¡Me dueles!

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Siento que me quitan la colcha con que estoy durmiendo y me la vuelven a poner toscamente.

¡Quiero dormir! Debe ser de madrugada.

ㅡAmanda, déjame dormir ㅡle pido, y acto seguido besa mi mejilla.

No puede ser. Me viro boca arriba y subo mi colcha hasta el cuello, porque estoy en ropa interior.

ㅡLeon.
ㅡBuenos días, buscapleitos. ㅡMe besa la frente y siento como si fuera una niña consentidaㅡ. ¿Cómo estás?
ㅡMejor que ayer. ¿Qué hora es?
ㅡLas siete y media.
ㅡ¿Siete? ¿Tan temprano viniste?
ㅡTe dije que vendría. Y quería darte ánimo con mi ansiada presencia. ㅡLe golpeo el brazo para que deje su arrogancia.
ㅡGracias ㅡdigo.
ㅡBueno, todo saldrá bien. Confiemos en tu padre. Me voy. No llores por mi ausencia, por favor.
ㅡ¡Leon!
ㅡEs broma, vuelve a dormir.
ㅡDudo que... ㅡpueda. No debo decir esa frase ante el señor arrogancia.
ㅡSí. ㅡVuelve a sonreírㅡ. Lo sé, será muy difícil dormirte después de verme, y eso que no ando mostrando el abdomen, ¿eh? ㅡNo respondo nada, solo pongo los ojos en blancoㅡ. Ah. Dice tu mamá que tienes el desayuno hecho allá abajo. Si se te enfría lo calientas en el microondas. Nos vemos en la escuela, buscapleitos.

                        ~°~°~

A las 10:00 a.m. me digno a levantarme y comienza a surgir en mí de nuevo la preocupación.

Vanessa:

Vigilaremos a Lillian.

Está hospitalizada.

Vanessa:
Igual lo haremos.

No respondo nada más, porque sé que no cederá. Desayuno y veo no sé cuantas películas de Netflix que me estresan y emocionan tanto, a la vez que logro olvidar mis problemas.

ㅡ¡Pa! ¿A dónde fuiste? ㅡle pregunto, y apago el televisor.
ㅡFui a ver qué piensan hacer. Aún no están seguros. Eres una excelente alumna, ¿cierto? Si no ya te habrían expulsado.
ㅡBueno... ㅡLe quito el saco y lo dejo doblado en el sofáㅡ, más buena en las clases que en natación, pero sí. Voy a preparar algo de almuerzo.

Voy a la cocina antes de que me diga algún comentario de lástima o ánimo.

                      ~°~°~

Estoy en el pasillo de la escuela, fuera de la dirección, sentada en un banco, clavando las uñas en él. Hace media hora que mi padre está ahí dentro con el director, el subdirector, mi entrenador y el padre de Lillian y cada vez tengo menos esperanzas a mi favor.

Finalmente sale mi padre y, seguido de él, el padre de Lillian. Este último me mira con desprecio y sigue su camino.

Se acercan mi padre y el entrenador Bolet.

ㅡ¿Qué pasó? ㅡpregunto al punto de la locura.
ㅡSeguirás aquí. ㅡEl alivio que siento lo expreso en mi cuerpo encorvándome un poco y soltando los brazos a los lados por un pequeño segundo. Luego vuelvo a interrogar.
ㅡPero, ¿así de simple?
ㅡNo.
ㅡPueden darme el castigo que sea, con tal de no irme de aquí.
ㅡLuego de dos horas de entrenamiento con el grupo, otro entrenador se encargará de que Lillian y tú naden y entrenen juntas hasta la hora de salida ㅡexplica el entrenador.
ㅡ¡¿Qué?!
ㅡEso para que no terminaras limpiando el exterior de la escuela. Solo será una semana. Cuando termine la semana el consejero las verá y la que aún sienta ira contra la otra (expresamente) deberá irse o dejar el deporte. Para evitar otra pelea.
ㅡVale. ㅡMeto los flequillos de mi cabello entre mis orejas como para darme fuerzas. 
ㅡ¿Y cómo estás tú? ㅡ me pregunta Bolet con expresión paternal.
ㅡBien. Ahora estoy bien. ¿Lillian cómo está?¿Cuándo vuelve?
ㅡEstá bien y volverá el viernes. Comienzan a colaborar el lunes, ¿ok?
ㅡOk.
ㅡHasta entonces no puedes venir a entrenar.
ㅡ¿En serio?
ㅡLo siento, Aman.

Autodestrucción / Acuafobia [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora