Nadie me explicó que hay que hacer cuando se te rompe el corazón.
Es como si fueras un niño que no sabe ir en bici, y te sueltan por una pendiente sin ruedines ni frenos. Con toda tu atención intentas controlar el manillar, pero va más rápido de lo que tu pensabas.
Las piedras, los baches y la frustración de saber que no puedes pararlo, viene de la mano de no creerte que eso te este pasando a ti. Y te enfadas, te da rabia y no lo entiendes, porque no es justo.
Piensas que puedes dar media vuelta, pero no tardas en darte cuenta que eso es imposible y justo en ese momento tu mundo se parte en dos. Porque la tristeza de saber, que lo que estás dejando atrás te consume, te mata tan rápido que simplemente desciendes por inercia.
Y sobre todo, lo haces con la mirada perdida, en un final que no ves llegar. Solo estas intentando hacerlo lo mejor posible, para que no te hagas daño en lo que parece un precipicio mortal, sin final ni salida.
Y no es fácil hacerlo, mientras tu mundo (o más bien,lo que era tu mundo),se va a la mierda rodando contigo cuesta abajo.
Hasta que poco a poco, ves que estas empezando a cogerle el tranquillo sorteando obstáculos. Y hasta genera adrenalina de la buena bajar con el aire rozandote la piel.
Y es que en realidad, tenías dos opciones: dejar que las emociones te sobrepasaran y dejarte llevar por la inercia o por el contrario, coger el manillar y convertir esa experiencia en el mejor ring de entrenamiento para ti.Porque el dolor transmuta, cambia a las personas, y cuando te quieres dar cuenta , tu también dejas de ser la persona que fuiste, incluso tu vida deja de ser lo que fue.
Y justo en ese momento ves el mar y te das cuenta que has llegado a tierra firme.Por eso hay que agradecer a cada herida, por todo lo que nos curte, y nos prepara para todo lo que vendrá.
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Reflexiones de una adolescente
PoetryHoy día no es nada fácil ser adolescente, es una etapa de transformación y cambio, de querer experimentar. Por fin eres el adulto que anhelabas tanto dede pequeño, pero a la vez te das cuenta de que eso no era tan bueno e idílico como tu creías. La...