¿Qué quieres?

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Me despierto. Me duele la cabeza y la muñeca.

¿Qué hora es? ¿Qué pasó?

Estoy acostada en el colchón donde dormía Mercedes, con alguien ocupando la mayoría del espacio, casi tumbándome de aquí.

Toco su hombro. Gruñe y reconozco inmediatamente que es Leon. Se gira hacia mí y me abraza.

ㅡ¡Quítate! ㅡle grito y lo empujo. Se levanta del suelo diciendo groserías.
ㅡEs la segunda vez que me haces algo así dormido, buscapleitos. ¡Qué mala agradecida!
ㅡ¡Cállense! ㅡprotesta el entrenador.
ㅡSiéntate ㅡle pido a Leon.
ㅡMe voy a mi litera. ㅡSostengo el borde de su camisetaㅡ. Por favor, siéntate.
ㅡ¡Cómo molestas!
ㅡ¡Qué se callen! ㅡvuelve a protestar el entrenador. Leon se sienta a mi ladoㅡ. ¿Qué pasó?
ㅡ¡Eso te pregunto yo a tí!
ㅡDeja de gritar, tonto. Dime qué pasó.
ㅡTe desmayaste, te traje y no despertaste hasta ahora, y que conste que dormí aquí contigo para asegurarme de que no te cayeras.
ㅡO de tumbarme tú mismo. ¿Qué hora es? ㅡCoge su teléfono, que había dejado en el suelo a su lado y mira la hora.
ㅡLa una.
ㅡ¿Tanto dormí?
ㅡ¿Por qué te desmayaste? ㅡme pregunta y se sienta frente a mí con las piernas cruzadas, como si esperara que le cuente algún cuento.
ㅡSolo... Nada.

Coloca una almohada cerca de mis piernas y se acuesta.

ㅡ¿Qué haces?
ㅡCuando niño asaltaron mi casa, todo salió mal y entre los nervios y el ambiente tan tenso entraron los asaltantes a mi cuarto. Amenazaron a mis padres de hacerme daño si entraban y ellos no escucharon. Los tipos salieron por mi ventana y antes de saltar dejaron un encendedor abierto junto a la cortina que estaba en la puerta, se incendió todo al momento y mis padres no pudieron pasar. Entré en pánico. Aún recuerdo el calor, la luz que emanaba el fuego por todas partes. Para más problemas, todas las paredes estaban cubiertas con cortinas de tela.

Ahora mismo no siento una pizca de repulsión u odio hacia Leon, solo empatía.

ㅡContinúa ㅡle pido para que deje de mirarme fijamente.
ㅡMi padre me gritó que saltara por la ventana, pero era un niño, tenía miedo. Me lancé por la ventana cuando vi que el fuego ya estaba muy cerca de mí.
ㅡVaya... Lo siento. ㅡCon un sentimiento maternal paso mi mano por sus rizos y enredo mis dedos en él. Leon no me detiene, pero me escudriña nuevamente con la vista. Levanta su pulover y baja un poco el shortㅡ. ¡¿Qué haces?! ¿Estabas bromeando?
ㅡMira. ㅡAlumbra con su celular y veo una cicatriz de quemaduraㅡ. Me fracturé el hombro y pasé un año hasta poder volver a nadar, que de por sí no lo hacía muy bien en aquel entonces. Cuando volví a entrar en una piscina era un desastre y aún me incomodaba un poco las brazadas. Todo fue derrumbando mi autoestima. Era el último y peor en todo e ir al psicólogo no me ayudaba. Entonces mi padre, al ver que no me daba por vencido con la natación, me dijo: Nadie más que tú, con la  voluntad de ser el mejor, te va a levantar. Nunca lo olvido y sé que ahora soy muy bueno. No dejo de recordarme quién soy, cuán bueno soy y por qué sigo en esto antes de cada competencia.
ㅡEntiendo.

No dice nada, esperando a que diga algo más. Por eso me lo ha contado.

Hago que se siente y me pongo de pie, cojo una ropa para dormir y me voy al baño.

Es impresionante. Jamás pensé que él supiera lo que es vergüenza o miedo.

Grito cuando salgo del baño y lo veo como un fantasma frente al baño.

ㅡAlguien tan bello como yo no asusta ni en las peores condiciones, así que deja el drama.
ㅡ¿Qué pintas ahí parado?

Se apoya en el lavadero del cuarto donde están los cordeles y me hace seña para que me acerque.

Autodestrucción / Acuafobia [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora