Capítulo 31 Bailar bajo la tormenta

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—Es un hecho, la revista se está yendo al caño, tendré que prescindir de los servicios profesionales de algunos y solo trabaje freelance con otros para poder terminar los contratos que tengo pendiente con los algunos clientes.

Escuchar tan dura noticia de la boca de nuestra jefe me ha dejado helada. Justo cuando comenzaba a sentir que estaba saliendo adelante con todo, siento que vuelvo a estar en el mismo punto de partida.

Todos nos miramos angustiados y con mil preguntas en la punta de la lengua. Al menos nos van a indemnizar.

—Pueden pasar a recursos humanos por sus cheques, las personas con las que trabajaremos de ahora en adelante de forma informal recibirán un correo con todas las indicaciones. Si aceptan nos vemos en mi oficina al final del día y los que no, yo entenderé. Eso es todo y gracias.

Todos salen arrastrando los pies y con los ánimos por los suelos. Menos yo que me quedo apoyada en el marco de la puerta de la oficina de Marie mientras la veo fijamente.

—¡No me veas así Vania! Manejar una revista no ha sido nada fácil. Somos periodistas no administradores o contadores.

—Si te acuerdas que llevamos ambas materias en la Universidad Marie.

—Pues las aplacé como dos veces y las llevé en cuarta con permiso del decano.

—Me hubieras pedido ayuda mujer; pero como dice mi hermano: Con los "hubieras," no hacemos nada —Le digo haciendo comillas con los dedos.

—No te preocupes que tú eres parte de mi equipo de trabajo freelance, ¿Cuento contigo?

—¿De cuánto serán mis honorarios?

—De un sesenta por ciento menos.

—Temporalmente es un si. Me muestras la agenda porque tendré que buscar otra cosa que hacer y adecuar mis horarios.

—Entiendo... Gracias por comprender Vania.

Frunzo los labios sin saber que mas decir y me volteo para irme Justo a la oficina de recursos humanos.

Recibo mi cheque con el pago de mi indemnización de un año y cuando veo la cantidad no veo tan mala la idea de aceptar el dinero de Pohl.

Quizá no es mala idea aceptar la cuenta que me ofreció...

—¡No Vania! Si haces eso no te lo vas a sacudir nunca y más que mi indemnización será una tortura.

—¿Cómo dices? La señora de la limpieza me mira asustada y yo solo le sonrió avergonzada.

Tengo que buscar que más hacer, no es la primera vez qué pasó por esto junto a mis hijos. Prefiero trabajar de lo que sea, antes de recibir la ayuda de ese traidor.

Hombre que se desaparece y aparece como si nada no vale la pena. Yo no soy el antojo de nadie y no le voy a dejar pasar tantos años sin buscarme sabiendo el infierno que pase con mi ex esposo.

Me subo a mi auto pensando que le voy a decir a los niños. Han pasado tanta necesidad en el pasado a causa de su padre y lo poco que yo pude darles de forma decente. Tengo que hacer algo ya.

Decido bajarme en un café en donde me pondré en la labor de buscar trabajo. Cómo dicen los memes en las redes sociales. No me va a ganar la pobreza.

Busco en las páginas de clasificados según mi especialidad en periodismo, pero pasó y pasó las páginas sin ninguna respuesta. Todos los trabajos piden que tengas menos de treinta y yo pase al tercer piso. Esto es tan injusto, ¿Cómo es que alguien menos de 30 cubre todos estos requisitos? Experiencia de al menos diez años... A los 20 aún estás estudiando.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2022 ⏰

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