Tormentoso viaje a Sídney.

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Estoy frente al instituto con una pequeña maleta y envuelta en demasiada ropa y abrigos. Es de madrugada, así que está muy fresco.

  Mi mamá y mis amigas están aquí. Solo falta Amanda que, como es de esperar, le pesaba venir a despedirse de mí tan temprano. Según ella hoy tiene que presentarse en algo así como una audición en gimnasia rítmica para poder obtener un lugar para las competencias de diciembre y tiene que descansar.

Y sí, en mi casa todo es deporte. Mi madre estuvo toda su vida en patinaje artístico, ahora es entrenadora, mi hermana es gimnasta y yo estoy en natación. La excepción era mi padre, hombre de negocios. Creo que fue eso lo que llevó al hoyo la relación de él con mi madre, y ahora está en América, en un mundo aparte.

ㅡ¿Quién te acompañará? ㅡme pregunta mi madre. Es como la décima pregunta.
ㅡPues, todos los que ves aquí. ㅡMe mira como diciendo "sé que no te llevas bien con todos"ㅡ. Vale, Mercedes. La chica de allí. ㅡSeñalo adonde está la pelirriza.
ㅡParece buena chica.
ㅡ¿Cuándo vienes? ㅡpregunta Uma.
ㅡEl domingo. Será todo rápido.

ㅡ¡Atención! ㅡSe acerca el señor Bolet, los cinco chicos que vamos y los padres hacemos un semi-círculo alrededor de élㅡ. Saludos a todos y agradecerle a los padres por confiarme a sus hijos. Solo quería informarles que llegaremos en unas diez horas así que a las cinco de la tarde pueden llamar a sus hijos. La competencia será mañana y pasado mañana volvemos de regreso. Despídanse, por favor, que ya nos vamos.

Me despido de Uma, de Vanessa y de mi madre.

ㅡAman, ayer no fuiste a ver a la doctora Morgan ㅡ¿En serio me dice eso ahora?
ㅡTenía que entrenar y prepararme para la competencia. El lunes iré.

Suspira y finalmente subo a la van.
Las ventanillas son claras. Hay un asiento para tres al fondo, otro asiento en el medio y el del conductor y el del coplito en frente, obviamente.

ㅡBueno, ¿quién necesita estar cerca de la puerta porque sufre de flojera estomacal? ㅡQue término el del entrenador. Gracias a los cielos soy fuerte por esa parte.

ㅡYo. ㅡLevanta el brazo Lillian. Luego la sigue Santiago y a Leon se le quieren salir los ojos de las cuencas. No conoce tanto a su amigo, por lo visto o sufre porque Santiago lo traicionó por la rubia.
ㅡBien, entonces ustedes dos irán en el medio. Por favor, cuando abran la puerta recuerden que es de corredera, no la empujen hacia afuera ㅡmenciona el entrenador como si hubiera vivido la experiencia cien veces. No lo dudo.

¡Oh! Ahora me percato. El día no puede empezar peor: Leon irá con Mercedes y conmigo detrás.

Leon McMarden

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Leon McMarden.

Inclinan hacia adelante los asientos del medio para que pasemos y ante la mirada de ruego de Mercedes para que me siente al lado de Leon y no ella lo hago de mala gana.

ㅡVaya, vaya, buscapleitos, iremos juntos ㅡme dice Leon y pone un brazo en el espaldar del asiento para que apoye mi cabeza en él e inflar así su alter-ego.
ㅡAman, me llamo Aman.
ㅡDiez horas, buscapleitos.
ㅡGracias por recordarme que pasaré diez asquerosas horas al lado tuyo y, por favor, quita el brazo.
ㅡ¿No pudiste dejarle el puesto a Leon?ㅡ le reclama Lillian a Santiago, notablemente cabreada.
ㅡ¡Qué pena! ㅡexclamo para que sepa que atrás se oye lo que diceㅡ. ¡Es una lást...

Leon tapa mi boca con su mano con una cara que me recuerda a la del Joker cuando estaba entre molesto y fascinado por hacer alguna locura.

Quito su mano y lo fulmino con la mirada, pero no me mira.

ㅡNo te busques problemas, ni lo intentes ㅡme advierte, pero sigue sin mirarme.
ㅡ¿Y tu repugnante sonrisa a dónde fue? ㅡle pregunto aún fulminándolo con la vista.
ㅡAl recuerdo de que tendré que ser tu baby shower todo el maldito viaje. Y dile a tu amiguita que deje de mirarnos como si fuéramos una película de suspenso. ㅡCuando volteo a ver a Mercedes está claramente avergonzada. Le sobo el brazo como consolándola no sé de qué y me recuesto al asiento intentando relajarme.

                       ~°~°~

ㅡ¡Aman!¡Joder, te mato!¡Despierta, buscapleitos!

Me despierto con dolor de cabeza. Si me despierta un ruido o estrepitosamente eso es lo que pasa.

Abro los ojos y recuerdo dónde estoy y a quién tengo al lado. Lo miro y está pegado a la ventanilla como si intentara huir de mí.

ㅡ¿Qué? ¡¿Puedes dejar de gritar como una niña?!
ㅡ¡Me has babeado!

Miro su camisa y sí, la mancha de saliva que veo en su hombro me hunde de la vergüenza. Pero no puedo mostrar vergüenza ante Leon McMarden. Así que saco un pañuelo del bolsillo delantero de mi maleta y finjo limpiar su hombro.

ㅡ¿Qué haces? ㅡme pregunta como si hablara con un muerto.
ㅡLo único que puedo hacer ㅡ respondo con voz cansina pretendiendo estar medio dormida aún.
ㅡ¡Paren! ㅡgrita Lillian.

El auto se detiene rápidamente y nos golpeamos no muy duro contra el espaldar del asiento. Creo que el chofer tiene pavor a que vomiten en el auto de la administración escolar.

Lillian sale y vomita en medio de la carretera.

ㅡ¡Muévete de ahí! Estás en mitad de la carretera ㅡ exclamo y como un venado espantado cruza.

Leon coge algo de su mochila y  sale también. Estira las piernas y los brazos y comienza a desabotonarse la camiseta.

Está loco.

No puedo evitar ver su esculpido abdómen, con la V perdíendose en el pantalón deportivo que trae más abajo de lo que debe.

Vuelvo a la realidad.

ㅡSustituye mi puesto, por favor ㅡle pido a Mercedes.
ㅡNo pienso aguantar a ese idiota, se la pasará tratando de avergonzarme y haciéndome bulling.

Me tiro contra el espaldar para descargar el mal genio y vuelven los dos odiosos al auto.

ㅡ¿En serio te cambias la camisa por un poco de...
ㅡDe tu saliva, sí.

No debí haber dicho nada. Es detestable, el alma gemela de Lillian.

                        ~°~°~

ㅡChicos, llegamos. ¡Chicos! Dios Santo ㅡvocifera el entrenador desde su asiento al ver que ninguno reacciona.

Todos se quedaron dormidos, excepto yo que no quiero babear de nuevo a nadie. Además de que Leon se ha acomodado como un niño en mi hombro y por mucho que lo empujé no le dio la gana de quitarse.

El entrenador sale del auto y abre las puertas de cada lado y en cuanto el calor se apodera del interior del carro todos reaccionan y protestan.

ㅡBajen de una vez sosos.

Mercedes baja atolondrada y la sigo, de manera que el único idiota que sigue dormido cae de costado en el asiento y se asusta.

ㅡ¿Qué co...
ㅡVamos nene, la cuna está allá ㅡ señalo la entrada del hotel.
ㅡCállate ㅡgruñe molesto.

Entramos, nos entregan la habitación. Sí habitación, en singular.

ㅡ¿Dónde están las otras cinco llaves? ㅡpregunta Leon cuando ve en las manos del entrenador una sola llave.
ㅡSu majestad ㅡresponde irónicamenteㅡ, es un motel deportivo, vinieron otros cientos de deportistas, así que es una habitación por instituto.
ㅡGenialㅡ. Leon me mira despectivamente y ni siquiera pregunto el por qué de su cara de asco para evitarme más molestias.
ㅡPor lo menos no será una sola cama, ¿no? ㅡpregunta Mercedes algo horrorizada.
ㅡPor supuesto que no. Literas para cada uno. Ya dejen de protestar y vayamos a habitación.

Bueno, no estamos en los Juegos Olímpicos ni nada cercano, así que esto es lo que toca.

Autodestrucción / Acuafobia [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora