Él. Solo él.

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Luego de almorzar me acuesto en la ahora cama provisional para tomar una siesta.

ㅡ¿Qué quieres? ㅡle pregunto a Leon uando mueve mi brazo para que abra los ojos. Está arrodillado en el suelo, al lado mío.
ㅡLa tina. ㅡHace pucherosㅡ. ¿No quieres probarla?
ㅡNo. Tengo sueño. ¿Tú no? ㅡ
Se pone de pie y comienza a desvestirse.
ㅡMuchas matarían porque les pidiera bañarse conmigo.
ㅡBusca a una de esas muchas ㅡ respondo y le doy la espalda para que no me vea reír y para dejar de ver su esculpido y bronceado cuerpo.

Lo siento acostarse a mi lado. Su respiración en mi cuello, su pierna sobre las mías y su mano acariciando mi barriga, bajando suavemente, pero nunca demasiado.

ㅡVamos a disfrutar de lo que nos brinda el hotel ㅡpropone con voz ronca. Conozco el significado de ese tono: está lujurioso.

ㅡDisfrutemos de la cama que nos brinda el hotel entonces. Duérmete.
ㅡDéjame disfrutar de tí.

Cuando se burla de mí por ponerme nerviosa y rígida en segundos me levanto y voy hacia el baño. Las hormonas de Leon se sienten por todo el lugar.

ㅡPero si ya lo hemos hecho mil y una... ㅡdice entre risas, pero cuando entra al baño se para en seco.

Se deleita viéndome desvestirme. Él solo trae el boxer y noto su casa de campaña algo levantada ya. Me quito el short y Leon me detiene.

ㅡDéjame a mí.

Me besa, junta mi pecho desnudo al suyo y sus manos acarician mi espalda.

Se arrodilla y baja lentamente el bloomer. No puedo evitar sentirme expuesta a la vez que excitada. Me lame mi sexo y mi placer se hace oír.

ㅡEra para tomar una ducha ㅡdigo con dificultad y sonríe.
ㅡComo digas.

La ducha ya estaba llena de agua y espuma. No son necesarias las rosas para hacerla tentadora y romántica cuando está Leon aquí.

ㅡEspera. ㅡLeon sostiene mi brazo para que no entreㅡ. Yo primero.

Busca su teléfono y lo deja en una pequeña repisa con música puesta, entra y me pide que haga lo mismo.

Separa sus piernas y me siento entre ellas. Siento su miembro en mi espalda baja.

Me pasa una manopla de baño por la esplada con mucho cuidado. Cierro mis ojos para disfrutar de este momento tan relajante. Baja por mi esplada, mi punto débil.

ㅡ¿Usas cremas hidratantes con lípidos? ㅡme pregunta.
ㅡSí. ¿Por qué?
ㅡ Porque para llevar metida en agua con cloro desde los ocho años tienes la piel bien cuidada y suave. Te besara toda la espalda ahora mismo si no tuvieras jabón en ella.
ㅡY yo te besara tanto ahora mismo si no es porque me es más tentador que me pases la manopla por la esplada ㅡ bromeo para molestarlo y se inclina hacia mi espalda.
ㅡ¿Segura?
ㅡSí.

Pasa la manopla por mis caderas y por mis muslos. Luego la retira de su mano y se adentra al interior de estos, logrando que me cueste respirar con tranquilidad.

Giro y lo noto lleno. Lo beso y aunque tengo mis ojos cerrados sé que sonríe. Viro todo mi cuerpo hacia él y me siento a horcajadas. Es algo molesto aquí, pero con tanto placer ¿qué importa? Pone su mano en uno de mis muslos obligándome a sentarme completamente cuando comenzaba a frotarme contra él.

ㅡEh, eh. Para. No quiero que termines con jabón dentro de tu vagina. Vamos a enjuagarnos.

~°~°~

Salgo con un kimono de baño marrón y Leon sale envuelto en una toalla desde su cintura para abajo.

Abro el closet para buscar un vestido y algo que me abrigue cuando Leon se me acerca.

Todavía oigo la música en el baño. Está totalmente enfocado en mí.
Deshace el nudo de la cinta en mi cintura, cierro el closet y el espejo de este queda frente a mí, haciéndolo todo más erótico. Sus ojos están en el kimono. Lo abre, dejándome totalmente descubierta.
Me volteo y suelto el kimono al suelo.

Mis manos rodean su cuello y lo beso. Muerde mis labios, los succiona. Quita su toalla de entre nosotros y me carga.

Me acuesta en la cama. Intento sentarme sobre él pero me lo impide.

ㅡDéjame a mí darte placer ㅡle pido.
ㅡNo. Ahora no. ㅡAbre mis piernas.
ㅡ¡Leon! ㅡDeja de moverse y me mira asustadoㅡ. Preservativo ㅡle recuerdo.
ㅡ¿Ves? Contigo pierdo la noción de todo.

Abre el primer cajón de la mesita. Por eso quería el primero, ¿eh?
Abre el envoltorio y se coloca el preservativo en un santiamén.

ㅡ¿Sabes que me puedes hacer daño si no estoy lo suficientemente caliente y mañana no podré nadar? ㅡdigo sonriendo. Es una exageración lo de no poder nadar pero no quiero que esto que siento termine tan rápido.
Leon sonríe. Con una mano recorre por mi entrepierna hasta llegar a mi sexo. Por un corto segundo masajea pero luego me penetra con dos dedos.

ㅡ¿No estás lo suficientemente caliente? ㅡMe besa y continúa follándome con los dedos. Previo aviso de lo que sentiré. ¡Dios!
Sí.

Aprieto las sábanas con mis manos y Leon se da cuenta.

ㅡCon su permiso ㅡavisa y no entiendo hasta que saca sus dedos de mí, acomoda su pene en la entrada de mi vagina y apoya la mano en la cama para follarme como ansiaba.

Entra y sale de mí sin dejar de mirarme, de decir guarradas y de introducirse en mí cada vez más profundo.

Cuando estamos cerca del clímax me embiste hasta lastimarme en lo que parece el límite en mi interior. Grito y lágrimas salen de mis ojos pero el placer es igual de grande. Cuando el orgasmo me invade haciéndome temblar y luego a Leon, mis pensamientos viajan a todo cuanto hemos vivido juntos y cuánto lo quiero.

Quiero ser la que lo haga gruñir, gemir y temblar por el resto de sus días. Quiero que vayamos a cuantos hoteles podamos, marcarlos con nuestro amor interpretado en la cama y, en ocasiones, en otros lugares más. Quiero que siempre sea él el que me haga desearlo dentro de mí. Él. Solo él. Mi idiota.

Autodestrucción / Acuafobia [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora