14. Niebla.

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NOTA: Los capítulos siguientes se subirán en grupos, no uno por semana como se tenía planeado. Tanto para cerrar lo más rápido posible la historia como por el bajo apoyo que tiene el mismo. Es bastante probable que las demás partes del pandaverso que tengo planeadas, otros fics en este mismo universo que ya incluyen Los Ocho Inmortales 1, Tres Joyas, Nuestro Chi y Equilibrio, recientemente, se suban en un solo grupo y no segmentados por capítulos para evitar decaídas, malos tragos y fanstasmones como con esta historia. Gracias.

LeonardoLeto



El vacío en el vientre era molesto, aunque no estaba del todo segura de si era por la caída o por la expectación por la pelea. Xiao suspiró mientras caían en picada a los techos de teja del Valle de la Paz, con casas deshabitadas y sin rastro de vida. Flexionó las rodillas antes de tocar un techo y en el momemto del impacto, no intentó frenar. Usó la inercia de la caída para redirigir su cuerpo y entonces disminuir su aceleración. Por suerte los sou que marcaban cada zona de su cuerpo le eran muy útiles.

Todos se separaron en duplas apenas tocaron el suelo. El maestro Po y la maestra Tigresa siguieron recto, al norte, y de igual forma el maestro Tai-Lung, sólo que él lo hizo volando envuelto en fuego. Jing y Nu Hai se desviaron al noroeste. Qiang y Shin al noreste. Por lo que Xiao y Fan Tong, en la opción obvia, fueron hacia donde había más probabilidades de que los rodearan a todos juntos: el lateral derecho. No se preocuparía mucho por el izquierdo, porque la cordillera del Valle los protegía por ese flanco y la retaguardia.

La cantidad de enemigos era abrumadora. Con facilidad llegaban a los diez mil y esperaba que no fuesen más. Todos armados, todos bramando enfurecidos y extasiados. Una niebla violeta parecía envolverlo todo, desplazándose anómala por el suelo, en patrones extraños. «Quizá es el producto de tanta concentración de Chi emanada por la acumulación de altos maestros».

Corrieron hacia los animales, su novio espada de Chi en pata y ella apretando el mango de su espada de jade. El primer enemigo cayó con un grito, con el pecho atravesado por la espada de Fan Tong, su herida quemándose. Los demás animales o pisaron el cuerpo sin importancia, o lo saltaban. Xiao empezó a abrir portales a diestra y siniestra, cerrándolos cuando los animales introducían un brazo o pierna, o empezaban a caer dentro de éstos, cortando y cercenando.

En pocos momentos, ambos estaban sumergidos en la batalla, envueltos junto a sus enemigos en la niebla. Xiao dio un tajo a uno y le cortó una pata por la muñeca, se ladeó para evitar un mazaso de un lobo y le asestó una patada en la garganta; el animal cayó hacia atrás sosteniéndose el cuello, asfixiándose.

Abrió un portal a su espalda y se dejó caer, para conectarlo al cielo, de donde salió cayendo y girando como un tornado, cortando y decapitando a todo el que podía. Rodó por el suelo, manchándose de sangre, se irguió dándole un cabezazo a uno e ignoró una tacleada que la envió al suelo, porque antes de impactar, abrió un portal que la llevó con Fan Tong.

Se colocaron espalda con espalda. Él estaba impoluto, sin manchas de sangre o suciedad, brillando de rojo y con una segunda espada en la otra pata. Sintió el calor que emanaba a través de su espalda. Jadeaba. Fan Tong se agachó y ella se dejó caer contra la espalda del panda, para que un segundo después, con un salto de éste, el impulso la elevara en el aire. Al ver abajo, vio a Fan dando un tajo circular al borde del suelo, cortando y quemando ramas que algún cultivante hizo emerger; una sabía blanca le salpicó y él gritó, como si le quemara.

Xiao divisó al animal mientras caía y le arrojó la espada con un lanzamiento fuerte, la precisión era lo de menos, pues chasqueó los dedos y abrió un portal de entrada frente a la espada en vuelo y uno de salida justo en el estómago del lince cultivante. La espada salió y le atravesó de lado a lado, lo que hizo que las plantas en el suelo muriesen.

Equilibrio (Los Ocho Inmortales 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora