Capitilo 10 "Yo te elegi a ti"

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Ocho horas pegada a mi laptop editando y corrigiendo todos los reportajes de los periodistas, mis dedos se sienten adormecidos. Menos mal Dayanna me heredo el ser una buena cocinera, es como su mayor pasión, de hambre no se mueren mis hijos; es tan linda que hasta me ha traído de comer para que no me distraiga.

Mi hija tiene un carácter fuerte a pesar de su edad y me siento un poco culpable, pero al mismo tiempo orgullosa, pues nunca pare de decirle desde que era una bebe que las princesas no son para este mundo, que esas son para los cuentos de hadas y que ser valiente y guerrera es lo que le va abrir camino en la vida.

Mi Adrián es otra cosa, el es el amor de ambas, tan cariñoso como nadie, muy delicado con el orden de casa, en eso Dayanna me da dolores de cabeza pues hasta el pan deja en los sillones y es motivo de peleas entre ella y yo.

Siempre dije: "Yo seré una mami cool, yo no voy a regañar a mi hija y la dejare hacer lo que quiera." Ok. Si acepto que se haga lo que quiera con su pelo, también que se vista como quiera; Piercings y Tatuajes cuando crezca un poco más; novios... Mmm siempre y cuando no sean unos perros mal intencionados.

Pero esto es otra cosa, el orden es motivo de peleas en las que ella siempre quiere ganar y detesto mirarme como la vieja loca que no le da paz; yo sé cómo te sientes cuando tú madre jode y jode que hagas las cosas y en serio que pereza. ¿A qué hora me convertí en esa madre estricta?

Cuando al fin logro desprenderme del trabajo me levanto y siento que aún llevo la silla pegada a mi trasero. Saco todo para preparar la cena y mientras la dejo en el horno aprovecho para darme una ducha y relajar mis músculos.

Busco una pijama cómoda y me desenredó mi pelo que cada día está más largo, eso me deja una idea traviesa la cual pongo en práctica. Antes de vestirme me pongo el pelo sobre mis senos y solo me dejo un mini short, luego me tomo como 10 ráfagas de fotos y elijo la mejor para enviársela al Doc.

Le doy enviar y como siempre la respuesta no tarda en llegar con un halago sexy, ya no me voy a limitar en la vida, ya basta de hacer lo que los demás creen que es lo correcto. ¿Y qué fue lo correcto en mi vida?

Agachar la cabeza, quedarme callada y soportar en silencio siendo apagada y pisoteada por todos solo por llevar la fiesta en paz y tener un hogar. Todo el tiempo siendo juzgada por no ser la señora perfecta y sin hacer nada de lo que me gusta. Yo siendo sumisa no obtuve nada, solo amargura y soledad. ¡Ah y mega cachos con violencia incluida!

Además lo más importante para mi en todo este juego es poder desarrollar mi trabajo en la revista, debo de ser muy profesional y objetiva, nada de involucrar sentimientos o emociones. De paso me voy a divertir un poquito y adquirir más experiencias.

—¡Mamá esto huele a quemado!

¡Jesús! Por andar ligando con Alex descuide la cena, salgo como rayo del cuarto para poder salvar lo irrescatable de la cena y en el intento me quemo el dedo índice. ¡Qué mierda!

—Oye mami, ¿Tu porqué andas en pelotas en la cocina? — Pregunta Adrián.

Bajo la mirada y por la angustia de la comida no me fijé que salí sin camisa. Sobre todo por el tipo de mini short que llevo.

—Si recibes así al señor del pan nos lo deja gratis por un año. —Dice Dayanna.

—¡Niña! Que locuras dices en serio.

ResilienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora