—Linda, no me siento bien.—¿Qué sientes?
—No se, raro, como fiebre, dolor de cabeza y cansancio.
—Cariño, pero estás en el hospital, ve a qué te revisen.
—No lo necesito, yo soy el médico y se que debo hacer.
—Pues entonces hazlo.
—Te llamó después, en serio me siento terrible.
—Pide permiso y te vas a descansar a tu casa. Me avisas cuando salgas por favor.
Cuelgo la llamada con un mal presentimiento, Alex tiene mucho de los síntomas de Covid y si es así, seguramente yo también tengo el virus porque hace apenas cinco días tuvimos una sesión de sexo con muchos besos durante toda la noche.
Tengo que ser positiva y precavida, tomo una mascarilla y aún dentro de mi casa me la coloco y decido que lo mejor es evitar el contacto con los niños lo más que pueda.
Al estar con un médico en tiempos de pandemia yo sabía los riesgos que esto incurriría, pero también soy concierte que podría contagiarme yendo de compras al súper mercado o recibiendo algún domicilio de comida o encomienda de la revista.
Le pido a Dios que no sea así y que Alex tenga otra cosa, me siento algo intranquila, así que decido llamar Ariadne y contarle todo de una vez.
Ya se que no le gustará nada el hecho de que acepte estar con Alex y menos que tengo la leve sospecha que podría tener Covid.
Prepárate para una puteada al estilo Pollo y Díabla madrina... ¿A quién le llamo primero?
Da igual, ambos me van querer ahorcar.—Hola nena.
—Ari...
—Mmm...
—Pasó algo...
—Ya decía yo, cuando no se nada de ti por horas, es porque en algo te has metido, ¿Qué hiciste?
—Me acosté con Alex y luego le reclamé lo de la chica del banco, él me dijo que no éramos nada y que lo mejor era poner reglas; Una de ellas es que seamos exclusivos, también que él no estará con nadie más y quiere lo mismo de mi parte.
—¡Cosita! ¿En serio le creíste?
—Permíteme que me está entrando otra llamada —¡Mierda es David! Entre los dos me van hacer pedazos, mejor rechazo la llamada.
—¿Quién es? Pregunta Ariadne.
—David y no quiero contestar, ya siento caer los regaños.
—Contéstale, invítalo a la platica, yo quiero saludarlo.
—No estoy segura de ser tan masoquista —Le digo mientras le mando la invitación al Pollo.
—¡Hola tu, hola Ariadne!
—David, ¿cómo estás?
—Saliendo de una reunión y con mucha hambre, creo que haré lomo relleno —nos dice.
—¡Qué rico, me encantan los hombres que cocinan.
—¿Y Vania porqué está tan callada?
—Porqué se acosto con Alex y le pidió ser exclusivos.
—¡Jajaja! ¿En serio le creíste? No seas tonta, esa es la forma en que él tipo esta diciendo que no quiere que jueguen con su comidita, pero él siempre va a comer en cualquier lado.
»Al tipo no le gusta usar condon y eso garantiza que sus otros ligues no se enfermen. A todas les debe decir lo mismo.
Escuchar tal confesión, me hace pensar que llamarme pendeja quizá me hubiera dolido menos. Tiene mucha lógica su argumento, no entiendo como tantos años estando casada, me hayan apagado el instinto para detectar mentirosos.
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Resiliencia
RandomSiempre he pensado que las princesas no existen y que este mundo es para las guerreras. Yo... Soy una de ellas porque no tuve elección. Todas las malas decisiones nos pasan factura en algún momento; la pregunta es, ¿hasta cuando se terminan de paga...