resultan ser verdaderos amigos.
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas y con más dolor.
Entendiste que el tiempo no sana las heridas, sino que alarga las situaciones y momentos.
Aprendiste que las peleas son distintas a las discusiones y que las discusiones surgen a veces del cariño.
Entendiste que los tiempos no existen y que las decisiones hay que tomarlas alguna vez en la vida.
Aprendiste que alguien más que tú puede tener la razón y que con los sentimientos ajenos no se juega.
Aprendiste que algunas personas son pasajeras, pero que hay gente que queda y que siempre estará.
Aprendiste a escuchar y a valorar los pequeños detalles del resto, que marcan la diferencia. Aprendiste que la calidez de palabras, los abrazos fuertes, los oídos atentos, las palabras sinceras y una enorme lealtad, no te la da nadie más que un verdadero amigo.
Aprendiste que la confianza es algo que hay que ganársela y saber mantenerla.
Es ese momentos en el que te rompen el corazón y te preguntas cómo esa persona que significaba tanto te pudo hacer tanto mal.
A veces te sientes genial e invencible y otras con miedo, solo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando y de saber cuidar bien lo que tienes ahora porque será tu única compañía en el futuro.
A veces queremos volver a cuando de verdad éramos felices a los 8/10 años, pero sabemos que hay gente que ha aparecido en nuestro camino durante estos últimos años que son únicos.
Y aunque nuestros padres nos digan que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos. Hay que vivir la adolescencia en estos tiempos y entonces lo entenderán todo.
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Reflexiones de una adolescente
PoetryHoy día no es nada fácil ser adolescente, es una etapa de transformación y cambio, de querer experimentar. Por fin eres el adulto que anhelabas tanto dede pequeño, pero a la vez te das cuenta de que eso no era tan bueno e idílico como tu creías. La...